La partida - DieselValar I - Canción de Diesel y Vapor

Han pasado más de cuatro siglos desde los eventos que narran la historia de Canción de Hielo y Fuego. Aquel continente dividido por el miedo a los Caminantes, por las luchas dinásticas y el fuego de los dragones, dio paso a una larga era de cambios. El Trono de Hierro, aunque jamás llegó a caer formalmente, perdió con el tiempo toda su autoridad real. Los Siete Reinos, antaño unidos por el poder del acero valyrio y el terror de los dragones, se disgregaron en entidades soberanas. Hoy, en el año 714, Poniente es un continente fragmentado, industrializado, y al borde de una guerra total.

La Unión de Repúblicas Socialistas del Norte ha renacido de las cenizas del antiguo linaje Stark bajo el puño revolucionario de los Boltoncheviques. Gobernado por Vladimir Ilych Bolton, el régimen se enfrenta a una difícil estabilización tras décadas de agitación política. Su ejército es vasto, pero su economía aún depende del exterior, y sus intentos por exportar la revolución generan tensión con casi todos sus vecinos.

La Cancillería de Occidente, heredera del poderío Lannister, es la potencia industrial y militar dominante del continente. Su maquinaria de guerra, sus mechas y su economía tecnificada le dan una ventaja abrumadora. Pero sus ansias de control sobre los Ríos y los recursos del sur podrían convertir su hegemonía en una amenaza para todos.

Las Islas de Hierro son una tierra fragmentada. Saqueadores, clanes rivales y caudillos desesperados luchan por el control del archipiélago, mientras Korl Greyjoy busca consolidar poder y financiación para unificar las islas bajo su mando. Su inestabilidad convierte a las Islas en una bomba de tiempo geopolítica.

La República Federal del Dominio es un reino exhausto. Aunque mantiene fértiles tierras y riqueza agrícola, su estructura federal se resquebraja. Frank Tarly ha fundado un régimen autoritario en Colina Cuerno, mientras los radicales campesinos ganan fuerza bajo el ala de Leo Fossoway. La república está amenazada tanto desde dentro como desde fuera.

El Valle Unido, refinado y pragmático, mantiene una neutralidad tensa. Su Parlamento liderado por Lord Maelor Belmore observa con recelo el avance del Norte y mantiene vínculos discretos con la causa blanca que busca restaurar a los Stark. Posee una armada temible y una red ferroviaria eficiente, pero las Tres Hermanas, ambivalentes, podrían comprometer su equilibrio.

El Reino de la Tormenta busca recuperar el prestigio perdido. Desgastado por la independencia de las Marcas Dornienses y su declive como potencia, contempla la guerra como una oportunidad para reconstituir su influencia. La atención está puesta en una frontera que amenaza con incendiarse en cualquier momento.

El Sultanato de Dorne, viejo y orgulloso, ha perdido influencia pero no ambición. Aislado en parte por su propia geografía y su pérdida de las Marcas, mantiene una independencia absoluta del Trono de Hierro. Sin embargo, los rumores de agitación interna y el creciente aislamiento tecnológico lo empujan hacia una encrucijada.

El Imperio Dual del Tridente, gobernado por la alianza tensa entre Bracken y Blackwood, es una potencia agrícola y ferroviaria cuya inestabilidad interna puede ser su perdición. El nacionalismo étnico, el reparto desigual del poder y la presión de Occidente lo convierten en una pieza codiciada y vulnerable.

La República de las Marcas, ahora independientes, representan un enclave estratégico disputado entre Dorne y la Tormenta. Dirigidas por una república militarizada con facciones radicales, su ubicación y recursos las han convertido en foco de conflictos fronterizos.

Los Estados Unidos de Essos se han reconfigurado en una potencia tecnocrática y colonial bajo el gobierno de los Targaryen. Desde sus ciudades-estado en Essos, observan con ambición el caos de Poniente, esperando el momento justo para intervenir y reclamar una posición dominante, quizá incluso un nuevo Trono.

Desembarco del Rey y los Feudos de la Corona han evolucionado hacia una megaurbe modernizada, plural y orgullosa de su independencia tecnológica. Gobernada por un Consejo Federal y liderada por el Lord Alcalde Marwyn Sunglass, es la ciudad más avanzada del continente, aunque su neutralidad pende de un hilo cada vez más tenso.

Y sobre todos ellos, una nube de guerra crece. Tensión. Espionaje. Revueltas. Rumores de magia. La última vez que Poniente estuvo tan cerca del abismo fue durante la Guerra de los Cinco Reyes.

Hoy, las piezas están colocadas. Y el tablero de Poniente tiembla.

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El Norte: Unión de Repúblicas Socialistas del Norte (URSN)

Gobierno

El Consejo Supremo del Pueblo del Norte, dirigido por el carismático revolucionario Vladimir Ilych Bolton y controlado por los boltoncheviques, concentra el poder en manos de comités locales leales al Partido.

La nobleza fue depuesta, las tierras expropiadas y las ciudades rebautizadas con nombres revolucionarios (“Nuevo Invernalia”, “Puerto del Acero”, etc.). El nuevo régimen promueve la dictadura del campesinado y el obrerismo organizado a través de soviets norteños.

Se instauró una policía política secreta: el Komite Gélido Bolton o KGB, encargada de eliminar “enemigos del pueblo”.

Economía

A comienzos del año 700 el Norte era un imperio preindustrial, anclado en el pasado, con un predominio absoluto del sector agrícola. La estructura de la propiedad descansaba sobre grandes latifundios en manos de la aristocracia, Invernalia, el Septo Ortodoxo de Puerto Blanco y unos pocos agricultores acomodados. La tierra era trabajada por campesinos analfabetos; sólo el 14,5 % de la población vivía en ciudades.

Paradójicamente, el sector agrario es incapaz de proveer de suficientes recursos a la población, dado su carácter primitivo y tradicional, ajeno en gran medida a las transformaciones de la revolución agrícola que habían alterado los cimientos económicos de otros reinos.

En el 705 los Stark acometieron una reforma agraria con la idea de modernizar las anticuadas estructuras, pero su fracaso prolongó el atraso económico y social norteño.

La industrialización, iniciada tardíamente y circunscrita a las grandes urbes, depende siempre del capital extranjero y de la iniciativa de Invernalia. La acción privada fue escasa, en parte debido a la debilidad de la burguesía norteña.

La subordinación económica al capital foráneo obliga al pago de importantes intereses que son financiados mediante gravosos impuestos, soportados por la parte más frágil de la sociedad norteña, el campesinado.

Tras la revolución, el gobierno boltonchevique instauró una nueva doctrina económica que consistió en una estricta reglamentación del consumo y la producción lo cual supuso unas transformaciones económicas. Se nacionalizaron todas las empresas que empleaban a un mínimo de 5 obreros y tuvieran maquinaria y de 10 en el caso contrario. Por tanto toda la gran industria norteña fue expropiada, así como la mayor parte de las medianas empresas. En un principio se había previsto el control efectivo de las industrias por parte de los obreros, pero en vez de esto, las empresas pasaron directamente a estar bajo la total gestión obrera. La dirección de cada empresa correspondía a un patrón elegido por los sindicatos que a su vez tenía que rendir cuentas a un consejo obrero elegido. ​La producción de cada rama industrial era regulada por una dirección central. En el campo se optó por la creación de un monopolio de cereales con la formación de los llamados comités de campesinos pobres, encargados de mantener a raya a los propietarios acomodados y grandes terratenientes, foco constante de resistencia anticomunista. Estos comités también tenían la misión de confiscar cereales a los campesinos ricos, la distribución de los recursos agrícolas y la fijación y control de precios, salarios, cooperativas y mercados. Se ha empezado la organización y asentamiento de las primeras granjas colectivizadas, que aún promovidas por el nuevo gobierno tienen un lento avance.

