Misión 56: Desembarco de la Reina

PoV

Corlys Velaryon

Al cargo de la defensa de la ciudad.

Tokens

Corlys Velaryon

Órdenes para el control de Desembarco

Ejércitos

Grupo I

  • 1 de Vallepardo (Alzado) , en Valleoscuro grupo AZUL [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1] FUE: 5.7
  • 1 de La Zarpa (Alzado) , en Valleoscur grupo AZUL [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1] FUE: 5.7
  • 1 de Valleoscuro (Alzado) , en Valleoscuro grupo AZUL [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1, Veterano +2, Marinos] FUE: 6.84
  • 2 de Valleoscuro (Alzado) , en Valleoscuro grupo AZUL [Leva, Hda +1, Caballeros +1, Arqueros +1, Exploradores] FUE: 9.75

Grupo II

  • 2 de Marcaderiva (Alzado) , en Gaznate grupo AZUL [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1, Marinos] FUE: 5.7
  • 3 de Marcaderiva (Alzado) , en Gaznate grupo AZUL [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1, Marinos] FUE: 5.7
  • Flota de Marcaderiva 2 (Alzado) , en Gaznate grupo AZUL [Numeroso –1, Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 11.52

Grupo III

  • Flota de Marcaderiva 3 (Alzado) , en Gaznate grupo AZUL [Numeroso –1, Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 11.52
  • Flota de Marcaderiva 4 (Alzado) , en Gaznate grupo AZUL [Numeroso –1, Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 11.52
  • Flota de Marcaderiva 5 (Alzado) , en Gaznate grupo AZUL [Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 14.4
  • Flota de Marcaderiva 6 (Alzado) , en Gaznate grupo AZUL [Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 14.4

Objetivo

Mantener control sobre ciertas partes de la ciudad de Desembarco de la Reina.

Misión

Grupo I: Mantener el control de la Puerta de Hierro, por la que debe empezar a llegar la comida de Valleoscuro.

Grupo II: Mantener el control de la Puerta del Río y de los muelles de Desembarco del Rey, donde está la flota de Velaryon.

Grupo III: Control de la Fortaleza Roja y control de la Colina de Aegon, pacificando la situación todo lo posible, creando una zona segura.

Roleo

El calor de la sala del Trono de Hierro era insoportable. La luz de las antorchas parpadeaba, proyectando sombras que danzaban sobre las afiladas espadas que formaban el trono, pero la Reina Rhaenyra, con su corona de acero en la cabeza, se mantenía serena. Sentada con dignidad, aguardaba a Corlys Velaryon, su Mano, quien acababa de regresar de la turbulenta Desembarco del Rey.

El sonido de las puertas resonó en la cámara cuando Corlys, en su atuendo de cuero negro y plateado, entró a la sala, su capa ondeando tras él como un estandarte. Los sirvientes se apartaron con respeto, y el murmullo del gran salón se extinguió en el mismo momento en que él se inclinó ante la reina.

—Mi Reina, tengo noticias que traen tanto sombra como esperanza —dijo Corlys con voz firme, pero no sin cierta fatiga, mientras se acercaba al estrado de la Reina.

Rhaenyra asintió, su rostro serio. Los días de victoria tras la caída de los rivales de la Casa Hightower habían dado paso a una incertidumbre que nadie en el Concilio había previsto. La ciudad, otrora el centro del poder de los Siete Reinos, estaba al borde del colapso.

—Habla, Corlys —respondió la Reina.

Corlys dio un paso hacia adelante, su mirada fija en los ojos de Rhaenyra, evaluando el momento antes de hablar. Sabía que lo que estaba por contar no sería fácil de escuchar.

—Desembarco del Rey es un hervidero de caos. La lucha por mantener el control sobre la ciudad se intensifica con cada hora que pasa. Aunque nuestras fuerzas han dominado los puntos clave, los barrios bajos se han convertido en un refugio para los seguidores de los Hightower y otros enemigos, dispuestos a levantarse en cualquier momento. La población, temerosa de la represalia, se ha dividido. Algunos apoyan nuestra causa, otros se mantienen al margen, pero no todos confían en que nuestra victoria sea definitiva.

