POV: Jon Connington
Token: Jon Connington, Sed de Gloria.
Roleo:
Había perdido muchas cosas.
Para algunos, el honor. Para otros, la riqueza y las amistades que una vez tuvo. Jon lo sabía. Se había enviado pergaminos con Ronald y le aliviaba saber que el Nido del Grifo estaba intacto y que habían comenzado los preparativos para la guerra, pero algunos noches soñaba con la maza de Robert desplomándose sobre el pecho de sus soldados antes de violar a las campesinas circundantes. Se despertaba, empapado en sudor y maldiciendo aquel maldito Aguasnegras, que lo había separado de la honra y la gloria.
También sabía que Aerys no se fiaba…del todo. Jonothor Darry lo seguía, y Jon trataba de darle conversación. No era un experto en los complicados bailes diplomáticos de la Corte, pero tampoco lo era el caballero blanco. Era un hombre que daría la vida por su rey y que sospechaba de Jon con bastantes motivos. Pero confiaba en darle muestras de que se equivocaba. Una vez que había hecho el juramento, lo llevaría a cabo.
Pero para eso, necesitaba apoyos, y necesitaba un pueblo que lo apoyara. Había perdido a todos los amigos que una vez pudiera tener en la Corte, pero podía haber ganado algo más grande. Sabía que en los mentideros del Lecho de Pulgas se hablaba del guapo señor que había desafiado al Rey y rescatado a un prisionero de sus mazmorras, y como el rey, divertido y asombrado, lo había nombrado Mano del Rey para deshacerse de los rebeldes. El pueblo amaba esas hazañas.
Estaba dispuesto a aprovecharlo.
-Desapruebo esto, Connington. Te tuve a un palmo de acero de la muerte y te escapaste. Ahora debo protegerte y no me gustaría que una piedra mal lanzada arruinara mi trabajo.
-No la lanzarán. Confía en mí. La guerra, por suerte, aún no ha llegado hasta aquí. - Era cierto. Los rios sangraban, pero Desembarco del Rey aún se mantenía incólume y como si nada sucediera en el reino. - Comencemos.
Una audiencia fuera de Palacio. Una audiencia para que más plebeyos pudieran acercarse, cuchichear y presentar reclamaciones. Pronto le tocaría partir a la guerra, pero quería dejar una ciudad satisfecha y que le quisiera detrás. Volver entre loas era mejor que ser recibido entre boñigas.
-¡En nombre de Aerys II, de la Casa Targaryen, Jon Connington, Señor de Nido del Grifo y Mano del Rey! - Era su portaestandarte, Gideon, el que desplegaba ahora las banderas de ambos. - ¡Da comienzo esta audiencia!
Misión:
Ganarse el respeto del pueblo, y lo que pueda de su aprecio, antes de partir en campaña. Es, también, una forma de que aprecien más a Aerys y que haya más movilizaciones en su favor. Será más fácil reclutar y, en el peor caso, resistir, si el pueblo nos quiere que si nos odia.
Objetivo:
Intentar generar lealtad entre el pueblo, sea narrativamente o en forma de token (necesito algunos para reponerme) o como sea.