PoV.- Mance Rayder
Tokens.- Mance Rayder, Tormund Matagigantes, Jon Nieve
Mapa:
Roleo:
En el oscuro y helado amanecer de los días finales del otoño, las tierras más allá del Muro estaban más agitadas que nunca. Mance Rayder, el Rey-más-allá-del-Muro, había logrado unir a los diversos clanes del Pueblo Libre bajo una sola causa: la supervivencia. Sabía que el invierno venía con una fuerza sin precedentes y que el verdadero enemigo no eran los hombres del sur, sino los Otros y sus ejércitos de muertos. Sin embargo, para salvar a su gente, necesitaba llegar al otro lado del Muro, y eso significaba enfrentar a la Guardia de la Noche en Castillo Negro.
Mance trazó un plan audaz y arriesgado, dividiendo sus fuerzas para atacar en tres frentes distintos. Él mismo lideraría el asalto principal contra Castillo Negro, buscando aprovechar la sorpresa y la presión directa. Mientras tanto, Tormund Matagigantes, su más feroz y leal comandante, dirigiría a sus hombres contra Escudo de Roble, una fortaleza más pequeña pero estratégica, con una misión crucial: cruzar el Muro y desactivar cualquier alarma que pudiera frustrar el asalto de Mance. Finalmente, Jon Nieve, convertido en aliado del Pueblo Libre tras su tiempo infiltrado entre ellos, recibiría la misión de cruzar por Lago Hondo con la esperanza de dispersar las fuerzas de la Guardia y desorientarlos.
La noche anterior al ataque, Mance reunió a sus capitanes en su tienda. El ambiente estaba cargado de tensión y esperanza. “Hemos llegado a este punto juntos”, dijo Mance, su voz resonando con autoridad. “Mañana, nos jugamos el futuro de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos. Jon, Tormund, sabéis lo que tenéis que hacer.”
Tormund, con su habitual bravuconería, golpeó el hombro de Jon. “No te mueras, bastardo. Tengo una apuesta contigo sobre quién mata más cuervos.”
Jon asintió, su mirada resuelta. “Haremos lo necesario. Por el Pueblo Libre.”
Cuando la oscuridad aún cubría el mundo y el frío mordía hasta los huesos, Mance y su ejército se acercaron sigilosamente a Castillo Negro. La guardia nocturna era escasa, y el asalto fue rápido y brutal. Las puertas cedieron bajo el embate de los mamuts y los guerreros del Pueblo Libre, y pronto el sonido del acero y los gritos de combate llenaron el aire.
Al mismo tiempo, Tormund y sus hombres descendieron sobre Escudo de Roble como una tormenta. Las flechas llovían y los gritos de batalla resonaban, mientras los defensores se esforzaban por repeler el ataque. La ferocidad de Tormund y la determinación de sus hombres fueron demasiado, y pronto las defensas de Escudo de Roble comenzaron a colapsar.
Mientras tanto, Jon y un pequeño grupo de infiltrados se movían con sigilo a través de la helada superficie del Lago Hondo. Conocían bien el terreno y evitaron las patrullas con habilidad. Llegaron al otro lado del Muro, por donde pudieron trepar sin mayor problema, permitiendo a más guerreros del Pueblo Libre ingresar al sur sin ser detectados.