Rhaenyra frunció el ceño, observando en silencio mientras Corlys continuaba.

—El control de las puertas de la ciudad es incierto, especialmente las más pequeñas. Los rumores sobre un ejército del Dominio han puesto a muchos nerviosos, pero su llegada se ha retrasado. Addam Mares, con Bruma ha derrumbado el puente que conecta el camino de Atranta con la capital.

El rostro de Rhaenyra se endureció, su mirada tan fría como el hierro que se alzaba sobre ella. La situación era grave, y a pesar de su deseo de mantener el control, no podía permitirse ignorar las tensiones que surgían entre los suyos y los de afuera.

—Entonces, ¿qué propones, Corlys? —preguntó con voz autoritaria.

El hombre de los mares, siempre calculador y preciso, no tardó en responder. Sabía que la paz en la ciudad no solo dependía de la fuerza militar, sino de un delicado juego de movimientos políticos.

—Es necesario primero asegurar la lealtad de la ciudad. Debemos evitar que la desesperación se apodere de la gente. Mi sugerencia es enviar a nuestros emisarios a los distritos más afectados. Ofrecer ayuda, comida y protección a los barrios más necesitados, para que sientan que somos su salvación y no una amenaza. Debemos desterrar la idea de que nuestros enemigos son las personas de la ciudad, sino aquellos que intentan manipularlas.

Corlys hizo una pausa, asegurándose de que Rhaenyra comprendiera la gravedad de sus palabras.

—Además, es crucial que se les dé un rostro conocido. Necesitamos que alguien cercano a vos se encargue de hablar con los líderes de los distritos, alguien en quien la gente pueda confiar. No todo se resolverá a través de soldados, mi Reina. La política será nuestra mejor arma.

Rhaenyra meditó sobre sus palabras. Era cierto que la paz no solo se ganaba con espadas, sino también con promesas de estabilidad. A medida que sus ojos recorrían la sala, pensó en el futuro de la ciudad.

—Y respecto a los refuerzos —continuó Corlys—, envié emisarios en busca de aquellos que puedan ayudarnos y sean fieles a la causa, o al menos aquellos que crean que deben desertar de tal ejército al ver vuestra bandera en lo alto de la capital.

Rhaenyra, con la mirada fija en su Mano, reflexionó sobre lo que Corlys había dicho. La situación no era ideal, pero no podía permitirse rendirse.

—Hazlo. Envíame tus planes y que se empiecen a ejecutar hoy mismo. Necesitamos que la ciudad sienta nuestra presencia. La calma debe restaurarse, y pronto. Esta es nuestra ciudad, Corlys, y no permitiremos que se nos arrebate.

Corlys inclinó la cabeza con respeto, reconociendo la determinación de la Reina.

—Como ordenes, mi Reina. Desembarco del Rey será pacificado. Prometido.

Rhaenyra observó cómo su Mano salía de la sala, dejándola sola ante el Trono de Hierro. La lucha aún no había terminado, pero su voluntad era más fuerte que nunca. Desembarco del Rey, por muy caótica que fuera, pronto vería la fortaleza de su Reina.

Vas trabajando en esto, poco a poco, la ciudad es un hervidero.

Lo que sí consigues es un rumores, acerca del paradero de Cassandra Baratheon. Que está en poder de Mysarya de Lys es una certeza, pero crees haber dado con el primer hilo para saber donde.

Por tenerlo a la vista, lo que tengo en control, sería algo así?:

  • Puerta de Hierro en Verde por los hombres de las tierras de corona.
  • Puerta del Río en Azul por los hombres de Velaryon. ¿Llegaría a la Puerta del Rey?
  • Colina de Aegon en Violeta por los hombres de Velaryon, sería ese el control más o menos?

Debería hacer alguna zona más grande?

Donde haya hombres tuyos está controlado, nadie va a enfrentarse a un ejército. Pero más allá de allí no tienes poder alguno en la ciudad.

Mantienes el control de la zona marcada, pero está claro que fuera de ella hay multitudes armadas y listas para darse de hostias con el primero que pille.