Ejército

El ejército del Norte es, probablemente, el más grande de Poniente. Sin embargo no es el más poderoso debido a la incapacidad de la industria norteña de abastecerlo debidamente. Mientras que otros ejércitos cuentan con mechas de calidad, carros blindados y aviación armada, el Norte pone el énfasis de su poder en el número lo cual está por ver si es suficiente. Es cierto que en el inhóspito norte los jinetes de osos Umber, los exploradores lacustres y los huargos pueden significar la diferencia, su incapacidad para mantener guerras duraderas sin depender de suministros extranjeros puede marcar la diferencia si dejan atrás el Norte.

Con el nuevo gobierno se han mejorado las condiciones del ejército, añadiendo secciones motorizadas con vehículos blindados e incluso trenes blindados ligeros​ para el transporte de artillería ligera y ametralladoras.

Religión

En el Norte se adora a los Siete desde la perspectiva del Septo Ortodoxo del Norte con sede en Puerto Blanco donde su cabeza visible, el Patriarca de Todo el Norte predica la divinidad de los Siete y el papel de los Septones como meros mortales que se limitan a realizar oficios religiosos por vocación, no reconociendo por tanto al Septón Supremo de Antigua como el representante de los Siete en el mundo.

Sin embargo, en las zonas rurales del Norte se siguen realizando ritos y no se han perdido las viejas costumbres relacionadas con los Antiguos Dioses. No son pocos los que susurran en las frías noches que la Baba Yaga recorre los campos helados bajo las diversas formas que adoptan los wargs.

Relaciones exteriores

Tras la revolución, el Norte ha cortado relaciones con el gobierno central y declarado su independencia sin que el Trono de Hierro haya podido hacer algo al respecto debido a su falta de poder real.

La URSN está tratando de estabilizarse para poder comenzar lo que han llamado Revolución Permanente, según la cual la revolución socialista debe estar bajo la dirección política del proletariado y que solo a través de su expansión a otras naciones se convierte en «permanente» garantizando así su triunfo.

Historia reciente

El Imperio del Norte estaba gobernado por el Emperador de Todo El Norte, Eddard Stark. Antaño Señores, tras perder gran parte de su poder en diversas guerras, los Stark tuvieron que esperar la Gran Guerra del Norte para establecerse de nuevo como los más poderosos entre los gobernantes de las tierras limítrofes con Ultima Thule o Más Allá del Muro. Desde entonces fueron consolidando su poder y convirtiendo su reino en un Imperio adaptando tal título a semejanza de otros territorios de Poniente.

Con la unificación, los Stark comenzaron a reconquistar territorios perdidos o bajo escaso control de Invernalia y anexionando Skagos.

Hasta el año 640 dC el Norte había ignorado el resto de Poniente y con la nueva apertura propiciada por el control de los Stark, avivó la conciencia norteña de atraso con respecto a los reinos del sur y acabó con el aislamiento de los primeros tiempos. Las diferentes generaciones de Stark fueron respondiendo a las influencias extranjeras con una combinación de reformismo tímido y represión. Sin embargo, finalmente la servidumbre en el Norte fue abolida en el 681, pero en unos términos desfavorables para el campesinado y sirvió para incrementar las presiones revolucionarias en ciertas zonas alejadas de la esfera de influencia de Invernalia.

La situación derivó en una revolución en toda regla que culminó con el derrocamiento de la Casa Stark y la abdicación de Lord Eddard Stark como gobernante del Norte. De la revolución resultó la instauración de un gobierno boltonchevique de tendencia comunista al que llamaron Consejo del Pueblo.

Sin embargo, aun persisten ecos de la antigua dinastía de los Stark en el Norte. Como los Bolton habían abandonado sus ancestrales tierras de Fuerte Terror para instalarse en Invernalia, los leales a Lord Eddard, llamados “Los Blancos”, partieron desde la única gran ciudad del norte, Puerto Blanco, para conquistar el viejo Feudo, convertido en Starkburg, y clavando una espina en el costado de Vladimir Ilych Bolton. Aguardan el regreso de Nella Stark con fuerzas del resto de los Siete Reinos para poner coto al desmán Boltonchevique.

Personajes conocidos

Vladimir Ilych Bolton: Hombre de mediana edad, de rostro pálido y anguloso, barba recortada y ojos grises y penetrantes. Siempre viste con austeridad: uniforme de cuero oscuro y abrigo con cuello de piel. Intelectual, carismático y frío, convencido de la inevitabilidad histórica de la revolución. Tiene una voluntad férrea y una visión implacable del mundo.

Hijo ilegítimo de una rama menor de los Bolton, fue educado en la Ciudadela antes de volver al Norte a organizar células clandestinas. Tras el colapso del poder Stark y la crisis económica que siguió a la desmovilización de las Guerras Sureñas, lideró la Revolución del Norte. Fundó la URSN con base en Fuerte Terror y se convirtió en su Comisario Supremo.

Yara Umber: Mujer corpulenta, de cabello rojo intenso y trenzas, lleva siempre un abrigo militar pesado y botas de campaña. Ruda, leal a la causa boltonchevique pero crítica con la burocracia. Tiene el respeto del pueblo y de los soldados.

Fue comandante de las milicias umberistas que defendieron Último Hogar durante la guerra civil. Hoy es la Comisaria del Frente Oriental y máxima autoridad militar del Norte, rival política de algunos sectores más doctrinarios del partido.

Maester Renwyl: Delgado y encorvado, con el rostro arrugado y una cadena de maestre adaptada con símbolos obreros. Lleva gafas gruesas. Racional, progresista, idealista. Cree que la ciencia debe ser la herramienta de la revolución.

Expulsado de la Ciudadela por sus simpatías revolucionarias, fue acogido por los boltoncheviques. Dirige el Instituto Popular de Saberes del Norte, dedicado a industrializar y alfabetizar el territorio.

Nella Stark: Joven de piel clara, rostro serio, cabello castaño recogido. Viste ropas sencillas con un huargo blanco bordado. Reservada y calculadora, es símbolo de la resistencia blanca y de la legitimidad perdida. No comparte la violencia boltonchevique.

Sobrina del último Señor de Invernalia, vive en el exilio en el Valle. Es la principal figura en torno a la que se organiza la resistencia blanca y los exiliados que buscan restaurar la Casa Stark. Su consejero espiritual, Grigori Dustin, tiene fama de ser un hombre siniestro y con agenda propia.

Tobho Mollen: Hombre de ascendencia mixta, piel oscura y cabello rizado. Siempre lleva guantes de trabajo y uniforme ferroviario. Pragmático, hábil organizador, leal a la revolución pero no fanático.

Jefe del Sindicato del Hierro del Norte, fue clave para movilizar a los trabajadores durante la huelga general previa a la revolución. Actualmente dirige el Comité de Transporte y supervisa el control estatal de las vías férreas del Norte.

Occidente: Cancillería de Occidente

La Cancillería de Occidente es una gran potencia industrial, militar y política en Poniente. Gobernada por la Casa Lannister desde Lannisport. Tras una modernización impulsada tras la derrota en la llamada Guerra de la Rosa Ceniza frente al Dominio, Occidente se volcó en su industrialización, desarrollando una potente economía bélica y un sistema educativo y técnico de excelencia. La administración se caracteriza por su orden, su meticulosa burocracia y su rígida jerarquía social, donde la nobleza terrateniente ha cedido parte de su influencia a una nueva élite industrial urbana.

Gobierno

Occidente actúa como una monarquía federal encabezada por un Canciller designado por el Emperador Occidental, título reservado al Señor de Roca Casterly. Aunque los distintos señoríos occidentales conservan autonomía local, la hegemonía de la corona Lannister sobre ellos es incuestionable. Su gobierno combina parlamentos regionales con un Reichsrat occidental bajo fuerte influencia del monarca y los sectores aristocráticos e industriales.

La sociedad occidental está marcada por una creciente burguesía industrial, una clase media técnica y una clase obrera organizada en sindicatos parcialmente tolerados. Aunque el parlamento tiene presencia, la autoridad real y el poder militar aún pesan más. El nacionalismo occidental, alimentado por el mito del “Lluvias de Castamere” y agravado por el irredentismo con territorios fronterizos, alimenta tensiones internas y externas.

