PoV: Lysa Arryn
Movimiento: Nido de Águilas - Aguasdulces
Mapa:
Ejércitos:
- 1 de Arcolargo (Alzado) grupo ROJO [Caballería +1, Leva] FUE: 12
- 1 de Bosque de la Serpiente (Alzado) grupo ROJO [Arqueros +1, Caballería +1, Leva] FUE: 14
- 1 de Nuevo Torreon (Alzado) grupo ROJO [Arqueros +1, Caballería +1, Leva] FUE: 14
- 1 de Rapsodia (Alzado) grupo ROJO [Caballería +1, Leva] FUE: 12
- 2 de Nido de las Águilas (Alzado) grupo ROJO [Veterano +1, Caballería +1, Moral +1, Leva] FUE: 15
- Caballeros del Pez Negro (Alzado) grupo ROJO [Armadura +1, Caballería +10, Moral +1, Séquito] FUE: 32
- 1 de Comezón de Aguasfrías (Alzado) grupo NEGRO [Arqueros +1, Caballería +1, Leva] FUE: 14
Tiempos:
Desde Nido Águilas hasta Aguasdulces
Un ejército de tamaño 7 necesita 2 días y 4 horas para ir desde Nido Águilas hasta Aguasdulces
2 hexágonos de paso de montaña, a marcha normal en 24 horas
4 hexágonos de caminos, a marcha normal en 28 horas
Rol:
El viento helado soplaba a través del Nido de Águilas, haciendo ondear las banderas azules y blancas de la Casa Arryn. Desde lo alto de la fortaleza, Lysa Arryn miraba hacia el Valle con determinación. La muerte de Petyr Baelish y la traición de Varys habían dejado una cicatriz en su corazón, pero ahora, era el momento de actuar. A su lado, Anya Royce, la hija valiente y astuta de Yohn Royce, estaba lista para acompañarla en el viaje hacia Aguasdulces, donde se reunirían con Edmure Tully, el hermano de Lysa.
El sol aún no había salido cuando el ejército de hasta siete mil hombres comenzó a descender por el Camino Alto. Los estandartes del halcón y la luna de la Casa Arryn ondeaban al viento, seguidos por los orgullosos estandartes de la Casa Royce, con su distintivo emblema de runas doradas sobre un fondo gris. A la cabeza del ejército, Lysa y Anya cabalgaban juntas, sus monturas avanzando con paso firme.
El viaje desde el Nido de Águilas hasta Aguasdulces no sería fácil. El terreno accidentado del Valle se transformaba en colinas ondulantes y finalmente en las tierras verdes del río Tridente. A lo largo del camino, el ejército hizo campamentos en claros estratégicos, donde los soldados descansaban y los líderes discutían los próximos movimientos.
En cada parada, Lysa y Anya se aseguraban de inspeccionar a las tropas y mantener la moral alta. Lysa, aunque marcada por la pérdida, mostraba una firmeza y una convicción que inspiraban a sus hombres. Anya, con su juventud y energía, recorría los campamentos hablando con los soldados, escuchando sus preocupaciones y asegurándoles que su causa era justa.
Una noche, mientras el ejército acampaba junto a un río tranquilo, Lysa y Anya se reunieron alrededor del fuego para planificar la próxima etapa del viaje. La luna brillaba sobre ellas, y el sonido del agua corriente era un telón de fondo calmante. “Debemos estar preparados para cualquier eventualidad”, dijo Lysa, su voz firme. “La situación en Aguasdulces es incierta, y debemos estar listos para apoyar a Edmure en lo que necesite.”
Anya asintió, su rostro iluminado por las llamas. “Nuestros hombres están listos. Hemos pasado por mucho, pero sabemos por qué luchamos. Edmure estará agradecido por nuestro apoyo.”
A medida que avanzaban, el paisaje cambiaba y el clima se volvía más templado. Los pueblos y aldeas que encontraban en su camino los recibían con curiosidad y esperanza, sabiendo que la llegada de un ejército tan grande podría significar un cambio en el curso de la guerra. Los mensajeros iban y venían, llevando noticias y asegurando que Edmure Tully estaba al tanto de su llegada.
Finalmente, después de semanas de viaje, el ejército de los Arryn y Royce llegó a las tierras de Aguasdulces. Las imponentes murallas del castillo se alzaban ante ellos, y el estandarte del pez plateado de la Casa Tully ondeaba en lo alto. A su llegada, fueron recibidos con gran celebración. Los soldados de la Casa Tully se unieron a ellos, y Edmure, con una sonrisa de alivio y gratitud, abrazó a su hermana.
“Lysa, Anya, vuestra llegada es una bendición”, dijo Edmure, sus ojos brillando con emoción. “Con vuestro apoyo, podremos enfrentar cualquier amenaza que se presente.”
Lysa asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad pero también la fuerza de la unidad. “Estamos aquí para luchar por nuestra familia y por el Valle.”
El ejército se asentó en Aguasdulces, preparándose para las batallas venideras. La alianza entre los Arryn, Royce y Tully fortalecía su posición, y con Lysa y Anya a la vanguardia, la esperanza resurgía en el corazón de los hombres. La guerra no había terminado, pero la determinación de aquellos que luchaban por justicia y venganza era más fuerte que nunca.