Relatos iniciales

Año de inicio de los relatos, 280 AC. Tras la visita de Oswell Whent a Harrenhal se anuncia la celebración del Torneo de Harrenhal. En este año comenzaba el invierno. La Hermandad del Bosque Real ataca a la princesa Elia Martell, esposa del príncipe Rhaegar Targaryen, y al Lord Comandante de la Guardia Real Ser Gerold Hightower, quedando este gravemente herido. Lord Tywin Lannister recibe la famosa respuesta de Aerys II, “Eres mi siervo más capaz, Tywin, pero un hombre no casa a su heredero con la hija de su siervo.”

Cambio de año, 281 AC. A la Guardia Real se le ordene que combata a la Hermandad del Bosque Real, rolearemos los encargados de tal misión.

Se acerca el final del año y el tiempo cambia poco a poco (la Falsa Primavera), cientos de señores se dirigen a Harrenhal para la celebración del torneo. En la partida se dará inicio justo cuando la Hermandad del Bosque Real sea derrotada, a la que acudirá la Casa Lannister (con Jaime como punto de vista), Rhaegar (con Ser Arthur o si el jugador decide ir el mismo) y quien decida unirse.

Un roleo donde Tywin repasase sus 19 años de gobierno y los desplantes de Aerys II (insinuaciones a Joanna, el rechazo a Cersei y sus celos por sus éxitos), pese a su antigua amistad.

También estaría bien que desde el punto de vista de Rhaegar se narrase el compromiso con Elia (279), la decisión de asentarse en Rocadragón (rumores de conspiración), cuando rehúsa coger a su nieta por "oler a dorniense (280) y como se queda en la fortaleza tras todo eso y seguramente tras los ataques de la Hermandad del Bosque hasta final de año. Elia está embarazada y Rhaegar tiene sus planes con Oswell Whent, que tiene la orden de partir hacia el Bosque Real.

3 relatos, uno desde el punto de vista de Rhaegar, otro desde el punto de vista de Oswell Whent y otro desde el de Tywin Lannister.

Jaime bromeaba con Merret Frey acerca de quién de los dos sería nombrado antes caballero por Lord Sumner si bien era justo decir que Merret fanfarroneaba sobre que él sería nombrado caballero antes que Jaime y este aguantaba las pullas con estoicidad y una sonrisa autosuficiente que el Frey interpretaba como de diversión; Jaime no soportaba a Merret: era un estúpido que abusaba de su físico para imponerse a otros escuderos y, aunque a él lo dejaba en paz porque no era tan imbécil como para molestar al heredero de Roca Casterly, lo que hacía era intentar hacerlo su cómplice que era peor aún si cabía.

Por fortuna la conversación fue cortada de raíz cuando Ser Arthur Dayne se acercó cabalgando hacia el lugar dónde Lord Sumner y otros caballeros, algunos de renombre como Ser Barristan Selmy, esperaban noticias; la Espada del Amanecer no decepcionó y anunció que tenían la localización del campamento de la Hermandad del Bosque Real, aquellos a los que habían estado persiguiendo durante los últimos meses. Finalmente Ser Arthur había logrado ganarse la confianza de los aldeanos por encima de lo que lo hacían los bandidos. La caza entraba en su tramo final.

Los hombres del Rey se pusieron en camino, Jaime y Merret se dispusieron a preparar todo para que Lord Sumnet esuviera preparado: le colocaron bien la armadura, ajusaron las correas de su silla de montar, le acercaron su escudo, espada, lanza y maza, así como le pusieron el yelmo y aseguraron que su capa no se le enredaba. Cuando el Señor de Refugio Quebrado dio el visto bueno, los dos escuderos pudieron preparse ellos, tomando unas hachuelas puesto que aún no tenían espadas ya que su verdadero papel era asegurarse de que al caballero al que servían no le faltase de nada y asistirlo cuando lo requiriera. Poco más se esperaba de ellos.

