Ser Jon salió de la fortaleza seguido de sus hombres con el joven emisario maniatado montando entre ellos. Se alejaron hasta que el sol empezó a tocar el horizonte, guiando el camino del cautivo. - Es suficiente - dijo Jon Connington frenando la marcha hasta detener a su gente. El muchacho tragó saliva y su rictus cambió al instante temiéndose lo peor.
Desmontad Lannister - ordenó cogiendo él las riendas de la montura que hasta hacia un momento había llevado uno de sus caballeros. El muchacho a duras penas pudo bajar del caballo sin tropezar pero Connington y los suyos no se inmutaron. Podía ser cruel pero todos aquellos hombres odiaban a la casa a la que representaba el muchacho y solo un hilo de cordura y honor los separaba de hacer pagar todas las penurias sufridas con él.
Por favor, liberadme, liberadme y mi padre os lo recompensara ¡Lo juro por mi honor! - uno de los hombres estalló en carcajadas y pronto el resto lo siguieron mientras lanzaban chanzas para intimidarlo. Jon sin embargo permanecía en silencio, con su semblante frío como el acero de castillo. Cogió por las ataduras al muchacho y con él a un lado y el caballo al otro los apartó del camino hasta atar al animal a un árbol que crecía cerca.
Tenéis suerte, a diferencia de vuestro padre y vuestro tío yo sé que hay reglas que no se rompen - desenvainó una daga y se la mostró al joven, lanzándola a unos veinte pasos de ambos. Acto seguido sacó unas monedas de su bolsa y las dejo caer al suelo. - Con eso debería ser suficiente. Vuelve a casa muchacho y dile a tu padre que Jon Connington te ha liberado - le dijo a ser Lancel comenzando a andar hacia su caballo.
Montó mientras el joven Lannister permanecía en el sitio, dudando de si correr hacia el cuchillo o esperar a que se fueran - y dile también que pronto nos veremos. Aegon Targaryen ha vuelto para reclamar su trono y hacer justicia, la próxima vez deberían asegurarse de que niño asesinan - picó espuelas y reanudó la marcha dejándolo allí. Ya debería valerse solo para llegar a su tierra.