En Pyke
Las noticias volaban por todo poniente y los navegantes que llegaban a Pyke desde el continente trajeron nuevas al Lord Segador, aquel al que apodaban el Kraken Rojo: Lord Dalton Greyjoy. Era un muchacho moreno y delgado, aunque fuerte, con una nariz aguileña y penetrantes ojos oscuros.
Dicen que rió a carcajadas ante sus capitanes ante la noticia de la muerte del rey Vyseris I Targaryen y el nombramiento de Aegon II. “Jajaja, tenía entendido que Rhaenyra era la heredera de Vyseris, ahora el rey es el joven Aegon II, dicen que es putero y borracho como su padre… Aunque eso no es necesariamente malo, el problema es que es un flojo y un maricón según dicen.” Sus capitanes rieron las bromas del señor y muchos pensaban como él. Anita, la doncella del hierro que estaba de pie a su lado le dijo: “Y dicen que Rhaenyra es una ramera que se tira a todo el reino, se folla a su tío y demás… aunque eso tampoco es necesariamente malo. El problema es que ni siquiera se ha quejado de que le usurpen el trono… qué poca sangre hay que tener.” Daltón meditó un momento: “Tienes razón Anita, tenía entendido que al menos Daemon tenía un par de huevos, que era un guerrero como los dragones de antaño. Pero de Rocadragón solo llega silencio, lloros y dicen que un aborto del disgusto.” Escupió en el suelo. “Qué gente tan lamentable, los Targaryen solían ser algo, pero la vida en la corte los ha amanerado totalmente. Pero bueno, esto es una gran oportunidad para poner en práctica LAS ANTIGUAS COSTUMBRES. ¡Todo esto acabará favoreciéndonos así que quiero que preparéis a la Amanecer Rojo para mañana a primera hora! Tengo que visitar a los señores de las Islas. Vamos a montar la mayor expedición vista en años.” “¿Pero a dónde? No estamos en guerra con nadie, de momento. Los emisarios de Lannister quieren comerciar con nosotros.” Dijo un barbudo capitán que respondía al nombre de Peter el Borrego. “Ya sabéis el dicho, los leones son todos unos maricones.” Contestó otro. “Nadie los odia más que yo.” dijo Peter “Pero sus esposas de sal están muy bien.” “Y que lo digas.” asiente Dalton “Son tan maricas los occidentales que sus mujeres se tiran al agua para que las recojamos y las hagamos nuestras esposas de sal. Os lo juro.” el Lord Segador continuó “Más allá de nuestras islas hay infinitas tierras que saquear y si no, daremos la vuelta al mundo yendo hacia el occidente como dice mi hermano cuando ha bebido mucho vino y agua de mar. Hablando de vino, creo que se nos ha terminado y tendremos que ir a coger más. Hasta entonces solo habrá cerveza pero sé que seréis rápidos en aprovisionarnos. ¿Qué preferís Dorado del Rejo o los tintos más fuertes? Y acompañados de una buena cantidad de esposas de sal sumisas. Os digo que os aprestéis para la guerra pues Poniente va a sangrar si los negros no son una banda de putas y maricones. Reclutad hombres, construid barcos, forjad armas. Se acerca la Tormenta.”
Todos entendieron las órdenes de Dalton y se aprestaron a movilizarse. Venían tiempos interesantes.
En las Costillas de Nagga
El viento agitaba las estructuras grises mientras Veron Greyjoy se alzaba del mar tras pronunciar la letanía frente al viejo sacerdote Heggon Pelomojado. Allí se había encontrado el trono de Piedramar donde se sentaba su hermano y allí se habían elegido en asamblea a los antiguos reyes. "
“Señor Dios que te ahogaste por nosotros, permite que tu siervo renazca del mar, como renaciste tú. Bendícelo con la sal, bendícelo con piedra, bendícelo con acero.”
“Lo que está muerto no puede morir.” dice Veron con voz grave, con el agua resbalando por todo su cuerpo.
“Lo que está muerto no puede morir, sino que se alza, más duro y más fuerte.” continúa el sacerdote.
“Lo habéis oído como yo, ¿no?” dice Veron. “Bajo las aguas, el dios Ahogado me ha susurrado que se acerca la Tormenta, que debemos estar preparados…”
Los sacerdotes asienten, Sauron Lengua de Sal se adelanta a tomar la palabra.
“Y que en las Islas se alza un campeón legendario, que luchará contra la tormenta.”
“Estoy seguro de que es mi hermano, el Kraken Rojo, un hombre hecho de hierro, un verdadero paladín de las Antiguas Costumbres.”
“Haremos llorar a esos maricones, no te quepa duda.” dijo Euron Cabeza de Algas.
“Cada hijo del hierro tendrá una esposa de sal, o dos, y nosotros gozaremos del fruto del trabajo campesino.” comenzó el Alcaudón. “Demostraremos que somos los más fuertes.”
“Debemos partir a dar la buena nueva a los señores de Viejo Wyk y Gran Wyk, de Monteorca y Acantilado de Sal, de Pyke y de Harlaw y de Luz Solitaria.” continuó Veron “El pueblo se alzará por el Dios Ahogado y reuniremos la mayor flota jamás vista. He visto a los hijos del Hierro gobernando el mar del Ocaso. Los señores sabrán que es cierto y seguirán el estandarte de Dalton. Daos prisa, la gloria no espera a nadie.”