Economía

La economía occidental es la más avanzada tecnológicamente en Poniente. Con extensas reservas de carbón en Vadoceniza y de hierro en las Colinas del Oeste, su industrialización ha sido impulsada por una red ferroviaria eficiente y por puertos mecanizados en Lannisport y Kayce. Sus manufacturas —maquinaria pesada, armas, acorazados, zepelines y mechas rudimentarios— son codiciadas en todo el continente. Aunque dependiente de alimentos del Dominio y de materias primas de los Ríos, Occidente impone condiciones favorables en sus intercambios gracias a su superior capacidad productiva y financiera.

Religión

La Fe de los Siete en Occidente sufrió un cisma conocido como la Reforma Leffordiana. Actualmente, la Iglesia Occidental de los Siete está descentralizada, despojada de su poder político y subordinada al Estado. El culto leffordano valora la moral individual y la obediencia civil por encima de las indulgencias del Septón Supremo de Antigua, al que consideran ilegítimo en sus tierras. La religión, aunque aún importante, ha cedido protagonismo frente al nacionalismo occidental y a la exaltación de la identidad leonesa.

Ejército

El ejército occidental es el más moderno y disciplinado de Poniente. Organizado en cuerpos regionales, cada división combina infantería motorizada, artillería pesada, cuerpos de zepelines y escuadrones de mechas experimentales. Cuenta con una fuerza aérea emergente y un cuerpo de ingenieros altamente capacitado. La doctrina militar occidental enfatiza la movilidad, la guerra relámpago y el uso coordinado de todos los elementos del ejército. En tiempos de guerra, Occidente puede movilizar más de un millón de soldados entrenados en cuestión de semanas.

Relaciones exteriores

Occidente mantiene una alianza estratégica con el Dominio (Eje del Sur), aunque con evidentes asimetrías. Observa con preocupación la inestabilidad en el Norte y el expansionismo de las Islas del Hierro. Considera a los Ríos su patio trasero histórico, y sus intereses industriales han colisionado frecuentemente con los del Imperio Fluvial. Su expansión diplomática y militar en los últimos años hace temer que sea la chispa que encienda una futura Gran Guerra en Poniente.

Historia reciente

La historia contemporánea de Occidente está marcada por la consolidación de su hegemonía económica y militar tras siglos de decadencia nobiliaria. El punto de inflexión fue la Guerra de la Rosa Ceniza (años 643–650), un conflicto fronterizo contra el Dominio por el control de la franja de Red Hill y los derechos sobre los embalses del Alto Mander. La derrota humillante dejó a Occidente con miles de muertos y su prestigio por los suelos. Aquel fracaso catalizó una revolución interna: el viejo sistema feudal fue reformado desde arriba por la Casa Lannister.

En los años 650–670 se produjo la llamada Reorganización de Vadoceniza, una campaña económica y política que centralizó la producción minera, industrializó los valles carboníferos y unificó los ferrocarriles bajo control estatal. En paralelo, se estableció la figura del Canciller de Occidente, jefe del gobierno civil, militar e industrial, cuya autoridad emana directamente del Emperador Occidental (el Rey de Roca Casterly). El primer Canciller, Gerold Lannister, fue un tecnócrata autoritario que lideró el “Despertar Occidental”.

Entre 670 y 700, Occidente disfrutó de un periodo de gran crecimiento económico, expansión ferroviaria, construcción naval y rearme. Es la etapa conocida como el Esplendor de Lannisport. Se construyeron universidades técnicas, astilleros modernos y fábricas de mechas de combate. Durante estos años, Occidente impuso tratados comerciales desiguales a los Ríos y desplazó a los Greyjoy en el comercio naval con el Dominio.

Sin embargo, el auge provocó tensiones. Entre 698 y 701, las Protestas de Kayce mostraron el creciente malestar obrero, reprimido con brutalidad. En 705, un intento de atentado contra el Canciller fue frustrado; desde entonces, el aparato de seguridad interna se ha endurecido y la censura se ha intensificado.

Actualmente (año 714), la Cancillería mantiene una apariencia de estabilidad férrea, pero su diplomacia agresiva y su rearme generan desconfianza. Mantiene una política de “Occidente para los Occidentales”, exige compensaciones históricas al Trono de Hierro y ha comenzado maniobras militares cerca de la frontera fluvial, especialmente en el Cuerno de Oro. Los analistas consideran que, si estalla una guerra, Occidente será uno de sus principales arquitectos.

Personajes conocidos

Klaus Lannister: Canciller Supremo de Occidente: Hombre de mediana edad, cabello rubio platino bien peinado, con bigote fino y gafas redondas. Viste siempre con uniforme carmesí de gala. Racional, nacionalista, brillante orador. Frío en lo personal, pero apasionado en lo ideológico.
Ascendió tras una dura pugna política en Lannisport. Defensor de la unidad occidental frente a “la amenaza del Este y la decadencia del Sur”. Consolidó el poder de la Cancillería e impulsó las reformas industriales. Considera a Vladimir Bolton una amenaza ideológica y a Frank Tarly un bárbaro útil si se le puede canalizar.

Helga Lefford: Presidenta del Consejo de Industria Bélica: Mujer alta y robusta, de cabello castaño recogido en un moño, rostro duro y mirada severa. Pragmática, tecnócrata, leal al sistema más que a las personas.
Ingeniera de formación, escaló dentro del complejo industrial-militar. Ha sido clave en el desarrollo de los nuevos mechas pesados “León” y en la automatización de fábricas. Tiene tensiones constantes con los sectores más conservadores de la nobleza, pero el apoyo de Klaus Lannister le ha blindado.

*Waldric Reyne: Ministro de Propaganda: Delgado, pálido, con ojos intensamente azules y siempre vestido con sobriedad. Manipulador, visionario, brillante narrador.
Reivindicó el viejo nombre Reyne, ahora rehabilitado tras siglos de proscripción. Ha construido un aparato mediático imponente que alimenta el mito del “Renacimiento Occidental” y de la grandeza del León. Su relación con Klaus Lannister es simbiótica: Waldric convierte su política en ideología, y Klaus le otorga carta blanca.

Otto Brax: Mariscal de Occidente: Militar de porte imponente, cabello gris y cicatriz en la mejilla. Siempre con uniforme de campaña. Disciplinado, obsesionado con la eficiencia y la jerarquía, menos interesado en la política que en la victoria.
Comandó la represión de los levantamientos mineros de Vadoceniza hace veinte años. Defensor de la guerra preventiva contra cualquier amenaza ideológica. Es rival silencioso de Klaus, pues teme que la política civil comprometa la autonomía del ejército.

Frieda Lannister-Vikary: embajadora plenipotenciaria ante el Trono de Hierro: Elegante, de facciones delicadas, siempre con joyas discretas pero de gran valor. Cultivada, diplomática, irónica. Maestra en el doble lenguaje.
De la rama menor Lannister-Vikary, educada en Lys y Antigua. Ha negociado tratados secretos con varias potencias, incluida la facción blanca del Norte. Simpatiza discretamente con las ambiciones imperialistas de los Targaryen, pero se mantiene leal a su casa… de momento.

Islas de Hierro

Gobierno

Fragmentado. Las Islas se hallan divididas entre decenas de clanes y facciones sin una autoridad reconocida. Existen restos de poder de antiguas casas nobles (como los Greyjoy), pero han perdido influencia frente a milicias populares, caudillos locales, sindicatos portuarios radicalizados y células anarquistas. Algunos grupos claman por restaurar la Velha Fe, otros por una revolución permanente, y unos pocos buscan una reunificación bajo una bandera fuerte.

Capital de facto: Ninguna. Puerto Noble y Pyke son los principales núcleos urbanos, pero están disputados.