Los caballeros comenzaron a trotar internándose en el Bosque Real y los escuderos que los acompañaban los seguían a la carrera como bien podían; no era una galopada así que seguir el ritmo no era tarea difícil si bien Merret se iba quedando atrás irremisiblemente debido a su sobrepeso y torpeza natural. Jaime no lo lamentó ni por un segundo y siguió corriendo tras Lord Sumner Crakehall.

Una vez que los árboles del bosque eran los suficientes como para que fuera fácil una emboscada, Ser Arthur Dayne dio la señal para formar y avanzar con precaución; Ser Barristan iba a su lado, así como Lord Sumner y par de caballeros de renombre, seguidos de al menos medio centenar de soldados del rey así como varios escuderos entre los cuales estaban Jaime y Merret quien ya se había unido al grupo resollando.

Media hora después aproximadamente se dio la voz de alarma. Los bandidos habían sido sorprendidos en parte y el caos se adueñó del bosque; silbaban las saetas, entrechocaban los aceros y se escucharon los primeros ayes. Jaime corrían tras Lord Somner y pronto se dio cuenta de que Merret no estaba a su lado, algo a lo que tampoco dio importancia creyendo que el Frey se habría quedado atrás.

El Crakehall salió al galope tras varios bandidos a los que derribó con cierta facilidad, Jaime iba rematando a quienes intentaban levantarse tal y como su señor le había enseñado; el joven Lannister respiraba con fuerza: aquello no era una práctica ni tan siquiera un Torneo, en ese momento se jugaba su vida y la de el caballero al que servía.

A su alrededor los hombres iban y venían enzarzados en luchas a vida o muerte, los soldados del rey caían y mataban tal y como hacían los bandidos y no se esperaba clemencia ya que los bandidos sabían que luchaban por su vida que no por su libertad pues solo la horca les esperaba si eran capturados.

Jaime se sobresaltó cuando escuchó un grito por parte de Lord Sumner. Mientras se movía esquivando a los demás combatientes, Jaime perdió de vista el caballo de su señor y cuando lo divisó vio que este había desmontado y se medía a un hombretón con una maza enorme. Los dos guerreros intercambiaban golpes vagos ya que Lord Sumner sabía que aquella maza podía romperle el brazo incluso parándola con el escudo mientras que su adversario, a pesar de la cota de malla, no quería probar el filo de la afilada espada del Crackehall.

Jaime seguía el combate de cerca, no podía intervenir ya que posiblemente fuera más una molestia para Sumner que una ayuda al tener que ocuparse de protegerlo; a su alrededor vio como Ser Barristan Selmy medía su acero contra el que sólo podía ser Simon Toyne, el infame líder de la Hermandad. También pudo ver como un hombre de aspecto pertubardor que sonreía se acercaba peligrosamente a un Arthur Dayne que luchaba contra dos bandidos.

Sin pensarlo, Jaime corrió tomando una espada caída y gritó hacia el Caballero Sonriente quien maldijo por lo bajo y se encaró contra el escudero que corría hacia él; confiado, quiso acabar con Jaime en un solo golpe pero resultó ser más difícil de lo que creyó y el Lannister desvió el tajo con facilidad. Durante unos instantes Jaime y el Caballero Sonriente cruzaron aceros pero la superioridad del bandido era patente; no importó porque pronto Ser Arthur Dayne acudió una vez se había deshecho de sus oponentes y atrajo la atención del peligroso bandido, quien antes de encararse con la Espada del Amanecer dedicó una turbadora sonrisa a Jaime.

El Lannister corrió de nuevo hacia su señor cuando escuchó un golpe demoledor y al centrar su vista en Ser Sumner vio angustiado como su señor había sido derribado, con el escudo roto y sin espada; Ben Barrigas, pues sólo podía ser él, estaba recuperando el equilibrio y sangraba por un corte pero sin duda que podría estar preparado antes que su señor. Mientras Jaime reaccionaba, pudo ver como Ben levantaba la maza por encima de su cabeza dispuesto a aplastar a Lord Crakehall, pero la velocidad y reflejos del escudero le valieron para recoger una espada del suelo y cargar hacia el bandido quien fue desequilibrado justo antes de que pudiera descargar su mortal golpe.

