PoV
Larys Strong
Se le está poniendo cara de Kurt Cobain
Va en persona
Tokens
El Patizambo
Patachula hubiera quedado mejor
Va en persona
Consejero de Rumores
Sneak attack!
Usará recursos del Consejero
Secretos de la Fortaleza Roja
Estrenando token
Intentaré colarme por los pasadizos de la Fortaleza Roja
Ejércitos
No
Objetivo
Colarme en Desembarco, en concreto por la Fortaleza Roja.
Misión
Larys marcha a Desembarco con destino incierto. El objetivo final implica muerte, sangre y fuego, pero el primer paso es llegar. Así que intentando pasar desapercibido, todo lo que puede hacerlo un cojo, me marcho de Ladera e intento entrar en Desembarco via la Fortaleza Roja y los túneles que conozco de memoria.
Una vez en Desembarco, empezará la siguiente parte del plan.
Localización
Desde Desembarco del Rey hasta Ladera
Un pequeño grupo necesita medio día para ir desde Desembarco del Rey hasta Ladera
- 4 hexágonos de caminos, a marcha normal en 12 horas
- 1 hexágono de llanuras, a marcha normal en 4 horas
Roleo
El cielo nocturno estaba despejado, y la luna se reflejaba como una daga de plata sobre las aguas tranquilas del Aguasnegras. Desde el bote en el que se balanceaba suavemente, Larys Strong alzó la vista hacia la imponente silueta de la Fortaleza Roja, cuyas torres y almenas parecían surgir como sombras de un sueño antiguo. Las luces titilantes de los ventanales eran como pequeñas estrellas atrapadas dentro de aquella monstruosa estructura, tan llena de intrigas como de historias de sangre y fuego.
Larys se acomodó en el banco de madera, notando el frío que le penetraba los huesos. Era extraño, pensó, cómo aquel lugar que una vez consideró el corazón del reino, un lugar donde las ambiciones chocaban y se destruían unas a otras, ahora parecía más lejano, más ajeno. No temía el destino que se avecinaba. Sabía, con la certeza que solo poseen los hombres que se han enfrentado a demasiadas conspiraciones, que nunca saldría con vida de la Fortaleza Roja. Sería su tumba, pero no le importaba. La muerte le resultaba tan familiar como los corredores de aquel castillo.
Su rostro permanecía impasible mientras su mente viajaba por los recuerdos. Las palabras susurradas en los salones, las promesas hechas y rotas, los gritos apagados tras las paredes gruesas. Todo aquello le pertenecía de alguna manera; había sido el tejedor invisible de tantos destinos, el arquitecto de muchas de las tragedias que ahora se cernían sobre el reino. Había creído, en algún momento, que su astucia podría mantenerlo siempre un paso adelante, pero ahora entendía que la Fortaleza Roja devoraba a todos los que intentaban dominarla. No había excepción. Ni para él.
Un leve golpe del remo contra el agua lo sacó de sus pensamientos. Miró de nuevo hacia el castillo, y por un instante le pareció que las luces de sus ventanas eran ojos que lo observaban, burlándose de su impotencia. Una sonrisa fría y fugaz curvó sus labios. Había aceptado su destino, pero no se arrepentía de sus elecciones. Quizás moriría allí, enterrado en las entrañas de la Fortaleza Roja, pero sabía que dejaría un rastro de sombras que persistirían mucho después de que su nombre fuera olvidado.
El bote siguió deslizándose por las aguas mientras Larys bajaba la cabeza, dejando que la noche lo envolviera en su manto de silencio. La Fortaleza Roja sería su fin, pero también el lugar donde había alcanzado su mayor poder. No había razón para temer a lo inevitable. La luna continuaba brillando mientras el Aguasnegras fluía, llevando consigo los secretos de un hombre que había abrazado las tinieblas hasta el último suspiro.