Bastión de Tormentas

La guardia de Robert condujo a los tres visitantes al salón principal. Las risas de Lord Robert resonaban profundamente. Maldito pelirrojo, pensaba yo que solo servía para lanzar discursos y mirar culos reales. Así que uno de mis vasallos más influyentes lo arriesgó todo para liberaros de ese Rey Loco, el ancho y joven señor acariciaba el martillo que descansaba sobre su regazo, maldita sea, ¿por qué? Odio no entender las cosas, explicádmelo sabio señor.

Los mercenarios recibieron la paga prometida por Lord Jon y pronto el señor de Aguasdulces fue llevado a un lugar digno donde asearse y vestirse de acorde a su sangre, ya habría tiempo de hacer política.

//Eddard, Robert y Hoster están juntos en Bastión de Tormentas.

Los preparativos ya se habían realizado y Ashara compungida permanecía en los aposentos del barco que los llevaría al norte, lejos de aquel gran Bastión que se había ganado el nombre de cloaca dirigido por aquella rata que había traicionado su amistad.

Fue entonces cuando las trompetas sonaron y la curiosidad lo hizo caminar al camino que llevaba desde las puertas de los muros a la torre donde se encontraba el salón principal y sus ojos casi no dieron crédito al ver que la figura de Lord Hoster se encontraba a caballo rodeada por caballeros de dudosa estampa. Se alegró por un instante de ver al que sería o ya era suegro de Brandon, su viaje al sur le había traído la mayor de sus alegrías y la mayor de las traiciones sufridas.

Se dio la vuelta dirigiéndose al barco donde sus hombres ya esperaban, todo estaba listo y allí no tenía más que hacer, y miró probablemente por última vez aquella Bahía dejando atrás todo aquello que tenía que ver con el que había sido su hermano.

Lord Hoster se encontraba ante Robert Baratheon. “Lord Hoster, sois bienvenidos, no tenemos dudas de vuestra inocencia en el secuestro de Lady Dustin. Estamos en guerra y los caminos son peligrosos. Lord Conningtomn cayó por vos y no podría permitirme que cayerais de nuevo en manos de vuestros enemigos. Venid conmigo a convencer a mis vasallos díscolos de volver a la obediencia. Vuestra guerra contra Aerys es mi guerra Lord Hoster pero no me gustaría verlo conspirando por entregarle la corona a Lord Lannister contra el que os ha salvado la vida.”

- Lord Jon Connington me sacó de Desembarco del Rey, Lord Robert, y a él le debo tal hecho. No sabía que lo hizo por vuestro consejo. Siendo así, os lo agradezco.- Hoster Tully se encontraba sin barba pelirroja, convirtiéndole en alguien muy distinto a quien era antes.- Y os agradezco la hospitalidad. Podré ir con vos, podré dar mi voz ante ellos, pero deberé dirigirme hacia mis tierras. Según se los Arryn se ciernen sobre ellas, vuestro tutor, Lord Jon Arryn, y también las tropas de los Tyrell. Debo comandar la defensa de mis hombres, como vos haríais ante los vuestros.- Dirigió su mirada hacia los vasallos cercanos, esperando al menos un asentimiento de los presentes.

- Os pido libertad para volver a mis tierras. No podría conspirar contra la Tierra de las Tormentas, y nunca un hombre del Tridente luchará contra vos, Lord Robert.

Os tomo la palabra. Voy a confiar en vos. Podéis tomar una escolta de un centenar de hombres y partir hacia los Ríos y defenderos de Aerys, pero esta vez elegid bien a vuestros aliados. Sé que Lord Jon apoya secretamente a Rhaegar. Su lealtad al rey Aerys es sólo figurada. Poneos en contacto con él. Lord Tyrell solo busca un fácil beneficio. Aseguradle que sois leal y que estais en el mismo bando. Dadle garantias y abandonará el sitio.