PoV
Larys Strong
Descripción del PoV
En persona
Tokens
El Patizambo
Descripción del token
En persona
Palkin
Descripción del token
En persona
Secretos de la Fortaleza Roja
Descripción del token
Habrá movimientos por los pasadizos secretos
Consejero de Rumores
Descripción del token
Usa contactos
Ejércitos
- 1 de El Cántaro (Aniquilado) [Numeroso –5, Leva, Hda +1, Caballeros +1, Arqueros +1] FUE: 0.0
- 1 de Seto de Piedra (Aniquilado) [Numeroso –5, Leva, Hda +2, Caballeros +2, Arqueros +1] FUE: 0.0
- 2 de Harrenhal (Aniquilado) [Numeroso –5, Leva, Hda +1, Caballeros +2, Arqueros +1] FUE: 0.0
- 5 de Harrenhal (Aniquilado) [Numeroso –5, Sangrado, Arqueros +1, Jinetes +1, Veterano –1] FUE: 0.0
- 3 de Seto de Piedra (Aniquilado) [Numeroso –5, Sangrado, Arqueros +1, Jinetes +1, Veterano –1] FUE: 0.0
- 4 de Seto de Piedra (Aniquilado) [Numeroso –5, Sangrado, Arqueros +1, Jinetes +1, Veterano –1] FUE: 0.0
- 1 de ciudadanos de Desembarco del Rey (Alzado) , en Puerto de Desembarco grupo ORO [Sangrado, Arqueros +1, Veterano –2] FUE: 5.2
- 2 de ciudadanos de Desembarco del Rey (Alzado) , en Puerto de Desembarco grupo ORO [Sangrado, Arqueros +1, Veterano –2] FUE: 5.2
- 3 de ciudadanos de Desembarco del Rey (Alzado) , en Puerto de Desembarco grupo ORO [Sangrado, Arqueros +1, Veterano –2] FUE: 5.2
- 4 de ciudadanos de Desembarco del Rey (Alzado) , en Puerto de Desembarco grupo ORO [Sangrado, Arqueros +1, Veterano –2] FUE: 5.2
- 5 de ciudadanos de Desembarco del Rey (Alzado) , en Puerto de Desembarco grupo ORO [Sangrado, Arqueros +1, Veterano –2] FUE: 5.2
- 6 de ciudadanos de Desembarco del Rey (Alzado) , en Pozodragón grupo ROJO [Sangrado, Arqueros +1, Veterano –2] FUE: 5.2
- 7 de ciudadanos de Desembarco del Rey (Alzado) , en Pozodragón grupo ROJO [Sangrado, Arqueros +1, Veterano –2] FUE: 5.2
- 8 de ciudadanos de Desembarco del Rey (Alzado) , en Pozodragón grupo ROJO [Sangrado, Arqueros +1, Veterano –2] FUE: 5.2
- 9 de ciudadanos de Desembarco del Rey (Alzado) , en Pozodragón grupo ROJO [Sangrado, Arqueros +1, Veterano –2] FUE: 5.2
- Caballeros de las Alcantarillas (Alzado) , en Fortaleza Roja grupo GRIS [Sangrado, Caballeros +2, Lanceros +2, Arqueros +2] FUE: 12.5
Objetivo
Acabar con los dragones de la Fortaleza Roja y, de paso, a ver si me cruzo con Corlys en el caos y le doy matarile.
Misión
Corlys está parapetado en la Fortaleza Roja y se cree invencible allí. No anda muy equivocado al respecto, pero no por eso es algo que pueda cambiar.
Larys se mueve y lo hará por varios sitios a la vez, para crear tanto caos que Corlys no sepa dónde mirar y al final mire donde no debe, esto es, al lado contrario de donde le vendrán los puñales.
La masa enfurecida tendrá dos objetivos distintos: la mitad irá al puerto para quemar los barcos Velaryon. Corlys tiene 10000 soldados en la Fortaleza pero eso significa que no los tiene en el puerto. Así, no tendrá más remedio que salir a defender sus preciosos barcos que ha estado construyendo durante toda la Danza de Dragones. GRUPO ORO
Mientras, la otra mitad de la masa enfurecida tendrá como objetivo acabar con los dragones a cualquier costa. Son el mal encarnado, la señal del final de los tiempos y todo eso que Pastor comenzó y Gamliel decidió continuar. Si no aprovechan ahora que la reina se ha ido, no tendrán una oportunidad igual en toda la vida. GRUPO ROJO
Durante el caos Larys, que ya estará escondido en la Fortaleza Roja, aprovechará el caos que se va a formar y cuando sepan que quedan pocos hombres en la Fortaleza Roja para defenderla, tratarán de encontrar a Corlys y matarlo para descabezar el poder de los Negros en la capital. Si encontramos a cualquier Targaryen, también se le dará muerte. Quiero una Fotaleza Roja como la sangre para cuando vuelva Rhaenyra. GRUPO GRIS
Palkin acompañará al padre Gamliel a matar a los dragones. Si el maldito fanático no muere achicharrado o devorado por un dragón, espero que Palkin ayude a que tenga un accidente. Puedes acabar con el token, obviamente.
