-Vas en mi nombre. No te despreciarán.
-Sabes que sí, Meria. Siempre lo han hecho. Siempre lo harán. - Nalla empujaba la silla de ruedas sin demasiada dificultad. La princesa pesaba menos de lo que parecía y podía moverse aún, a pesar de su avanzada edad, pero de cuando en cuando prefería la comodidad de ser desplazada. - Tampoco me gusta la idea de dejarte sola en este nido de víboras.
-¿Lanza del Sol un nido de víboras? ¡Ja! - Meria se rió. - He estado en otras cortes. He visitado Altojardín y he visto a sus mayordomos conspirando contra el señor de Gardener. He escuchado los rumores sobre las tierras de los ríos y Hoare. No, mi fiel Nalla. Dorne es un paraíso. - Frunció el ceño. - Un paraíso que pretenden arrebatarnos.
-¿Seguís pensando en el dragón?
-Todos los días con sus correspondientes noches. Un dragón, una fuerza como no habíamos visto desde que Nymeria tuvo que llevarse a su pueblo desde el Rhoyne. - Sacudió la cabeza. - ¿Cómo combates contra algo que vuela?, ¿pido a mis soldados que apunten al cielo con los escorpiones y recen por no ser achicharrados? Son inevitables.
Nalla no esperaba tanto desánimo por parte de su señora. Durante más de quince años había permanecido a su lado y jamás la había visto temblar o dudar ante nada. Y sin embargo, ahora…ahora Meria Martell estaba asustada. Y ella lo sabía.
-¿Entonces por qué me mandáis lejos de vuestro lado? Yo soy la mejor guerrera de este principado. Lo sabéis. Yo puedo derrotar en duelo a sus jinetes y volver inútiles a sus dragones.
-Porque los dragones no ganan la guerra, hija. Porque los dragones pueden quemar ejércitos y deshacer la moral. ¿Pero cómo combatir contra el desierto y sus hijos repartidos a lo largo y ancho del mismo? No, los dragones me asustan, pero lo que me aterroriza son los ejércitos. Si logran tomar una cabeza de playa en Dorne, nos tendrán a su voluntad.
-Teméis una flota.
-La temo. Y por eso te envío. A ti no te seguirán, pero sí que lo harán con un hijo de una Casa Noble, más aún si vas en mi nombre. Escúchame, los Peldaños de Piedra…
POV: Nalla.
Tokens: Orgullo de Dorne -> Va enviada por Meria Martell, por lo que usa la autoridad de la princesa para sus reuniones. Nalla no será seguida, pero sí la palabra de la Señora de Dorne.
La Espada de Dorne -> A pesar de no ser una lideresa militar, los señores de Dorne saben del valor en combate de Nalla. Es una garantía de que misiones bélicas tendrán mejor futuro.
Misión:
El objetivo es que Nalla, investida de poderes para hacerlo por Meria, recorra tres castillos: Limonar, Colina Fantasma y Bosquepinto. Su objetivo: reclutar a hombres conocedores del mar de Dorne y de los Peldaños de Piedra, junto con un noble de entre estas familias que haga de Almirante de la Flota de Dorne. El objetivo es pertrechar a la expedición que partirá posteriormente a los Peldaños de dos elementos:
-Gente experimentada en la zona (He cogido los tres castillos, junto a Lanza del Sol) más cercanos a los Peldaños. Son un nido de piratas, y hay que andar con cuidado.
-Un líder noble que lidere la flota, dado que Nymor está en el norte y no es un guerrero, Meria no se puede poner al mando y Nalla no es una lideresa militar. Está ahí como POV y voluntad de la princesa, pero sus habilidades son marciales y no de liderazgo.
Reclutados estos personajes, volverá a Lanza del Sol para preparar la expedición rumbo a los Peldaños. Un sitio clave para controlar el movimiento de flotas enemigas procedentes del Norte. Mientras, Meria reforzará la flota.
Mapa:
Movimiento:
Entre Lanza del Sol y Limonar deduzco que hay un vado, lo cual haría 16 horas para ese movimiento. Si no, es un río (32 horas). De Limonar a Colina Fantasma son 16/32 horas + 16 por moverse por una montaña. De Colina Fantasma a Bosquepinto son 16+8 (24) horas. Y de Bosquepinto a Lanza del Sol son 3x8 (24 horas). Todo ello moviéndose a velocidad normal y contando con Nalla + su pequeña escolta, no ejércitos.
Total tiempos: 96 horas si hay vados/128 si no los hay. (4 o 6 días, respectivamente)