POV
Dow Kavenson
Tokens
- Isern el druida: anciano calvo y malhumorado que dice haber vivido desde antes del primer desembarco lorelano. Llegó a la tribu hace dos años y desde entonces, los presagios han servido a Dow para prever lo que está por venir y anticiparse, lo que le ha granjeado una posición de poder, llegando a adelantarse a las escaramuzas fronterizas habituales entre las tribus fiska.
Espíritu del río Kaven: el río Kaven siempre ha velado por sus hijos, protegiéndolos del enemigo oriental mediante crecidas cuando estos han intentado cruzarlo y suministrando agua en exceso para el desarrollo agrícola de la región. En el pasado cercano, en la guerra con Snjórsonr donde los Kaven perdieron parte de sus territorios al otro lado del río, sólo gracias al espíritu no pudieron cruzar sus aguas, enquistandose la guerra hasta la firma de la paz.
Descripción narrativa
Dow se reúne con Isern para que este haga un ritual para ver los planes de los enemigos. Para ello, Isern pedirá ayuda al espíritu del río Kaven para que sus aguas, una vez en el mar, puedan presagiar qué es lo que pretenden.
Objetivo
Descubrir los planes lorelanos.
Viaje
No hay viaje
Roleo
Mientras las voces y cuchicheos, acompañadas de preocupación y medio, se sucedían en la fortaleza, Dow se recluyó en sus habitaciones, acompañado del druida Isern. Fueron horas las que debatieron, hasta que una conclusión fue consensuada: necesitaban más información.
Por ello, Isern se dirigió al río Kaven. Durante sus años allí, había descubierto que el río sentía especial interés por los asuntos mundanos, con lo que… con el tiempo, habían desarrollado una especie de relación.
A las afueras, solo, alejado de miradas indiscretas, comenzó el tribunal y el sacrificio. Una niña virgen y pura que había sido secuestrada en tierras vecinas fue entregada al espíritu. Había sido difícil encontrar la forma de llamar la atención del espíritu, pero una vez conseguido, nunca había faltado al encuentro.
Sólo tenían que esperar para ver si aquella sería la primera vez. De un tajo, el druida sesgó la vida de la muchacha; apenas era una niña. Sin embargo, tiempos desesperados exigían medidas desesperadas.
El río se tiñó del vívido rojo de la sangre, antes de diluirse. Unos minutos después, la visión impactó como un torrente contra Isern, sumiéndolo en un estado de seminconsciencia.