Las pongo por aquí y luego en el privado si es necesario.
Plan de batalla:
Apoyar la ofensiva del Dominio con lo que nos queda en Harrenhal y nuestro dragón precioso. El plan de yunque y martillo es, más o menos, el que tenía pensado, así que la idea será que mis tropas, apenas unos 3600 hombres pero con bastante presencia de arqueros, caballeros y curtidos en varias batallas (y alimentados por las vacas y forrajeo) rompan por el flanco liderados por Ser Criston.
Tropas en mis manos:
- Fuegosolar (Alzado) , en LOS VERDES grupo ORO [Numeroso –2, Dragón] FUE: 30.0
- 2 de Aldea de Lord Harroway (Alzado) , en Harrenhal grupo ORO [Numeroso –1, Leva, Hda +1, Caballeros +1, Arqueros +1] FUE: 7.8
- 2 de Seto de Piedra (Alzado) , en Harrenhal grupo ORO [Numeroso –3, Leva, Hda +2, Caballeros +1, Arqueros +1] FUE: 4.5
- 1 de Salinas (Alzado) , en Harrenhal grupo ORO [Numeroso –3, Leva, Hda +3, Arqueros +1, Marinos] FUE: 4.4
- 1 de Harrenhal (Alzado) , en Harrenhal grupo ORO [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Caballeros +2, Arqueros +1, Veterano +1, Exploradores] FUE: 8.58
- 3 de Harrenhal (Alzado) , en Harrenhal grupo ORO [Numeroso –3, Leva, Hda +1, Caballeros +2, Arqueros +1] FUE: 4.6
- 4 de Harrenhal (Alzado) , en Harrenhal grupo ORO [Numeroso –3, Sangrado, Arqueros +1, Jinetes +1] FUE: 2.9
- 6 de Harrenhal (Alzado) , en Harrenhal grupo ORO [Numeroso –4, Sangrado, Arqueros +1, Jinetes +1, Veterano –1] FUE: 1.31
Entiendo que el resto está en manos de Emilio. En caso de que no sea así modifico esto un poco.
Estrategia:
Los hombres de los Ríos que quedan, guiados por Ser Criston, se lanzan en el ataque por el flanco de las tropas del dominio. Criston, en particular, tras todas sus peripecias, se lanza a liderar el ataque en busca de los líderes enemigos, preferiblemente Elmo (porque Cregan me puede vencer), para hacer que la moral del enemigo se descomponga. Hasta aquí la estrategia básica. ¿Qué dos puntos extra hacemos para esta batalla?
- Había pensado en armar a los aldeanos, incluyendo mujeres y ancianos, del castillo para que nos acompañaran y pareciera que somos más. Pero no voy a hacerles caminar 5 kilómetros, incluso aunque no entablen combate. No creo que nuestra moral fuera muy bien a resultas de eso. Por ende, el plan, en su lugar, será dejar unos pocos caballos en Harrenhal junto con dinero. El único objetivo es que puedan avisarnos si aparecen refuerzos enemigos. Una pequeña correa transmisora de órdenes.
- Aegon y Helaena montarán en Fuegosolar. Ella es amazona más avezada que él y no está herida. El dragón esperará a entrar verdaderamente en combate a que choquen los ejércitos para lanzarse a quemar a las masas de campesinos del enemigo. ¿Por qué? Los dos motivos son que sus arqueros se hayan cansado en el intercambio previo, tengan menos munición y que, en un espacio más apretado, a los campesinos del enemigo les entre el pánico ante las llamas. Apuntar a la masa enemiga. Por supuesto, es posible que vengan dragones rivales. En cuyo caso…tocará un último combate en el cielo, a ser posible cerca de Harrenhal y sus escorpiones.