De hecho tienes algunos encontronazos y pierdes algunos hombres (flota de marcaderiva 5 y 6 pasan a numeroso -1)

Por lo demás, calma tensa.

La calma tensa ha terminado, la turba se alza en Desembarco. No seria un problema si no fuera porque el Padre Gamliel cuenta con un ejército. Un ejército de muertos de hambre, pero un ejército, apoyado por una turba.

Ahora mismo tus hombres mantienen la línea del dibujo, defendiendo esa parte de la ciudad, pero es 100% seguro que no puedes mantener ese control. Si no haces nada la línea se romperá y tendrás que retirarte a la Fortaleza Roja dejando toda la ciudad en manos de Gamliel.

Con eso dicho, Puedes hacer 1 misión para esto.

PoV

Corlys Velaryon

Mano del Rey, comandante de la Ciudad.

Tokens

Corlys Velaryon

Estratega nato y hombre reconocido por su astucia y capacidad militar.

Ejércitos

Grupo I - Puerta del Río

  • 1 de Rocadragon (Alzado) , en Desembarco grupo AZUL [Numeroso +1, Leva, Hda +2, Arqueros +1, Moral –1, Marinos] FUE: 10.26
  • 1 de Marcaderiva (Alzado) , en Desembarco grupo AZUL [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1, Marinos] FUE: 5.7
  • 2 de Marcaderiva (Alzado) , en Desembarco grupo AZUL [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1, Marinos] FUE: 5.7
  • 3 de Marcaderiva (Alzado) , en Desembarco grupo AZUL [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1, Marinos] FUE: 5.7

Grupo II

  • 1 de Vallepardo (Alzado) , en Desembarco grupo GRIS [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1] FUE: 5.7
  • 1 de La Zarpa (Alzado) , en Desembarco grupo GRIS [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1] FUE: 5.7
  • 1 de Valleoscuro (Alzado) , en Desembarco grupo GRIS [Numeroso –2, Leva, Hda +2, Arqueros +1, Veterano +2, Marinos] FUE: 6.84
  • 2 de Valleoscuro (Alzado) , en Desembarco grupo GRIS [Leva, Hda +1, Caballeros +1, Arqueros +1, Exploradores] FUE: 9.75

Grupo III

  • Flota de Marcaderiva 2 (Alzado) , en Desembarco grupo AZUL [Numeroso –1, Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 11.52
  • Flota de Marcaderiva 3 (Alzado) , en Desembarco grupo AZUL [Numeroso –1, Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 11.52
  • Flota de Marcaderiva 4 (Alzado) , en Desembarco grupo AZUL [Numeroso –1, Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 11.52
  • Flota de Marcaderiva 5 (Alzado) , en Desembarco grupo AZUL [Numeroso –1, Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 11.52
  • Flota de Marcaderiva 6 (Alzado) , en Desembarco grupo AZUL [Numeroso –1, Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 11.52

Objetivo

Eliminar a los movimientos del Padre este y devolver el control a la ciudad.

Misión

Grupo I a mandos de Jace Targaryen y Vermax (Azul).
Grupo II a mandos de Corlys Velaryon (Rojo): Retirada ordenada hasta llegar a una posición mucho más controlada por los ejércitos para aguantar a los rebeldes, esperando la llegada de los otros dos núcleos de soldados.
Grupo III (Verde) a mandos de Steffon Darklyn: el cual atacará por la retaguardia del noreste una vez la turba esté atacando la zona central.

Mientras tanto, los capas doradas ayudarán en la retaguardia (en negro)

Localización

Roleo

Corlys Velaryon, la “Serpiente Marina”, observaba con atención el caos que se desataba a su alrededor en las calles empedradas de Desembarco del Rey. La ciudad, antaño orgullosa de su posición como la joya del reino, ahora se veía envuelta en una nube de polvo y desesperación. El rugir de las batallas resonaba a lo lejos, pero él mantenía la calma. Un líder, como siempre había sido, comprendía que la retirada ordenada era tan crucial como el combate mismo.

