Misión A: hostigamiento con arqueros (Horacio)
Misión B: avanzar con el centro con las filas ordenadas (Horacio)
Misión C: avanzar por el flanco derecho con las filas ordenadas (Kevan)
Misión D: avanzar de forma ordenada y aguantar en el flanco izquierdo (Horacio)
Misión E: carga de caballería (Boros)
Misión F: matar a Aegon (Petyr)
Misión F: Matar a Aegon
PoV
Corlys Velaryon
No está ahí, pero bueno, debo poner uno. Aunque entiendo que mejor sería poner a Rhaenyra.
Tokens
Rhaenyra Targaryen
La Reina de Poniente liderará a los hombres en la batalla final. La Venganza la guía contra Aegon Targaryen.
Syrax
La Bestia de Rhaenyra Targaryen es una dragona formidable y se entiende a las mil maravillas con su jinete.
Bruma
De todos aquellos que no eran jinetes de dragón, Addam Mares es el que más tiempo lleva combatiendo con Bruma. Ya han luchado contra Fuegosol, Tessarion y la misma Vhagar.
Ejércitos
- Syrax (Alzado) , en Negros grupo ORO [Numeroso –1, Dragón, Veterano +2] FUE: 48.0
- Bruma (Alzado) , en Negros grupo ORO [Numeroso –2, Dragón] FUE: 30.0
Objetivo
El objetivo es Aegon. La idea es que ambos dragones trabajen juntos para atacar al dragón de Aegon Targaryen. Pero ojo, no iremos al combate cerca de su ejército, a distancia de sus proyectiles. La idea es hacer lo mismo que en las otras luchas, que la batalla se de en el aire, lejos de flechas y otros inventos.
Misión
La táctica es sencilla. Mientras abajo se dan de ostias, Addam y Rhaenyra tendrán un único objetivo: Aegon Targaryen y su muerte. El peso de la batalla lo debe llevar Rhaenyra, pues es la que tiene el mayor dragón y la mejor jinete de los dos, pero Addam ya ha luchado, tiene experiencia, y también quiere vengar a su hermano Alyn. La batalla es a muerte.
Localización
Harrenhal
Roleo
¡Hombres del Norte y del Tridente! ¡Hijos del honor!
Mis hijos, Joffrey y Aegon, han sido arrebatados de mí, sacrificados por la traición de los Verdes. Pero no lloraremos. ¡No nos arrodillaremos ante ellos! El dolor que sentimos hoy será la furia que arrasará sus tierras mañana. ¡Que sus castillos se quemen y sus hombres tiemblen ante nuestra venganza!
Hoy vuestra Reina lucha con vosotros, junto a todos vosotros. Y hoy venceremos. ¡El fuego corre por nuestras venas! Cada lágrima será un juramento. Cada grito de los caídos, un eco de venganza.
¡Hoy, nos levantamos por ellos! ¡Hoy, luchamos por justicia! ¡Hoy, la guerra será nuestra! ¡Por el fuego y la sangre! ¡A la batalla!
Rhaenyra, dispuesta a vengar todos aquellos golpes recibidos en aquellos últimos meses, estaba dispuesta a finiquitar todo allí y en dar muerte a Aegon, terminando con la farsa urdida por los Hightower. Había tomado juramento de Cregan Stark y Elmo Tully, y después de sus banderizos.
También tuvo a bien recibir a Lord Alan Beesbury, uno de los primeros que había jurado ser fiel seguidor de la Reina, aquel que había sido salvado de su sitio por Rhaenys Targaryen, la cual yacía en las aguas del Ojo de Dioses, dando su vida por la verdad. Por su verdad. Al igual que Daemon. Y que Alyn Mares. Todos aquellos sacrificios se habían dado por su nombre. Y ahora estaba decidida a cumplir con el final.
Llegó hasta Syrax, dispuesta a montarla. Junto a ellas estaban tanto Addam Mares como Bruma, aquel dragón que otrora hubiese montado Laenor Velaryon, dispuestos a alzar el vuelo. Pero no lo hicieron, porque la reina se acercó a ellos. Bruma, que había estado observando el horizonte, se encontró con la cercanía de Rhaenyra. No le era extraña, pues juntos habían volado hacía años ya. La Reina posó su mano en sus escamas y apretó ligeramente en lo que bien podría considerarse una caricia. El dragón cerró sus ojos y pareció tranquilizarse completamente.
“Vezhvenkī, Bruma. Lēnase, māzho. Lēnase, jāhor Laenor Velaryon, se ābra vestri ēdruta jagon Addam Mares. Ābrar līr, Bruma!”- Y aquello hizo que el dragón plateado se dispusiese a alzar el vuelo en seguida.
Luego, ya sobre Syrax, se inclinó sobre ella para hablarle, la última de sus palabras antes de la guerra, la lucha: “Vezhvenkī ūndegon, ēdruta ūndegon. Vezhvenkī, Syrax, ñuha rūbīrī ōrān.”