Muchacho

Jaime, acércate. – Dijo Gerion antes de entrar en salón de Colmillo Dorado; después se alejó con su sobrino para poder hablar tranquilamente con él. – Has estado raro estos días. Creí que volver a tu hogar te gustaría, al fin y al cabo has podido ver a Cersei.

No te burles de mí, tío, no estoy para chanzas. - Contestó airado Jaime.

Al contrario, muchacho. Lo digo de verás. Sé que amas a tu hermana y ella a ti, y aunque no es lo que yo hubiera querido no es que pueda hacer algo para evitarlo. Ni tu padre.

Ya sé qué opina mi padre, lo veo en sus ojos cada vez que me mira, cada vez que calla cuando estoy presente. Me desprecia. - Había verdadero dolor en las palabras de Jaime pero también orgullo, uno que Gerion conocía bien dado que también corría la sangre Lannister por sus venas.

Cuan equivocado estás, Jaime. – Jaime enarcó las cejas y después frunció el ceño exigiendo explicación. – Tu padre no te desprecia. Todo lo contrario. Te quiere tanto que va a cambiar Poniente por ello.

¿Qué quieres decir, tío?

Tu padre va a luchar para convertiros en rey y reina a ti y Cersei. Va a luchar por coronar a la Casa Lannister y que tú y tu hermana gobernéis como esposos y reyes y que nadie en Poniente se atreva a decir que no podéis ser esposos ya que solo los reyes lo han podido ser. – Jaime se quedó callado. Lo que le había dicho su tío era sin duda algo ante lo cual era difícil decir algo. – Ese es tu padre, Jaime, ese es el hombre que ama tanto a su hijo que va a llevar a Poniente a la guerra. Una guerra justa además puesto que Aerys hoy te ha casado pero mañana podría ejecutarte sólo para dañar a tu padre. ¿De verdad nunca viste que cada cosa que hacía Aerys era para dañar a Tywin?¿No viste cuánto ha tenido que soportar tu padre por el bien de Poniente? Soportó estóicamente los flirteos de Aerys con tu madre y ha soportado que lo humille públicamente ante Poniente. Pero cometió un error y fue demostrarle que si no era suficiente, Aerys te dañaría a ti y a tu hermana.
Y ahora los Targaryen se han ganado al peor enemigo que han visto en siglos: la Casa Targaryen. Sé que te gusta luchar tanto como a tu tío Tygget y a mí; prepárate para hacerlo y espero que sea de lado de tu padre, muchacho.

Gerion dio unas palmadas en la espalda de Jaime y se adentró en el salón dejando al joven a solas con sus pensamientos.