Misión IV. El bravo y dicharachero ser Richard
Desarrollo de la misión
Por lo que hemos visto durante el primer día y de lo que hemos oído hablar de ellos, Lord Robert Baratheon y Brandon Stark parecen hombres de apetitos voraces y amantes de la fiesta y la pelea. Ser Richard será un perfecto compañero para ellos, así como nuestro informador de lo que hacen en todo momento y de sus inquietudes y planes de futuro… si el alcohol no termina borrando todo dato útil de su mente, claro. Siempre quedarán entre ellos lazos de camaradería.
Tokens y PoVs involucrados
Ser Richard Lonmouth como token.
Roleo
El primer día de torneo de Harrenhal había llegado a su fin y Rhaegar Targaryen se sentía abrumado ante la opulencia y los lujos del torneo. La fiesta de la noche había sido comparable a las que se hacían en la corte para las festividades especiales. Se preguntó como aguantaría despierto los siguientes días si no abusaba de las bebidas espirituosas, que prefería evitar siempre que podía. Tras un almuerzo frugal, hizo llamar a su amigo Richard, pero en su lugar vino su escudero. El joven se excusó diciendo que el caballero estaba durmiendo, pero ante la insistencia del príncipe aceptó llevarlo hasta él. Algo avergonzado, le confesó que esperaba que no se escandalizara por el estado de su señor. El escudero de Richard lo condujo con pasos rápidos a los gigantescos establos que había construido Harren el Negro. Allí, en una de las cuadras, dormía plácidamente sobre la paja un caballero con el torso desnudo, acompañado de dos mujeres igual de ligeras y dormidas. El joven se aproximó a Richard con cuidado y empezó a darle pequeños cachetes, mientras Rhaegar, apoyado en la puerta de madera, observaba la escena divertido.
— Veo que habéis pasado una noche ajetreada.
La voz del príncipe hizo mucho más por despertar a un resacoso ser Richard que su escudero; con mucho esfuerzo, abrió los ojos y se incorporó sobre uno de sus codos.
— ¿Qué…? Mi príncipe… ya me disculparás, pero… —el caballero se paso la mano izquierda sobre sus ojos mientras suspiraba de cansancio, intentando ordenar sus pensamientos— Sea lo que sea, me gustaría que no fuera muy pesado. Necesito descansar un poco.
A pesar del semblante serio de Rhaegar sus ojos observaban la escena divertidos. Él detestaba los excesos, pero en el caso de ser Richard los toleraba porque no hacían daño a los demás. Solía contarle muchas anécdotas divertidas, y de seguro que de la anterior noche tendría unas cuantas. En el banquete aprovecharía para dar rienda suelta a su ligera lengua, que solía arrancar muchas sonrisas y carcajadas.
— No hace falta que lo jures. Acompáñame un momento, necesito que me hagas un pequeño favor. Creo que no te llevará mucho trabajo.