Economía

Devastada y desorganizada. La pesca, el contrabando, el saqueo y la piratería son las actividades principales. Algunas facciones operan astilleros improvisados y forjas rudimentarias, abastecidas con recursos saqueados. No existe un sistema fiscal ni comercial unificado. Las Islas dependen del comercio ilegal con ciudades costeras y a veces reciben apoyo clandestino de potencias extranjeras interesadas en desestabilizar Poniente.

Religión

La Velha Fe del Dios Ahogado aún se profesa en secreto o abiertamente por muchas comunidades, pero también ha surgido una suerte de “Fe Negra” sincrética que mezcla los antiguos rituales con ideologías anarquistas o comunistas. Algunos grupos radicales predican que “Lo que está muerto no puede morir” es una llamada a la destrucción de los sistemas opresores. Las luchas religiosas son comunes, especialmente en torno a templos antiguos.

Ejército

No hay ejército centralizado. Cada isla, clan o facción tiene su propio grupo armado, compuesto por veteranos, corsarios o jóvenes adoctrinados. La armamentística es irregular: desde hachas antiguas hasta armas modernas robadas o compradas en el mercado negro. Se han reportado experimentos con vehículos anfibios ligeros y buques blindados de escasa fiabilidad.

Relaciones exteriores

Las Islas son vistas como un caos peligroso por el resto de Poniente. Las potencias continentales las ignoran o las vigilan con preocupación. Algunas temen que un líder unificador pueda convertir a los Hijos del Hierro en una amenaza naval, como en siglos pasados. Otros los usan como peones en guerras encubiertas. Para muchos, las Islas de Hierro son el “polvorín del Oeste”: un lugar marginal y violento que, con una chispa, puede incendiar el continente entero.

Tensiones internas

Las Islas de Hierro se han convertido en un mosaico de ideologías enfrentadas, lealtades rotas y resentimientos históricos. Su estructura social y política está completamente atomizada.

Existe una división a nivel político entre Tradicionalistas y Revolucionarios. Los Tradicionalistas se componen de restos de la antigua nobleza isleña (como ramas menores de los Greyjoy, Goodbrother o Harlaw) que buscan restaurar el Viejo Orden, con una autoridad feudal y el culto al Dios Ahogado como columna vertebral. Tienen poco poder real, pero controlan algunas fortalezas aisladas y esperan una intervención extranjera o una reacción popular favorable. Por otro lado, los Revolucionarios, inspirados por la revolución norteña y el caos de la modernidad, buscan destruir cualquier vestigio de nobleza o religión impuesta. Sus corrientes van desde el anarquismo absoluto hasta modelos colectivistas navales. Son los más numerosos y activos.

La coordinación entre islas es escasa o nula. Los intentos de formar una asamblea común han fracasado en medio de sabotajes, traiciones y asesinatos. Sin embargo, varios líderes carismáticos pugnan por unificar el archipiélago. Cada uno controla su parcela, pero ninguno tiene fuerza suficiente para imponerse por ahora.

Historia reciente

Tras siglos de declive marítimo, industrial y militar, las Islas de Hierro fueron perdiendo peso en el equilibrio de Poniente. Sus antiquísimos ideales de saqueo y supremacía naval fueron sofocados por las grandes potencias industriales del continente. Las reformas fallidas de los últimos Señores del Hierro no lograron modernizar su economía ni controlar la marea de resentimiento que crecía entre los insulares.

La crisis se agravó tras la Revolución Norteña, que inspiró a las facciones más radicales de las Islas. Estallaron revueltas, sabotajes y luchas intestinas. La nobleza tradicional fue desplazada o ejecutada en muchas islas, y en su lugar surgieron sindicatos revolucionarios, consejos de pescadores, milicias anarcomarítimas y caudillos carismáticos. La anarquía se volvió estructural.

Hoy las Islas son una región sin ley, caldo de cultivo de piratería, tráfico de armas y agitación ideológica. Algunos rumores apuntan a la existencia de un líder misterioso que estaría uniendo bajo su estandarte a clanes rebeldes y antiguos señores, con el sueño de devolver el hierro al hierro.

Personajes conocidos

Harrag el Despiadado: capitán de la Furia Negra: Corpulento, con el torso lleno de cicatrices y tatuajes. Cabello negro y greñudo, barba trenzada.Brutal, temerario, carismático. Vive por el saqueo y la gloria.
Exmercenario en Essos, regresó a las Islas con una tripulación leal de veteranos y esclavos liberados. Ha establecido una base en Viejo Wyk y lidera incursiones no autorizadas contra el Dominio y la Occidente. Es visto por muchos como un caudillo capaz de reunir a los clanes, aunque otros lo ven como una amenaza para la tradición.

Ygrin Harlaw, “la Filosofa de Hierro”: Delgado rostro de águila, ojos intensos; viste cuero y acero ligero, botas viejas, un abrigo robado a algún capitán muerto, y nunca falta una pistola oxidada en la cadera. Intelectual, mística, revolucionaria. Cree en una reinterpretación anarquista del Dios Ahogado.
Ha fundado círculos de discusión política en Puerto Noble y otras islas mayores. Proclama que el hierro no debe usarse para saquear sino para liberar. Apoya la autogestión de los clanes y rechaza toda autoridad central. Sus ideas se propagan entre jóvenes pescadores, marineros y desertores. Opuesta ideológicamente a Harrag, aunque ambos detestan al Trono de Hierro.

Urrathon Botley: regente de Puerto Noble: Hombre gordo y sudoroso, siempre perfumado y ataviado con oro robado. Ambicioso, corrupto, cínico. Solo le interesa mantenerse en el poder.
Aprovechó el vacío de autoridad para consolidar su control sobre el comercio y el contrabando en Puerto Noble. Pacta con quien haga falta para mantener el flujo de armas y bienes. Se enfrenta a Harrag por el control del puerto y financia discretamente a milicias para mantener su dominio.

Aerion Pyke, predicador del Dios Ahogado: Alto, enjuto, con la piel curtida por la sal. Viste túnicas mojadas, incluso en tierra. Fanático, inflamado por visiones, mesiánico.
Asegura haber recibido visiones del Dios Ahogado que anuncian la unificación de las Islas bajo un “Rey del Naufragio”. Su secta ha crecido rápidamente entre los habitantes más desesperados, combinando fervor religioso con violencia política. Se cree que instiga disturbios contra los clanes tradicionales y sus templos rivales.

Korl Greyjoy, exiliado y pretendiente al Trono de Sal: Delgado, elegante, rostro marcado por viejas quemaduras. Frío, calculador, maquiavélico. Aparentemente civilizado, pero profundamente cruel.
Último superviviente de una rama menor de los Greyjoy. Exiliado por un motín hace años, ha reaparecido en las Islas con armas compradas en Lys y una pequeña flota mercenaria. Se presenta como heredero legítimo del linaje Greyjoy y pretende restablecer la autoridad de un único Trono de Sal, pero con reformas que atraigan a mercaderes, contrabandistas y piratas independientes. Aspira a unir por la fuerza o la intriga lo que los demás solo saben dividir.

El Dominio: La República Federal del Dominio

La República Federal del Dominio es una potencia agrícola, intelectual y militar en declive, ubicada en el corazón fértil del sur ponienti. Antiguamente un reino próspero y orgulloso, sufre en el presente del año 714 las consecuencias de una larga decadencia, un sistema político fracturado y una creciente dependencia de sus aliados industriales. Sin embargo, el Dominio mantiene un enorme peso cultural, una reserva demográfica colosal y un ejército profesional de prestigio, factores que lo convierten en un actor esencial del equilibrio continental.

Gobierno

Desde la abolición de la monarquía en la Revolución Florariana (hace casi un siglo), el Dominio se rige por un sistema republicano laico y parlamentario, compuesto por una Asamblea Nacional, un Senado de los Territorios y un Presidente del Consejo como figura ejecutiva. Aunque el sistema proclama igualdad y democracia, las luchas entre facciones republicanas, socialistas y nacionalistas han provocado una inestabilidad parlamentaria crónica.

