Lady Celia había llegado al Nido de Águilas hacía tres días y estaba igual de excitada que un niño pequeño cuando recibía un nuevo juguete. El castillo no era tan cálido ni podía competir en tamaño con Aguasdulces, pero tenía una belleza única. Y al menos, Lord Jon Arryn había superado con creces sus expectativas: era alto, de hombros anchos, con unos ojos tan azules como los cielos que le rodeaban, con pelo rubio y nariz aguileña. Al menos, las palabras de su padre con respecto a su compromiso parecían sinceras, y no el vacío consuelo para quien iba a ser esposa de un príncipe.
Pero Lady Celia no había nacido para contentarse explorando castillos y tierras exóticas. Tenía que conocer al servicio que la rodeaba y tenía que saber en quién podía confiar si quería aspirar a no ser algo más que la elegante maceta del señor del Nido de Águilas.
Desarrollo de la misión
Lady Celia Tully entablará relación (de amistad, se entiende) con algunos de los siervos de Lord Arryn o algún caballero presente en el Nido de Águilas para recabar información de lo que sucede en el Valle. También ponemos a nuestras doncellas y personal de servicio traído de Aguasdulces a trabajar al respecto, a ver que chismorreos nos pueden contar.
Especialmente interesados estamos en la crisis que hay en Piedra de las Runas, con Royce y el príncipe Jaehaerys.
Tokens y PoV involucrados
− Lady Celia Tully como PoV, recibirá los reportes de sus servidores
− La irresistible princesa como token, lady Celia es una intrigadora lo suficientemente hábil como para conseguir información sin llamar a atención.
− Pececitos como token, el personal doméstico y pequeña corte que Celia se ha traído de Aguasdulces son fieles y están acostumbrados a las intrigas de su ama.
Descripción de los tokens
La irresistible princesa:
Celia Tully está comprometida con un príncipe, pero eso no hace sino acrecentar el deseo que sienten los hombres que la conocen. Mientras la futura princesa fija sus ojos claros en el alma del hombre al que acaba de conocer y se desliza sensualmente hacia su oído, el pobre pretendiente apenas tiene tiempo de armar sus defensas mentales para evitar caer seducido por ella. Un juego peligroso que la hija de Lord Medgar domina como pocas, aunque cada paso en falso, cada susurro en el oído equivocado o cada ojo avizor pueda suponer que la furia del dragón caiga sobre ella y toda su familia.
Pececitos:
Medgar Tully puede ser un pacifista, un idealista y un optimista redomado, pero su hija no es como él. Durante los últimos años, Celia Tully ha tejido una red de favores, alianzas y de agentes que se mueven por los Ríos con la misma facilidad que el viento por las praderas. Si ella quiere oír algo, lo escuchará, y solo las paredes más gruesas de los castillos de sus vasallos la detendrán. Si su padre conociera de esto…¿montaría en cólera? Lo que Celia sabe es que la información es poder, y que si le llega directamente a ella, mejor que a su bienintencionado, querido pero también tonto, padre.