Misión XXVI: La Seguridad de la Isla

PoV

Daemon Targaryen

La vida de Daemon Targaryen ha estado muy lejos de satisfacer sus propias expectativas.

Osado, ambicioso y peligroso, vagabundeó por el Consejo Privado como Consejero de la Moneda y Consejero de los Edictos hasta encontrar su lugar como Comandante de la Guardia de la Ciudad. Allí armó y pertrechó a los soldados, dotándoles de capas doradas y valiéndose de una brutalidad desmedida para mantener la seguridad de la capital.

Daemon es un hombre complejo, carente de cualquier atisbo de escrúpulos y dispuesto a hacer lo necesario para alcanzar sus objetivos. Por ello, no son pocos los que piensan en Maegor “el Cruel” al pensar en el Príncipe Canalla. Sin embargo, Daemon Targaryen es mucho más que eso.

¿Por qué la querencia de obtener la Corona? Es una muy buena pregunta y para la que no hay una respuesta sencilla.

Igualmente, esa aspiración poco a poco se ha ido alejando de él (exilio mediante) como acercando (matrimonios) hasta el lugar que nos ocupa, a un paso de convertirse en rey consorte. ¿Suficiente para él? Quizás, pues cree posible cogobernar junto a Rhaenyra, quien siempre necesitará una espada firme a su lado… aunque los pasados anhelos puede que no hayan llegado a desaparecer.

Tokens

Daemon Targaryen y el arte de la guerra

Los intereses del príncipe Canalla nunca han estado ligados al gobierno. Desde joven destacó en el ámbito marcial, razón por la que su abuelo Jaehaerys I le hizo entrega de la espada Hermana Oscura, la cual siempre le acompaña (incluso cuando el protocolo exige lo contrario). Más allá de torneos o su posición como Comandante de la Guardia de la Ciudad, donde Daemon se labró su renombre en la guerra fue en la campaña en los Peldaños de Piedra (que duró tres años) donde junto a Corlys Velaryon se hizo con el control de las aguas costeras e islotes que separan Poniente del Reino de las Tres Hijas.

Unido a ello de forma indistinguible se encuentra la experiencia a lomos de su dragón Caraxes, siendo el único jinete de dragón vivo que ha conducido a su dragón a un conflicto bélico real.

Ejércitos

  • 1 de Rocadragon (Alzado) , en En Rocadragón [Numeroso +1, Leva, Hda +2, Arqueros +1, Marinos, ] FUE: 11.4

Objetivo

Incrementar la seguridad la seguridad de la Isla.

Misión

Además de la defensa de la fortaleza, se organizarán partidas de vigilancia continua que barran la Isla, principalmente en aquellas calas donde se pueda desembarcar. El objetivo es evitar que otros puedan tener la idea peregrina de tratar de robarnos a un dragón.

De los 1.000 hombres que guardan Rocadragón, 200 se dedicarán a estas labores que irán turnado, de forma que se agrupen 20 formaciones de 10 soldados que irán protegiendo recorriendo la isla semanalmente. Cuando esos 20 grupos vuelvan, se formarán 20 nuevos grupos de entre los 800 soldados que quedaron en la fortaleza, de forma que una misma persona se dedique a estas labores mensualmente (una semana de vigilancia, cuatro semanas de descanso en la fortaleza).

Para esta labor, podrán valerse de una (1) flota de Barcoluengos que quedaría adscrita a esta misión.

Además, se llevará un control de todos aquellos que entren en la isla a través del puerto, manteniéndolos vigilados e interrogándolos si fuera necesario. Un grupo de 10 hombres se encargará de ello, en lo que llamaremos “control aduanero”.

Localización

Esta misión tiene lugar en la isla de Rocadragón.

Roleo

Habían resuelto aquel incipiente problema gracias a la ayuda de Larys Strong. La conversación con su esposa había hecho dudar a Daemon. ¿Jugaba el cojo a dos bandas o verdaderamente los apoyaba? Aquello resultaba extraño. El Consorte había estado reflexionando sobre ello y la conclusión a la que había llegado era que no podía confiar en él. El Consejero de Rumores simplemente estaba buscando una red de seguridad, para en caso de que todo fuera mal, poder salvar la vida. Sólo si la causa de los verdes estuviera totalmente perdida, el cojo abandonaría el barco. Y sería el primero en hacerlo, porque aquello era lo que hacían las ratas.

Pero no podían descartar que si Lord Lannister había tenido aquella idea, otros podrían tenerla.

Por ello, Daemon mandó llamar a los soldados, quienes formaron en el patio de armas de la fortaleza. Y allí, hablando con los capitanes, les expuso sus órdenes. Debían conocer en todo momento quiénes entraban y salían en la isla. Y no sólo en el puerto, sino también en cualquier cala que pudieran desembarcar.

Tenían que ver qué sucedía con Bruma, pero si realmente se demostraba que la sangre valyria era suficiente para domar un dragón… más valía poner la venda antes de la herida.

Rocadragón es fácil de defender, sólo tiene un puerto capaz de aceptar naves de envergadura mayor a una chalupa, y tan solo un puñado de calas que dan a acantilados negros sólo accesibles en marea baja existen repartidos por la isla.

Pones a tus hombres en posiciones clave, con el beneplácito de Rhaenyra. Controles, vigías, bloqueos, permisos … Rocadragón es una fortelaza, pero todo tarda más, hacer venir un simple cesto de frutas desde el puerto implica pasar varios controles, muchos reportando directamente a Daemon, cuyo tiempo es limitado, y delegar requiere hombres menos capaces.

Puedes mantener la vigilancia tanto como quieras, pero las misiones llevadas a cabo en Rocadragón tardarán más mientras la misión siga activa.

Antes de marchar, Daemon deja a Lord Steffon Darklyn al mando del Servicio de Vigilancia Aduanera.

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