La capital es Altojardín, pero el gobierno y los ministerios se encuentran divididos entre ésta y Antigua, una megaurbe portuaria donde residen gran parte de las instituciones tecnológicas y militares.

Economía

A pesar de su atraso industrial comparado con Occidente, el Dominio sigue siendo la despensa de Poniente. Sus vastas llanuras agrícolas, alimentadas por sistemas de irrigación modernos, producen la mayor parte del grano y vino del continente.

El Estado ha nacionalizado sectores clave como los ferrocarriles, los molinos de vapor y los astilleros de Bandallon, pero los beneficios son absorbidos por una burocracia pesada y por las disputas sindicales.

Pequeños polos industriales han surgido en El Rejo, Vado Ceniza y Puente Amargo, centrados en producción de fertilizantes, motores diésel y manufactura de armas ligeras.

Religión

La República mantiene una separación estricta entre Iglesia y Estado. Aunque la Fe de los Siete tiene una fuerte presencia, especialmente en el campo, está desprovista de poder político. Existen fuertes tensiones sociales entre los sectores laicos urbanos y los tradicionales rurales.

Los movimientos sindicales, pacifistas y socialistas han ganado fuerza, especialmente tras la Masacre de la Vid Roja (706), donde el ejército abrió fuego contra manifestantes en Altojardín.

Ejército

El ejército del Dominio es uno de los más antiguos y profesionales de Poniente. Conserva una tradición de excelencia táctica y logística. Sus oficiales son formados en la prestigiosa Academia Militar de Roble Viejo, y muchos soldados son veteranos de las guerras coloniales.

Sin embargo, carece de la capacidad industrial de Occidente y su flota está obsoleta en comparación. El dominio de la tierra y la rapidez del despliegue ferroviario siguen siendo sus principales bazas defensivas.

Cuenta con un poderoso cuerpo de artillería y una aviación modesta pero disciplinada. Los primeros blindados y mechas ligeros están siendo desplegados, aunque aún en fase de pruebas.

Relaciones exteriores

En el exterior, el Dominio se encuentra atrapado: atado al Eje del Sur con Occidente, pero sin compartir del todo sus intereses ni su agresiva política exterior. La presión del expansionismo occidental, las crisis cainitas en las Islas del Hierro y el rearme del Norte revolucionario han colocado al Dominio en un dilema: o seguir como socio menor del León, o retomar su autonomía estratégica a costa de arriesgarlo todo.

Tensiones internas

Internamente, el Dominio vive una tensión creciente entre nacionalistas que claman por restaurar la “grandeza del Reino Verde” y pacifistas que rechazan cualquier implicación en una futura guerra continental.

Además, Tarly se negó a reconocer el gobierno republicano tras la revolución y encabezó una campaña de “restauración del orden” en el este del Dominio. Con el apoyo de latifundistas, clérigos conservadores y veteranos del ejército, instauró un régimen militar ultraconservador en torno a Colina Cuerno y los valles adyacentes. Con la ayuda enviada por la Tormenta y, algunos dicen, Occidente, pudo asegurar sus fronteras y llevar a cabo la separación política efectiva del Dominio.

Autodenominado Caudillo por la Gracia de los Siete, Frank Tarly impuso una dictadura personalista inspirada en los valores tradicionales, la familia, la fe y la obediencia. Se prohibieron partidos políticos, se restauró parcialmente la influencia de la Fe de los Siete, y se persiguió activamente a sindicalistas y florarianos. Su guardia personal, traídos desde Dorne, patrullan la región como fuerza paramilitar.

Aunque no reconocido oficialmente por la República, Tarly ha sido tolerado por algunos gobiernos moderados que temen una nueva guerra civil. A cambio, mantiene a raya a grupos revolucionarios y garantiza el envío de grano a las regiones industriales.

Historia reciente

La historia reciente del Dominio está marcada por una profunda transformación política, una herida aún abierta y una lucha constante entre el ideal republicano y las sombras del autoritarismo. Su momento de inflexión fue la llamada Revolución Florariana, que estalló a finales del siglo VI y derivó en el colapso del régimen de los Tyrell, hasta entonces símbolo del orden, la riqueza y la tradición del sur.

La caída de la dinastía Tyrell supuso un trauma nacional que todavía marca el imaginario colectivo. Desde entonces, las élites del Dominio han oscilado entre el liberalismo ilustrado, el reformismo agrario y el fervor nacionalista. En su intento por competir con la industrialización de Occidente, se embarcaron en campañas militares coloniales en Essos occidental y desarrollaron alianzas estratégicas como el Eje del Sur, una cooperación comercial y defensiva con la Cancillería de Occidente.

Sin embargo, dicha alianza es cada vez más desigual: el Dominio vende trigo, vino, lana y recursos humanos, mientras que Occidente le vende tecnología, maquinaria y armas. Muchos sectores del Dominio temen haber pasado de potencia hegemónica a socio menor de un bloque que lo arrastra a conflictos ajenos

La Revolución Florariana (c. 642–648)

El año 642 es la consumación de un anhelo y un sueño por el que suspiraban las masas populares durante décadas. Tras más de un siglo sin ser convocadas, el rey Mern anuncia unas Cortes Generales del reino en Altojardín. Las finanzas del reino se hallaban prácticamente en bancarrota tras una década de excesivo gasto y diversas calamidades: el Dominio había apoyado en sus guerras por mantener la independencia a los revolucionarios de las Provincias de los Feudos (633-637) -tras proclamar su Constitución y establecer el primer estado democrático y federal del continente- y había tenido que hacer frente a una terrible hambruna que se había alargado por dos penosos años y que se cobra en el campo más de dos millones de muertos (639-641). Mern pide una recaudación extraordinaria de impuestos para evitar la bancarrota, y aunque buena parte del clero y la nobleza le apoyan, los representantes de las ciudades y el campo se niegan en redondo mientras no se cumplan sus exigencias de tener mayor representación en las Cortes y más derechos jurídicos. Ante la negativa real, los representantes abandonan las Cortes y se reúnen en Asamblea bajo los techos del Teatro de las Hiedras de Altojardín, jurando no separarse hasta no dotar al Dominio de una Constitución a ejemplo de los Feudos. Pronto la ciudad de Altojardín y los alrededores muestra su simpatía por la Asamblea y el rey Mern cede para evitar que la rebelión se esparza por el reino. Se declara una Constitución y el reino se convierte en una monarquía parlamentaria.

Mern intentará revertir la ola revolucionaria en los meses siguientes sin éxito, abandonado en parte por una parte de la nobleza que juega a dos bandas. Su posición política quedará prácticamente anulada al ser interceptado en Roble Viejo intentando huir al Oeste en el verano del 643, tras negarse a firmar una ley limitando la cantidad máxima de tierras que podía poseer un ciudadano y obligando a entregar los excedentes al Estado para su posterior distribución en pequeños lotes de tierra a los campesinos más pobres. Las pasiones se desatan y la Asamblea declarará traidor a Mern y abolirá la monarquía en el Dominio durante las semanas siguientes a su detención. Los diplomáticos de los reinos de la Tormenta, el Oeste y los Ríos piden a la Asamblea la liberación de Mern y la restitución de la monarquía, pero la Asamblea se mantiene firme y dicta sentencia de muerte contra el monarca. En el primer día del otoño del 643, la República es proclamada, y Mern es guillotinado en la plaza mayor de Altojardín frente a unas masas enfervorecidas. Buena parte de sus familiares conocerán el mismo destino en los meses siguientes; la aristocracia de Poniente queda aterrorizada. El viejo orden se une en reaccionaria armonía contra la naciente república: los reinos del Occidente, la Tormenta y el Tridente declaran la guerra, a los que se le unirán el Sultanato de Dorne y la Corona del Valle posteriormente. Y no están solos: los realistas del Dominio se alzan en abierta rebeldía junto con los más fervorosos creyentes de los Siete. La Asamblea solo tiene el apoyo tibio de las Provincias de los Feudos, que asustadas por las fuerzas reunidas contra la naciente República no se atreven a dar apoyo abierto.

