Misión III: Si vis pacem, para bellum

PoV

Constantino

Consatantino, Adalid de la Forja, es un hombre de mediana edad, de complexión robusta y manos curtidas por el trabajo manual. Su aspecto refleja la fuerza y la tenacidad necesarias para liderar a los trabajadores en su labor diaria. Suele llevar un atuendo simple pero resistente, con una delantal de cuero y herramientas de trabajo a su lado.

Es conocido por su humildad y su dedicación a la comunidad mercenaria. Es un líder tranquilo y comprensivo, que valora la contribución de cada individuo a la sociedad. Siempre está dispuesto a escuchar y resolver problemas, y se preocupa profundamente por el bienestar de su pueblo.

Dentro de los mercenarios, Constantino supervisa la producción de alimentos, materiales y otros recursos esenciales para la comunidad. Coordina a los campesinos, artesanos y mineros para garantizar un suministro constante; se ocupa de la planificación logística organizando el almacenamiento y la distribución de recursos, asegurándose de que las tropas mercenarias estén bien abastecidas durante las campañas militares; está al mando en cuanto a construcción y mantenimiento se refiere, liderando proyectos de construcción y reparación de infraestructuras como fortificaciones, caminos y viviendas. También se encarga de mantener las herramientas y equipos en óptimas condiciones; por último, trabaja en estrecha colaboración con los comerciantes para asegurarse de que la comunidad mercenaria tenga acceso a bienes que no pueden producir internamente.

Constantino es el cemento que mantiene unido a los asentamientos de Bornia ya que es quien decide hacia dónde van los recursos y cómo se deben conseguir; esto, sin embargo, ha generado que a veces se comporte de forma arbitraria si alguien le ofende lo que conlleva un deterioro de las relaciones entre las aldeas si opta por castigar a alguna de ellas en beneficio de otra.

Tokens

Constantino

El Adalid de la Forja aporta enfoques pragmáticos a los asuntos de Bornia.

El pragmatismo bornio

No hay tiempo que perder o recursos que desperdiciar. Los mercenarios de Bornia saben que la única forma de hacer bien las cosas es hacerla de forma eficaz y eficiente. Lo contrario sería fallar, y no hay lugar para los fracasos en Bornia.

La gran mentira

Los Bornios dejaron de existir hace dos generaciones. Ahora solo quedan mercenarios que han simulado serlo para poder entrenarse sin que nadie dude del papel que pretenden jugar en el mundo. Muchos seguirán viendo bornios y no fanáticos de Loric que sirven a un lorelen.

Ejércitos

No

Objetivo

Preparar una campaña militar fuera de la isla, es decir, tener una ruta de navegación preparada, suministros que duren semanas preparados, armas preparadas, animales de carga, etc para que cuando Hermíone marche tenga todo listo. Y hacerlo sin llamar la atención de comerciantes que por casualidad pasen por allí o, quién sabe, exploradores de otros Clanes.

Misión

Constatino va a hacer acopio de alimentos que perduren tales como cecina, salmueras, etc; también va supervisar que los barcoluengos estén en buen estado y tendrá preparada madera suficiente para que puedan ser reparados en caso de desastre marítimo; tendrá preparadas bestias que puedan transportarlo todo una vez en tierra; y se asegurará que las armas van en el mejor estado posible.
Además, estudiará el mar y preparará una ruta adecuada para poder desembarcar en la isla vecina en un punto que permita un despligue rápido y hacerlo, además, sin que sean vistos hasta que sea demasiado tarde.
Todo esto lo prepara de tal forma que si alguien estuviera vigilando parezca algo casual y no los preparativos de una invasión.

Localización

Se prepara todo en la isla.

Roleo

Si Bornia iba a mostrarse al mundo, quedaba en manos de Constantino el tenerlo todo preparado para que el Avatar de la Guerra no echara nada en falta una vez marchara a la guerra. Durante semanas estuvo yendo y viniendo de un lado a otro de la isla, comprobando que todo lo que había ido encargando se iba haciendo y que se hacía bien. Era un trabajo arduo que le consumía todo el día y gran parte de la noche, pero Constantino no necesitaba dormir más de lo normal, le bastaba con que le dejaran dormitar a ciertas horas; además, ya descansaría cuando Hermíone marchara. Un par de días al menos.
Por supuesto surgían problemas: la madera que tenían reservada se había podrido, no tenían suficientes ánforas para llevar salazones, las tormentas impedían acercarse mucho a la isla vecina desde el norte. Pero ningún obstáculo era insalvable y la moral y tesón de Constanito era una barrera infranqueable para cualquier viscisitud.

Y así, poco a poco, los almacenes se llenaban y Constantino fruncía cada vez menos el ceño.

Cuando esté esta misión lista, le doy caña a la invasión.

Esto pasa mañana, pero me adelanto que mañana iré justo.

Todo bien, reunes víveres suficientes como para no tener que preocuparte por ellos durante un tiempo. Tienes suministros para 10 días de campaña, suponiendo que marches mañana, hasta el 25/10 no hace falta que te preocupes por los suministros.

Eso sí, mientras viajes por tierra con los suministros la velocidad de tus ejércitos es lenta.

A los barcos no les afecta (y si estás “cerca” de la costa me vale para las líneas de suministro)