Ben Barrigas maldijo con furia y se encaró a su molesto oponente; Lord Sumner, aún conmocionado, advirtió a Jaime que se marchara temiendo por su vida pero el este tenía la resolución de un joven temerario y sin dar tregua se lanzó hacia delante pillando por sopresa a Ben. La rapidez de Jaime pusieron en un serio aprieto al bandido que si bien podía desviar los tajos de la espada no era capaz de recomponerse y preparar un ataque; la hoja de Jaime silbaba y cortaba el aire, haciendo saltar chispas cada vez que tocaba de refilón la cota de Ben. El bandido amenazaba con palabras pero se había visto sobrepasado por la rapidez de Jaime y comenzaba a pasar aprietos hasta que vio su oportunidad. Jaime paró un par de segundos para tomar aire, se veía que la espada le pesaba y la bajó pesadamente; Ben Barrigas gritó con furia e hizo voltear su martillo para aplastar a Jaime pero todo fue una estratagema de este y cuando la maza descendía, saltó a un lado y lanzó un tajo sobre Ben Barrigas. Ninguno de los dos alcanzó su objetivo ya que el bandido soltó su arma y saltó hacia atrás para evitar el corte y por un momento Ben miró a Jaime sorprendido y antes de que un exultante Jaime pudiera hacer nada, dio media vuelta y salió corriendo.

Jaime quiso correr tras él pero la seguridad de su señor era más importante; se acercó donde Lord Sumner ya se levantaba con el brazo en mal estado y ayudó a levantarlo.

A su alrededor la escaramuza parecía terminar. Ser Barristan se erguía sobre el cadáver de Simon Toyne mientras que Ser Arthur Dayne se enfrentaba al Caballero Sonriente quien estaba desarmado; aún pudieron oír como la Espada del Amanecer dio la oportunidad a su oponente de tomar de nuevo su espada para seguir luchando y cuando este le contestó que quería a Albor, la respuesta de Ser Arthur fue clara y condenatoria: “ Entonces la tendréis, Ser “. El Caballero Sonriente tomó una espada, fue al encuentro del Dayne y fue la muerte lo que consiguió.

Los pocos bandidos que quedaban en pie depusieron armas o intentaron huir sin concierto alguno, siendo cazados los más lentos o heridos. Jaime había recompuesto a su señor y le había dado su espada mientras sostenía su escudo roto, Ser Barristan Selmy y Ser Arthur Dayne intercambiaron un par de comentarios y, pronto se dio cuenta Jaime, Merret seguía sin aparecer.

Más tarde, cuando se revisó el estado de la trifulca y la misión, Ser Arthur Dayne se acercó a Lord Sumner Crackehall flanqueado por Ser Barristan Selmy. Allí intercambiaron pareceres acerca de lo ocurrido y tras oír lo que había ocurrido, Ser Arthur miró a Jaime y le sonrió.

  • Te has ganado tus espuelas de caballero, Jaime.

Jaime no contestó pero su pecho se hinchó de orgullo al recibir tales palabras de la mismísima Espada del Amanecer. Cuando, momentos más tarde se arrodilló ante Ser Arthur Dayne con Ser Barristan Selmy y Lord Sumner Crakehall como testigos y fue armado caballero, supo que estaba viviendo momentos que nunca desaparecerían de su memoria.

El torneo es en el 281. Empezamos a pocos días del inicio del mismo. Tywin está cabreadísimo con Aerys y a nada de saltar, Jaime Lannister, que ha sido nombrado caballero hace poco…es nombrado Guardia Real ANTES del Torneo de Harrenhall, en los campos del mismo pero antes de su comienzo. Después de nombrarlo de hecho lo envía a Desembarco impidiéndole la oportunidad de participar en el torneo.

Pronto haré una lista de asistentes que no manejen los jugadores y les atribuiré un valor del 1 al 5 de habilidad para las justas :slight_smile: para ir haciendo más cosas mientras esperamos a los jugadores.

Me curraré un relato de como lo nombro caballero