La Asamblea Revolucionaria decreta la leva en masa e interviene los sectores más críticos de la economía para dirigir la guerra. En apenas seis meses, la República reúne el mayor ejército jamás visto en Poniente, con más de un millón de hombres. Durante el 645 asegurarán las fronteras frente al enemigo y quebrarán la oposición interna, mientras que el 646 y 647 los nuevos generales (mariscales) de la República cosecharán una victoria tras otra. Dorne y la Tormenta acceden a la paz, a cambio de entregar las Marcas a la República. Con el sur pacificado, la República pasa a la ofensiva e invade el Oeste en una gran ofensiva lanzada en el 648. El continente contiene el aliento al ver como las fuerzas combinadas de Lannister, Arryn y el Tridente son aplastadas en Refugio Quebrado y abren así el camino a Lannisport al mariscal Victor Florent, que la toma con su artillería bombardeando sin piedad a los civiles a finales del mismo año. Las Provincias de los Feudos declaran su abierta hermandad con la República y la guerra engulle las tierras al norte del Aguasnegras, las viejas monarquías se ven obligadas a negociar tras dos años más de guerra nada clara. El Congreso de Aguasdulces en 650 rubrica la victoria del Dominio, a cambio de abandonar casi todo el Oeste ocupado, las monarquías de Poniente reconocen a la naciente república y pagan cuantiosas reparaciones de guerra. A la vuelta al Dominio, y aprovechando su popularidad, Victor Florent es nombrado Primer Cónsul de la República, en la práctica concentrando el poder político en su persona y haciendo a la Asamblea Revolucionaria obsoleta. Los republicanos más comprometidos protestan y se alzan en armas, la ley marcial es declarada y son aplastados en las Jornadas de Antigua del 651. Esta contrarrevolución, sin embargo, asegurará numerosas conquistas y reformas obtenidas en el 642 y permitirá la supervivencia política de la república en las próximas décadas. Tras quince años -conocidos como el régimen victoriano-, y sin tener un claro sucesor digno, Victor Florent convocará las primeras elecciones libres desde los tiempos de la Revolución. Este período será conocido como la II República -siendo la I la revolucionaria del 643 al 649.

Las próximas décadas transcurren en paz con las potencias continentales vecinas, las elecciones y gobiernos se suceden de manera más o menos pacífica. Durante el 670-700 la II República se sube a la revolución industrial, pero el éxito de la misma es modesto. Los burócratas y dirigentes seguirán confiando en exceso en el peso del campo, ese campo que les ha hecho ser la nación más poblada de Poniente, y por tanto, la más poderos pero los tiempos han cambiado. Para dar salida a los excedentes demográficos y las tensiones que las bolsas cada vez mayores de pobres generan en las nacientes ciudades industriales, la República desarrolla una política imperialista y conquista buena parte de las Islas del Verano, granjeándose animadversión en algunas partes de Poniente y sobre todo en Essos. Es durante esta época en la que se consolida el Eje del Sur y la alianza con el Oeste, pero es la Cancillería de Lannisport la que dicta las relaciones diplomáticas y los equilibrios de poder en Poniente. El Dominio alimenta con sus campos a las ciudades del Oeste, y estas a cambio entregan maquinaria y manufacturas. Algunos llaman despectivamente a la República el gendarme del león.

Los últimos 15 años han sido muy turbulentos para la República, sin embargo, y amenazan con la paz y estabilidad del sur.

En el año 699 estalla una rebelión masiva por parte de los isleños del verano, y hay guerra de guerrillas en todo el archipiélago. La República decreta las impopulares quintas, levas que en teoría van por sorteo numérico aleatorio, pero en la práctica son manipuladas por las clases más pudientes para que sus hijos reciban casi siempre los números más altos, que omiten el servicio militar. En el 701 se da el desastre de Walano en las colonias de las Islas del Verano, donde las tropas del Dominio son humillantemente derrotadas por insurrectos: la primera gran victoria de un pueblo colonizado sobre una potencia imperialista, que despierta el asombro y la simpatía de muchos. La Asamblea de la República decreta una comisión de investigación para esclarecer el desastre, los anarquistas declaran la huelga general y se hacen fuertes en Puenteamargo y en Granmesa. Los marqueños declaran por otra parte que no enviarán más levas a la guerra colonial y declaran la autonomía marqueña, aunque siguen reconociendo la primacía de Altojardín. En el año 702, ante una Asamblea desbordada y la pasividad -e incluso simpatía- de las élites económicas, el general Marcus Rowan da un golpe de estado y toma el poder mientras dure la insurrección. Rowan consigue someter la rebelión de las Islas del Verano mediante una despiadada política de reconcentración que causa más de dos millones de muertes de civiles en el plazo de dos años en el archipiélago sureño, y mantiene atados a los elementos díscolos en el interior. Rowan intenta crear un partido político patriota para extender su mandato con legitimidad sin éxito, y en el 705, cumple sorprendentemente su palabra y convoca elecciones libres. El prestigio de las instituciones del Estado ha quedado sin embargo muy dañado.

Las fuerzas socialistas y los republicanos ganan estas elecciones y eligen como presidente a Aelinor Redwyne. Redactan una nueva constitución federal, dando amplias prerrogativas a los departamentos republicanos y anexionando formalmente las colonias isleñas al territorio nacional, y prometiendo a los marqueños la realización de un plebiscito. El sufragio censitario se anula y se sustituye por el sufragio universal: nace así la III República.

El primer gobierno de la III República intenta atacar con ánimo reformista la reorganización de las instituciones, la educación, la industria y la infraestructura. La República sin embargo nace con grandes fricciones internas y con facciones que desde el primer momento buscan socavarla, sin respetar las leyes del juego democrático.

Durante el primer mandato de la Presidenta Aelinor Redwyne se realiza el Plebiscito Marqueño (708) para decidir si estas provincias han de seguir formando parte de El Dominio. De manera ajustada, los marqueños votan por la secesión, entre grandes protestas de los conservadores y nacionalistas, que ven la pérdida de una rica cuenca minera. Posteriormente los marqueños de Dorne se unen a la naciente república marqueña y estalla una guerra entre los marqueños, el reino de la Tormenta y el Sultanato de Dorne.

Las peleas entre los moderados y los revolucionarios más radicales, decepcionados por la lentitud de las reformas hacen que el gobierno se rompa en el 709, lo que abre las puertas a las derechas y a las fuerzas conservadores a unir fuerzas bajo el mando de Matthias Greenhand -de la facción conservadora agraria- y así conquistar el poder a finales de ese mismo año, en unas elecciones llenas de polémica y de irregularidades por ambas partes. Greenhand entiende que para neutralizar a las izquierdas hace falta ganar el apoyo del campo (un sector primario que el Dominio aún ocupa a más de la mitad de la población) y que hace falta crear un país de propietarios, y no de proletarios. Sus medidas estrella son la creación de un Banco Nacional Agrario con fondos estatales que concede préstamos con intereses prácticamente nulos para la adquisición de tierras a los campesinos más pobres, así como desviar aún más recursos para la consecución del gran plan hídrico nacional comenzado por el gobierno precedente. Las protestas y la actividad obrera es duramente reprimida, y en el 711 la Liga Federal Socialista declara una huelga general revolucionaria. El conato de rebelión es rápidamente abortado en buena parte de la República, pero cuenta con un gran apoyo en los departamentos de Sotodeoro y el Lago Rojo, donde los revolucionarios consiguen derrocar al gobierno civil. El general Frank Tarly es puesto al mando de las tropas republicanas enviadas a restablecer el orden en la región, y tras más de dos meses cruentísimos que dejan más de cien mil víctimas mortales el orden es restablecido. Miles de personas son detenidas y las cárceles se llenan. Greenhand, sin embargo, no puede hacer la vista gorda ante los escándalos de corrupción y el inmovilismo de los sectores más conservadores y reaccionarios. La coalición de derechas se rompe en el 712, y nuevas elecciones son convocadas.

