PoV : Princesa Rhayna Martell en Lanza del Sol
Token :
Rhayna Martell-Nymeros. Ella misma es quien se encarga de redactar el edicto.
Lanza del Sol. Es la propia ciudad donde se realiza la misión.
Sombras en un mar de arena brillante. Los espías deben encargarse no solo de asegurar la intimidad, sino de que no es una estratagema para joderme.
Objetivo :
Alguien viene a ofrecerme un trato de algún tipo y dice que quiere que sea en secreto. No sé quién lo firma pero si es algo que pueda servirme para encontrar a la Vieja Madre - sospecho de cierto mensaje que me llegó de forma muy irregular por parte de unos tal Nueve Peniques - debo atenderlo.
Eso sí, si los que vienen son los Nueve Peniques prepararé la reunión para que permanezca en el total anonimato para cualquiera que esté en Lanza del Sol, es decir, que quien llegue será conducido a un lugar designado por Rhayna en el que pueda estar totalmente segura de que nadie puede oír o ver nada y que pueden llegar sin ser vistos. Algo muy fácil siendo mi ciudad.
Pero además quiero asegurarme de que si es una trampa o vienen a tocarme las narices, no salgan vivos de allí. Sea quien sea. Así que los espías deben identificar a los visitantes para que yo sepa de antemano quién viene y tengo que tener asesinos y guardias prepararados por si se tuerce la cosa.
Roleo :
Rhayna leyó la carta que había llegado en su día a Lanza:
"la banda de los nueve ProtegeRá a tOdos sus mienbros Tant0 de hatAques internos como externos
Bien se sabe que LA vieja madRe Es un activo Muy prediadO para noZotros y le la protegerá con todo nuestro poder."
Era tan burda que no podía sino ser una trampa.
“PROTO ABLAREMOZ”
Si eran los mismos, había camuflado un mensaje estúpido dentro de una carta escrita por un estúpido; lo cual era a la par inteligente haciendo parecer que los Nueve Peniques, fueran quienes fueran, estaban liderados por alguien no muy docto pero torpe porque el mensaje había llegado tanto a Lanza como a cualquier rincón de Poniente.
En otras circunstancias Rhayna habría sido paciente y dedicado recursos justos para averiguar cuál era la verdad. Pero la Princesa no pensaba con claridad cuando hablaban de la muerte de su Príncipe. Quería creer tanto que podría obtener su venganza que estaba dispuesta a arriesgarse.
La recompensa por obtener su premio, la cabeza de la Vieja Madre, sería acorde a lo que le ofrecieran: desde un reino a una muerte dolorosa.