Misión Num.1: El torneo de los Desagravios

La comitiva de los Stark, con Lord Rickard a la cabeza se introdujo en la arboleda con toda la confianza que da el paso de un invierno corto, la llegada de la primavera y varios años de Paz del Rey increbrantada. Poco o nada le hacía pensar que su viaje corría algún peligro, pero todos los ensueños se esfumaron de su mente cuando desde el final de la columna llegaron gritos y sonidos de combate.

Ya era tarde cuando los hombres de armas de Lord Stark acudieron al lugar. Surgieron de la nada, dijo Ser Medger, con media lanza atravesada en el costado, aunque pronto su débil voz se apagó para siempre dando paso a los gritos de rabia Lord William. No era para menos, en pocos minutos su esposa había desaparecido a lomos del caballo de un harapiento pero a todas luces capaz hombre de armas y para colmo, su tío, veterano de la Guerra Nuevepeniques y su más capaz comandante y consejero había perdido la vida ensartado a traición. Un centenar de hombres peinó la zona instantes después de la llegada del señor de Invernalia, a su llegada, no antes del anochecer, informaron sobre como habían perdido el rastro al llegar a un riachuelo cercano.

A leguas de allí un ausente Aenys miraba a la nada mientras el chapoteo del agua le inducía en un estado de hiposis, solo el hedor de aquella apestosa rata al que tenía que considerar como de su familia le despertó de aquella ensoñación.

  • Pronto el curso excavará la roca y deberemos volver al camino. Maldita sea -el miedo era palpable también en sus ojos- ha sido una locura, la espada de aquel maldito guerrero por poco me rebana el pescuezo.

  • Cierra la boca, ¿crees que a mí me gusta combatir en primera línea? Tenemos nuestro premio y mantenemos nuestras vidas intactas. Es todo lo que podíamos pedir -zanjó la conversación azotando las nalgas de la dama maniatada que colgaba del corcel de su izquierda-.

  • Por ahora…-murmuró mientras se alejaba hacia la retaguardia, donde creía estar más seguro-.

En su vuelta hacia Los Gemelos, varios de los campesinos que pagaban sus impuestos en Pantano de la Bruja les observaron, les fue imposible reconocer a la dama pero no les extrañaba, ya sabían como se las gastaban los Frey en aquellas tierras.


Aerys Y La Rata desde ahora son tokens Agotados (1 punto de daño)

La Casa Nayland de Pantano de la Bruja y vasalla tuya empeora su disposición hacia ti por las tácticas utilizadas (-2).

Lady Barbrey Dustin, hija de Lord Rodrik Ryswell de Los Riachuelos y recientemente desposada con Lord Willam Dustin de Los Túmulos, es secuestrada, el tío de su marido, Medger Dustin de 41 años, veterano de la Guerra Nuevepeniques, y otros dos hombres mueren en la emboscada que dura apenas unos minutos.