Las elecciones del 712 están marcadas por la violencia y el radicalismo político en ambos lados, el pistolerismo y la violencia dejan más de mil muertos en todo el país en las semanas previas a los comicios. Las izquierdas de nuevo encabezadas por Aelinor Redywne -la única figura capaz de reunir consenso real- consiguen un nuevo triunfo. Decretan la amnistía general de los revolucionarios y relajan mucho las leyes contra los obreros industriales y los sindicatos.

Personajes conocidos

Aelinor Redwyne: presidenta de la República del Dominio: Mujer elegante, cabello blanco recogido, traje sobrio, mirada firme. Intelectual, diplomática, tenaz, comprometida con la república.
Antigua senadora durante los últimos años del dominio tyrelliano, lideró la facción moderada que instauró la república tras la caída de Altojardín. Lucha por mantener la unidad del Dominio frente a las tensiones regionales, mientras defiende las reformas agrarias, la educación pública y la neutralidad frente a las potencias ponientis.

Leo Fossoway: tribuno del ala radical: Joven, con barba roja y túnica granate, suele hablar en plazas públicas. Idealista, incendiario, populista. Cree en la revolución permanente.
Hijo de campesinos, educado en Antigua. Ha emergido como portavoz de las clases bajas y exige la expropiación de tierras, el desmantelamiento del poder de las casas nobles y una política exterior revolucionaria. Choca frontalmente con Aelinor Redwyne y ha sido objetivo de los agentes de Tarly. Admira a los boltoncheviques del Norte.

Maestre Renwyl: rector de la Universidad de Antigua: Anciano, delgado, con túnica gris y cadena completa de la Ciudadela. Escéptico, racional, neutral pero protector del conocimiento.
Si bien no ejerce poder político directo, su influencia como rector de la Universidad de Antigua lo convierte en una figura clave. Intenta mantener a la academia apartada de los conflictos, pero está bajo presión de los gobiernos rivales y de las facciones revolucionarias que consideran que la educación debería ser más accesible. Ha condenado el extremismo de Tarly y el fanatismo de los radicales.

Ser Garlan “el Verde” Oakheart: comandante del Ejército Republicano: De complexión fuerte, rostro curtido, armadura sin adornos y mirada melancólica. Leal, pragmático, cansado del conflicto civil.
Veterano de las guerras de unificación tras la caída de los Tyrell, se convirtió en el general en jefe del ejército leal a la república. Ha tenido que combatir tanto a los seguidores de Tarly como a los grupos revolucionarios. Cree en la república, pero considera que su supervivencia dependerá de acuerdos políticos y no solo de la fuerza. Tiene contactos discretos con el Valle y los Ríos.

Lord Alcalde Ser Deusesamb Hightower: Un hombre muy delgado, de hombros estrechos. Siempre viste trajes oscuros con chalecos cruzados, relojes de cadena y levitas pasadas de moda. Su cabello largo, liso y canoso lo lleva suelto hasta los hombros, descuidado, en contraste con su obsesivo cuidado de las uñas y de sus gafas redondas de montura fina, que limpia compulsivamente con un pañuelo bordado. Sus manos temblorosas revelan nerviosismo constante, aunque su voz es grave y modulada, casi teatral. Excentrico y disperso, Deusesamb es un hombre que presume de erudición pero que rara vez concluye lo que empieza. Ha escrito más de cuarenta ensayos sobre filosofía política, ciencia, historia y economía, todos inacabados, saltando de un tema a otro con entusiasmo. Se define como un “revolucionario del pensamiento”, pero en la práctica es un burgués conservador, que defiende los privilegios de Antigua como centro intelectual y cultural, por encima del campesinado o incluso del propio Parlamento federal de Altojardín. Estudió en la Ciudadela de Antigua, donde acumuló varios eslabones de la cadena de los maestres sin jamás completarla; cada vez que dominaba una disciplina, la abandonaba por otra. Fue recordado como un estudiante brillante y frustrante. Su mayor logro, no obstante, es convertirlo en el mayor experto en idiomas de Poniente y Essos.
Su carrera política, auspiciada gracias a la influencia de la Casa Hightower y al peso comercial de Antigua, le permitió ser elegido Lord Alcalde cuando todos apostaban por Michael Quevetus. Deusesamb defiende la neutralidad del Dominio, pero siempre desde la premisa de que Antigua debe ser reconocida como el verdadero cerebro de Poniente. Representa a la élite intelectual y burguesa de Antigua frente a las facciones más rurales y militares del Dominio y es considerado un aliado ambiguo por Altojardín: útil por el prestigio cultural de su ciudad, pero molesto por su arrogancia. Dentro de la Federación, es un defensor acérrimo de la autonomía de Antigua frente a cualquier centralismo, aunque en público se disfraza de federalista convencido.

El Valle: Valle Unido de la Corona y el Nido

El Valle es una nación insular y montañosa, dominada por las escarpadas Montañas de la Luna y las fértiles tierras que rodean el Valle propiamente dicho. Aunque relativamente aislado geográficamente, ha sabido proyectar su poder naval y diplomático a lo largo de los siglos. Gobernado por la dinastía Arryn desde el Nido de Águilas, el Reino del Valle se presenta como una monarquía parlamentaria estable, con una fuerte tradición naval, comercial y financiera que lo ha convertido en una potencia respetada y temida. Su influencia diplomática en Poniente se ha visto reforzada tras el caos de la Revolución del Norte, en la que el Valle ha jugado un papel determinante como principal bastión de los restauracionistas blancos.

Gobierno

El Valle es una monarquía parlamentaria donde el poder ejecutivo recae en el Consejo del Nido, encabezado por el Primer Lord del Valle, elegido por la mayoría en el Parlamento de Piedra, pero siempre con el beneplácito del rey de la Casa Arryn. La monarquía, aunque simbólica en lo militar, conserva gran influencia sobre el aparato del Estado, especialmente en política exterior. La Casa Arryn aún despierta lealtad entre la población como símbolo de continuidad y estabilidad.

Economía

Altamente desarrollada, la economía del Valle se sustenta en su poderoso sector naval y bancario, su industria ligera y la exportación de bienes manufacturados. Sus puertos como Puerto Gaviota y Puerto Noble concentran el comercio con Essos y el resto de Poniente, lo que ha dado lugar a una clase media fuerte, mercantil y cosmopolita. Su moneda, el águila de plata, goza de gran aceptación internacional.

Ejército

Aunque su ejército de tierra es reducido en comparación con las grandes potencias continentales, el Valle compensa con una de las flotas más modernas y eficaces de Poniente. Su armada de acorazados, cruceros y zepelines ligeros patrulla las rutas marítimas y protege sus intereses. Cuentan además con una pequeña pero altamente profesional fuerza de intervención rápida, entrenada para responder a crisis coloniales o intervenciones puntuales.

Religión

El Valle venera mayoritariamente a los Siete, si bien mantiene una relación distante con la jerarquía eclesiástica tras el auge de doctrinas reformistas moderadas similares al anglicanismo. La Iglesia local está estrechamente vinculada al Estado y a menudo actúa como instrumento ideológico de estabilidad y orden.

Relaciones exteriores

Tradicional defensor del equilibrio de poder en Poniente, el Valle mantiene una diplomacia pragmática. Aunque mantiene relaciones cordiales con Occidente y los Ríos, desconfía del militarismo lannister y del nacionalismo bracken. Es firme opositor de los Boltoncheviques del Norte y el principal respaldo de los restauracionistas Stark. Se ha comprometido con recursos, voluntarios y suministros a los Blancos, aunque sin una intervención abierta. Sus servicios diplomáticos actúan intensamente en la capital del Trono de Hierro para limitar el ascenso de las potencias continentales.

