Objetivo:
Ayudar a la instalación de un asentamiento lorelano en el puerto de Alba Julia para actuar de contrapeso contra el creciente poder de Rivendall en el norte
POV:
Arëon
Tokens:
Bajo las Montañas: Las tribus de Nathul florecieron bajo las grandes montañas del oeste de la Isla, que ellos llaman Vändalore y representan un lugar de refugio y protección. Cuando ha habido guerra, los hombres y mujeres de Nathul se han refugiado en las montañas y en las lindes de los bosques, y de las entrañas de la tierra surge el material para luchar, protegerse, construir y comerciar. Vändalore aparece reflejada en los escudos de madera, en las ropas y los estandartes. Es un recuerdo omnipresente de la supervivencia de una tribu unida.
Utilizado por las canteras de Nathul, que proporcionarán parte de los materiales que piden los lorelanos de Serenna para continuar con la construcción de su asentamiento.
Misión:
Arëon, tras haber logrado la paz interna con las tribus, envía recursos a los lorelanos para continuar con la construcción de Alba Julia y asegurarse de que el tratado de amistad mutua se mantiene. Para evitar suspicacias o tensiones con sus propias familias subalternas, los recursos provienen de las canteras de la familia de Nathul.
Mapa y movimientos:
De Nathul a Alba Julia, evitando los caminos que llevan hacia Rivendall, histórico enemigo de los lorelanos. Un pequeño grupo (-2 horas por hexágono), pero atravesando 2 de 4 hexágonos en terreno relativamente escarpado (colinas, +5 horas por hexágono). Hacen un total de: 4x8 = 32 + (5x2) → 42 horas en llegar a Alba Julia.
Roleo:
Arëon observó cómo la caravana partía hacia Alba Julia. Sus hombres y mujeres. Sus piedras, una parte de su patrimonio. Sabía que apostaba por un caballo, y que de esta forma sus jefes de guerra no podían quejarse de que les estuviera tasando…pero también que un error de los lorelanos o un mal cálculo por su parte podía llevar a atención indeseada de Rivendall. Tendría que lidiar con eso también.
La caravana ya se perdía de vista en el horizonte. Buena piedra de Vändalore, buenos hombres para custodiarla por su propio territorio. ¿Merecía la pena llamar a las armas? Corrían rumores de que los lorelanos habían fracasado en una expedición armada al este de la isla. Stékär retornaba con malas nuevas de los bosques, y había tenido que enviar mensajeros a este y oeste para seguir caminando por la fina línea de la paz.
La guerra…otra guerra. Lo que nunca había deseado para su pueblo ni su isla parecía acercarse peligrosamente.
-¿Estoy yo contribuyendo a empezarla?