Misiones:
- Criston lidera el ataque por el flanco
La Espada del Pueblo
El Poder del Dragón Verde
La Herencia de Valyria
Criston no sabrá hacer muchas cosas bien, pero sí blandir una espada y liderar a los hombres. Ha derrotado a Tully en dos ocasiones, y esta no tiene por qué ser la primera derrota. Su misión es sencilla: lanzarse a la carga acompañando el ataque del flanco junto con su fuerza de élite, aunque dañada, de los Ríos. Irá liderando la carga y con dos objetivos claros y sencillos: neutralizar a los arqueros enemigos y matar a sus líderes. Si logra desembarazarse de alguna amenaza, eso que gana. Espero que el bajar por una colina nos ayude.
Los otros dos tokens son, simplemente, las órdenes reales (Herencia de Valyria) y la recompensa prometida para luchar mejor (Poder de Dragón Verde). Si no son válidos aquí, sin problema, los quito.
- Fuegosolar, ¡Dracarys!
Aegon II, el Quemado
Fuegosolar
Otra simpleza: Aegon y Helaena, montados en Fuegosolar, patrullan en los cielos antes de lanzarse al ataque. Primero, para intimidar al enemigo (¡un dragón!). Segundo, intentando atraer algo de fuego enemigo situándose lo suficientemente lejos como para que sea difícil, lo suficientemente cerca para que alguno poco entrenado (pienso en el tuerto del Abismo de Helm) lo intente. Cuando los hombres se lancen al combate, Fuegosolar baja a toda velocidad para lanzarse a quemar a las masas de campesinos enemigas.
La idea con esto es causarle confusión al enemigo. ¿Apuntar a los hombres que cierran sobre nosotros o al bicho escupiendo fuego que baja? El objetivo elegido también se debe a la moral: no creo que los campesinos aguanten mucho cuando las llamas empiecen a devorarles y se vean encerrados en un infierno. Es posible que perdamos a nuestro último dragón y quién sabe si a los reyes, pero al menos que sea destruyendo al ejército enemigo.
Roleo:
Era aquí, la última batalla.
No más rodeos, no más consensos, no más negociaciones. Lannister no había aparecido, Baratheon había sido aniquilado. Harrenhal resistía orgullosa y Desembarco del Rey podía ser la pira en la que ardieran las ambiciones de Rhaenyra. Pero era en aquellas colinas de los Ríos donde se decidiría el destino del reino.
Aegon caminaba con algo más de soltura. Fuegosolar devoraba una oveja con fruición mientras Helaena lo miraba con tristeza, una lágrima derramándose por su mejilla. Cole estaba cerca, dando las últimas órdenes a sus hombres y poniendo la mano sobre el hombro de un patizambo que se quedaba en Harrenhal. La última línea de defensa si el enemigo tenía algo preparado. Si Syrax venía de la ciudad para un enfrentamiento regio. Quién sabía.
Los hombres comenzaban la marcha. El Dominio había respondido con fuerza, sabía que por algún pacto raro que había hecho Aemond. Se lo agradecería en vida o en el cielo si habría de verlo esta noche. El muchacho vano había ardido en la pira del Ojo de los Dioses. Surgía ahora un hombre nuevo, repleto de cólera y sed justiciera. Había quien escribía que sin compasión la justicia no podía ser nada. Él discrepaba. La justicia venía para los Tully, los Stark, Rhaenyra y todos los que habían intentado traer este reino de terror.
Miró hacia arriba y le pareció que las nubes se abrían y un dragón verde refulgía entre las mismas. Una voz retumbó en su cabeza: hoc signo vinces. Tal y como había sucedido, se desvaneció, quedando solo el eco del viento. Pero la mente de Aegon estaba más despejada que nunca. Un dragón sobre otro dragón.
Hoy se acababa. Helaena le esperaba sobre Fuegosolar. Los hombres cantaban canciones de amor, valor y gloria. Cole se ponía al frente, la capa blanca, el estandarte real desplegado tras él y la espada brillando ante la luz de la mañana. Estómagos llenos, armas prestas. Los verdes cabalgaban.