A tener en cuenta: Secretos de la Fortaleza Roja está MEJORADO +2 , a ver si esto sirve para dar un golpe realmente gordo.
Larys coge Fuegoscuro, la espada Targaryen que robó al principio de la Danza. No solo por la ironía de poder usarla contra los Targaryen sino porque será un guiño a una posible partida de Fuegoscuro en el futuro.
Localización
Desembarco del Rey
Roleo
En lo profundo de las Celdas Negras, donde la humedad y el hedor a moho se mezclaban con el aire viciado, Larys Strong aguardaba en completo silencio. Su figura, delgada y encorvada, estaba apenas iluminada por la tenue luz de una antorcha colocada en la pared más cercana. A su alrededor, cientos de hombres aguardaban también, murmurando entre dientes o rascándose las barbas sucias. Eran hombres de baja calaña: criminales, desertores y descontentos. No eran más que peones, herramientas desechables en un juego que ninguno de ellos comprendía por completo. Pero a ellos no les importaba. La promesa de sangre Targaryen y saqueo era suficiente para mantenerlos allí, en la penumbra, con los puños cerrados y los cuchillos afilados.
Larys no compartía su entusiasmo. Sentado en un rincón, con las piernas estiradas y la espalda contra la pared, parecía ajeno a la agitación de los hombres que lo rodeaban. Su rostro, siempre inexpresivo, parecía hoy más cansado que de costumbre. Cerró los ojos por un momento, dejando que los ruidos apagados de la Fortaleza Roja sobre su cabeza le recordaran dónde estaba. Había esperado mucho tiempo para llegar a este punto. Cada movimiento, cada traición, cada mentira había sido un ladrillo en la torre que ahora intentaría derribar. Sin embargo, en su interior, sentía un vacío que no podía ignorar.
“¿Y si todo esto es inútil?”, pensó, mientras tamborileaba los dedos contra el mango de su bastón. Sus planes siempre habían sido meticulosos, calculados al extremo, y siempre ejecutados desde las sombras. Pero ahora estaba aquí, al borde de un enfrentamiento directo, rodeado de hombres a quienes despreciaba tanto como temía. “¿Era esto lo que deseaba realmente?”, se preguntó.
Su mente vagó hacia Ladera, hacia los días que había pasado allí con Alicent Hightower. En medio del caos de la guerra, aquellos breves momentos de calma habían sido un respiro inesperado. Recordó cómo la reina madre solía sentarse junto a la ventana, con la luz del sol bañando su rostro, mientras le hablaba de sus hijos y nietos. Alicent nunca le había pedido que abandonara sus maquinaciones, pero Larys había sentido, por un instante, que podría haberlo hecho. Que podría haber dejado atrás todo el juego de poder, todas las intrigas, y simplemente haberse quedado allí, en paz.
Un gruñido de impaciencia lo sacó de sus pensamientos. Uno de los hombres, un gigante de brazos gruesos y rostro lleno de cicatrices, se volvió hacia él.
—¿Cuánto más vamos a esperar, cojo? —gruñó el hombre, escupiendo al suelo.
Larys alzó la mirada lentamente, sus ojos fríos como el acero.
—Esperaremos hasta que llegue la señal —respondió, con una voz tan helada que el hombre retrocedió un paso.
El gigante masculló algo, pero no se atrevió a insistir. Larys volvió a mirar hacia la oscuridad, hacia las escaleras que conducían al corazón de la Fortaleza Roja. La señal llegaría. Sabía que lo haría. Había calculado cada variable, había movido cada pieza en el tablero. Pero incluso mientras esperaba, el cansancio seguía creciendo dentro de él. Cansancio de las sombras, de los planes ocultos, de la constante lucha por sobrevivir en un mundo de traiciones.
Por un momento, se permitió imaginar cómo habría sido quedarse en Ladera. Una vida sin secretos, sin la presión constante de estar un paso por delante de sus enemigos. Una vida tranquila, quizá incluso feliz. Pero luego descartó la idea con un suspiro. Larys Strong no era un hombre destinado a la tranquilidad. Su papel en este mundo era sembrar el caos, mover las piezas y asegurarse de que siempre ganara, aunque al final solo quedaran cenizas.
—Pronto —murmuró para sí mismo, casi como un mantra.
Y mientras los hombres a su alrededor se preparaban para el asalto, Larys permaneció en silencio, hundido en sus pensamientos, preguntándose si acaso esta sería su última jugada. Pero, en el fondo, sabía que ya no había vuelta atrás.