Planes de guerra

—Bienvenida madre. —Joffrey se mostró ligeramente nervioso cuando su madre apareció en el consejo, como cuando a un niño está jugando a algo que no debería y aparecen los adultos de improviso, con mirada curiosa e inquisitiva. Cersei ocupó uno de los asientos vacíos del Consejo, aceptando la invitación a hacerlo que el siempre displicente Ser Barristan Selmy le había lanzado y no devolvió el salido a su hijo, esperando quizás algo más.
El joven Rey carraspeó y añadió:
—Madre se incorporará desde hoy a mi Consejo como Reina Regente, siendo considerada fiel consejera y garante de los derechos de la Casa Real en este cónclave.
La reina lanzó una mirada de suficiencia a su medio hermano, en tamaño, Tyrion Lannister, que se refugió detrás de un cáliz de buen vino del Rejo antes de aceptar aquel desafío que hoy sabía que no podía ganar.
//Tywin Lannister y ft. Tyrion deben ser añadidos a la lista de consejeros. También Cersei Lannister. Además, no creo que haga falta decir que hay que quitar a Stannis y Renly que son traidores. Declararles fuera de la paz del Rey es suficiente, convendría yo.

La conversación continuó con largos debates alrededor de temas relativos a la rebelión en los Ríos y en los dominios de los Baratheon hasta que la sesión fue levantada por el maestre Pycelle, secretario de aquellas sesiones, y los consejeros fueron abandonando la sala.
—Lord Baelish, quédese en la sala un momento conmigo y con mi hermano. Tengo un curioso asunto que creo que le interesará. Es relativo a unas inversiones.—Cersei apuntaba con la mano, sin levantarse, el asiento que acababa de dejar libre el consejero de la moneda, que se sentó de nuevo con una pequeña muesca de preocupación en el habitual rictus socarrón que le caracterizaba.
—¿Qué espera del futuro Petyr? Porque mi hermano me comenta que últimamemte ha hecho unas inversiones muy…gravosas.
—El dinero es esquivo, unas veces sale bien lo que se gast…
—A Janos Slynt le ha salido muy mal.—Tyrion escupió las palabras con el sarcasmo habitual, salvo que en aquello apenas había sarcasmo. Petyr Baelish había comprado a los Capas Doradas. Janos era una sabandija y hacia tiempo que Cersei sabía que tramaba algo, pero no pensaba que el comprador de semejante rata estaba en el propio consejo de su hijo.


Juegas, Pablo.