Había recibido noticias de la incursión del Padre Gamliel, un fanático del pueblo, un hombre decidido a erradicar a los Targaryen y, con ello, a todos sus aliados. A pesar de la rabia de su alma, Corlys entendía que la retirada era la única opción viable para asegurar la supervivencia de su familia y su casa, que aún debía mantener el control del mar.

“¡Por el amor de los dioses, mantengan la formación!” rugió Corlys desde su caballo, empapado de sudor y salpicado por la suciedad de la lucha. Su voz firme y resonante atravesó el estruendo de la batalla, haciendo eco entre los edificios y asegurando que sus tropas no se desmoronaran bajo la presión. La retirada debía ser precisa, meticulosa. No podían darse el lujo de que la multitud furiosa del pueblo los desbordara. Las calles eran estrechas, y las tropas del Padre Gamliel, aunque desorganizadas, eran numerosas.

El gran estandarte de los Velaryon, con su caballo plateado sobre fondo azul marino, ondeaba al viento mientras se dirigían hacia la Fortaleza Roja. La majestuosa estructura, testigo de tantos siglos de historia y conflictos, se alzaba como un refugio final en la distancia. Corlys sabía que solo allí podría ofrecer una defensa sólida, protegida por los muros de piedra que conocía tan bien, mientras aguardaba la llegada de refuerzos.

La retirada fue lenta, pero meticulosamente organizada. Cada paso se daba con firmeza, sin prisa, pero sin vacilación. Los hombres de los Velaryon luchaban a lo largo de las angostas calles, manteniendo una distancia entre ellos y las masas enfurecidas que los perseguían, armados con garfios, palos y piedras.

Al llegar a las cercanías de la Fortaleza Roja, Corlys vio el relieve de las murallas elevándose ante él. Pero aún quedaba un último obstáculo: el pueblo de Desembarco del Rey. Los gritos de ira de los ciudadanos podían oírse cada vez más cerca, y en su interior, Corlys sentía que el peso de la responsabilidad recaía sobre sus hombros como nunca antes.

“¡Hacedlo bien! ¡No debemos ceder una pulgada de terreno!” ordenó, con la voz inquebrantable. Miró a su alrededor: algunos de sus hombres ya se habían apostado en puntos estratégicos, preparados para la defensa, aunque la multitud parecía crecer imparable.

De pronto, el sonido de un rugido distante alcanzó sus oídos. Un dragón. La esperanza le brotó en el pecho. Vermax, el dragón de su nieto Jace, estaba en el aire, volando hacia el norte desde el sur. La llegada de su hijo con refuerzos podía ser el cambio que tanto necesitaban, pero aún tendría que resistir, una vez más, por lo menos hasta que el llegara.

Y mientras se preparaba para la siguiente fase de la batalla, el viento le trajo el siguiente aviso: un estandarte con los colores del norte ondeaba en el horizonte, el símbolo del Lord Comandante Steffon Darklyn. Las fuerzas de Valleoscuro llegaban, y con ellas, un nuevo soplo de esperanza.

Corlys Velaryon no estaba dispuesto a rendirse. Sabía que las fuerzas del Padre Gamliel no podrían resistir mucho más. La retirada había sido difícil, pero había logrado mantener su ejército en orden. Ahora, la defensa férrea de la Fortaleza Roja estaba a punto de comenzar. El tiempo se agotaba, pero Corlys mantenía la calma, pues la resistencia en los muros de la fortaleza sería su última línea de defensa, y con la llegada de refuerzos, el final de esta tormenta estaba cerca.

Sin roleo porque no me da la vida. Todo parece marchar bien, las fuerzas se repliegan y Jacaerys hace retroceder a los hombres en el puerto.

Pronto queda claro que el objetivo del Padre Gamliel es el dragón, pero Jace se niega a retirarse. Vermax es herido, de gravedad, ha quedado ciego, pero aún así defiende la flota Velaryon.

Las fuerzas se repliegan hacia la Fortaleza Roja y Lord Corlys recibe a Jace en el patio de armas pero, sin saber se dónde salen, cientos de cultistas entran en turba, los hombres de Lord Corlys se ven sobrepasados y la Serpiente Marina cae al suelo con un puñal en su espalda.

No hay más misiones a menos que te lo pida.