Tensiones internas

La sociedad del Valle experimenta tensiones entre la aristocracia terrateniente tradicional y una emergente burguesía mercantil e industrial. En las ciudades costeras existen movimientos sindicalistas y republicanos que, aunque minoritarios, han ganado algo de fuerza tras los efectos económicos de apoyar la causa blanca en el Norte. La Casa Arryn mantiene el equilibrio favoreciendo una política de reformas controladas.

Historia reciente

El Valle ha gozado de estabilidad interna durante los últimos cincuenta años, gracias a su modelo mixto de monarquía y representación parlamentaria. Sin embargo, su intervención encubierta en la guerra civil del Norte ha tensado sus finanzas y ha generado debate político interno. El asesinato de un enviado diplomático valyrio en Invernalia por parte de radicales rojos avivó el apoyo a la causa blanca y solidificó el consenso nacional en torno a la necesidad de impedir la consolidación de una república boltonchevique. El Primer Ministro, Maelor Belmore, lidera un gobierno de coalición entre conservadores y reformistas moderados, decidido a mantener el poder del Valle más allá de sus montañas.

Personajes conocidos

Lady Shiera Arryn: Reina del Valle Unido: Mujer de mediana edad, pálida, cabello rubio ceniza, siempre vestida con azules sobrios. Fría, calculadora, con férreo sentido del deber. Monárquica liberal.
Heredera de la Casa Arryn tras la muerte de sus hermanos durante una rebelión en el Valle. Su gobierno ha combinado una aristocracia parlamentaria con una fuerte política exterior: defiende el statu quo ponienti, mantiene la neutralidad armada y financia a los contrarrevolucionarios del Norte. Es una aliada clave del Trono de Hierro, aunque con autonomía plena.

Lord Maelor Belmore: Primer Ministro del Parlamento del Valle: Delgado, de cabello oscuro y bigote perfectamente recortado, siempre con traje gris y bastón. Conservador pragmático, astuto, diplomático.
Político veterano, Maelor lidera el partido unionista, favorable a mantener los lazos históricos con la Corona pero sin intervención directa. Su gobierno ha favorecido el comercio marítimo, el rearme discreto y una política de espionaje activo en los Ríos, el Norte y las Islas. Aunque fiel a Lady Shiera, se opone a una intervención directa en una guerra continental.

Ser Addam Redfort: Comandante de los Corceles del Este: Alto, de complexión atlética, lleva siempre su peto de acero con el castillo rojo de los Redfort. Marcial, disciplinado, amante del honor, enemigo acérrimo de los boltoncheviques.
Dirigió la intervención del Valle en las guerras internas del Norte en apoyo de los “blancos” (monárquicos starkistas). Aunque la campaña fracasó militarmente, se convirtió en un símbolo de la oposición al comunismo en Poniente. Actualmente entrena a la nueva generación de oficiales del Valle y mantiene contactos estrechos con el exilio norteño y con los halcones de los Ríos.

Lady Ysilla Corbray: embajadora plenipotenciaria en Desembarco del Rey: Morena, de ojos grises afilados, siempre vestida de manera austera pero elegante. Ambiciosa, persuasiva, muy culta.
Hija de comerciantes acomodados, consiguió un puesto en la Corte gracias a su habilidad para la diplomacia. Defiende una “Pax Ponientis” pero es una firme creyente en la superioridad moral del Valle. Actúa como mediadora entre el Trono de Hierro y las potencias aliadas, y es sospechosa de coordinar redes de influencia en el Dominio y los Ríos.

Archimaestre Norren: jefe del Círculo de Guerra del Valle: Canoso, con barba rala y túnica púrpura de erudito-militar, gafas de cristal de roca. Intelectual tecnócrata, escéptico, muy reservado.
Dirige el círculo que asesora en estrategia militar y tecnología defensiva. Ferviente defensor del rearme naval y la modernización de los trenes de montaña, ha sido clave en los avances tecnológicos del Valle. Tiene contacto directo con la Universidad de Antigua y con ingenieros del Dominio. Se opone a la entrada en guerra, pero ha propuesto escenarios de defensa total.

La Tormenta

El Reino de la Tormenta, con capital en Bastión de Tormentas, es una nación orgullosa, marcada por su glorioso pasado guerrero y por una historia reciente de decadencia, frustración territorial y convulsión política. Aunque fue uno de los reinos fundadores del Poniente unificado, su poder ha menguado progresivamente frente a potencias como Occidente o el Valle. Su carácter combativo, sin embargo, permanece intacto, y sus élites —nobles, militares y nacionalistas— claman por restaurar el honor y las fronteras perdidas. Especialmente dolorosa ha sido la reciente pérdida de las Marcas Dornienses, zona antaño disputada con Dorne y que ahora actúa como estado tapón o satélite de este último.

Gobierno

La Tormenta es una monarquía parlamentaria inestable, donde el poder real aún tiene peso significativo. El actual monarca, Boros Baratheon, ejerce como figura nacionalista autoritaria, apoyado por sectores conservadores y militaristas. El Parlamento de Bastión —una cámara dominada por barones provinciales y burócratas leales— se encuentra dividido entre facciones republicanas, tradicionalistas y nacional-populistas. Los intentos de modernización política han sido parciales, obstaculizados por la fragmentación territorial e ideológica.

Economía

La economía de la Tormenta es débil en comparación con sus vecinos más industrializados. Su base sigue siendo agraria, y sus zonas rurales dependen de cultivos de subsistencia y producción vinícola. Existen algunos focos de industria ligera en las ciudades costeras como Nido de Grifo o Yelmo de Piedra además de la propia Bastión de Tormentas, pero el desarrollo es desigual. La pérdida de las Marcas Dornienses, una región con yacimientos de hierro y rutas ferroviarias estratégicas, ha agravado su estancamiento. El desempleo urbano y el éxodo rural son preocupantes.

Ejército

Las fuerzas armadas de la Tormenta son numerosas pero anticuadas. Sus oficiales, herederos de una tradición marcial centenaria, presionan por una reforma profunda que devuelva al ejército el papel de garante de la unidad nacional. Sus blindados y artillería son en su mayoría obsoletos, pero sus tropas terrestres son altamente disciplinadas y fanáticamente leales al rey. Se está llevando a cabo un programa acelerado de rearme, con ayuda técnica de Occidente, para preparar al reino ante una futura guerra de expansión.

Religión

El Reino de la Tormenta venera a los Siete con fervor tradicionalista. La Fe de los Siete conserva una gran influencia tanto en las instituciones como en el ejército. Las Marcas Dornienses fueron durante mucho tiempo un punto de fricción religiosa, debido a la fuerte presencia de credos alternativos y reformas allí apoyadas por Dorne. Tras su pérdida, el clero baratheonista ha redoblado su discurso de cruzada y pureza espiritual para justificar la necesidad de reconquista.

Relaciones exteriores

La política exterior de la Tormenta es agresiva y revanchista. Busca recuperar prestigio mediante una política expansionista que contemple la anexión de antiguos territorios perdidos y nuevas zonas estratégicas. Desconfía profundamente de Dorne y de los Ríos, y mantiene una relación ambigua con Occidente, a quien admira tecnológicamente pero teme políticamente. Ha enviado emisarios al Trono de Hierro para forzar una resolución favorable en la cuestión de las Marcas, pero sin éxito. Busca alianzas entre potencias revisionistas que quieran alterar el actual equilibrio en Poniente.

Tensiones internas

La unidad nacional es frágil. Las diferencias regionales entre las zonas costeras industrializadas, los feudos rurales del interior y las regiones montañosas generan conflictos constantes. El nacionalismo tormentí, promovido desde Bastión, es utilizado para encubrir la falta de cohesión. Grupos republicanos y socialistas urbanos ganan fuerza en Nido de Grifos y en la frontera con los Ríos. En las antiguas Marcas Dornienses aún sobreviven redes clandestinas pro-baratheonistas, apoyadas por sectores del ejército.

Historia reciente

En las últimas décadas, la Tormenta ha sufrido un declive paulatino: la industrialización fallida, la creciente pérdida de influencia en el Trono de Hierro y, sobre todo, la independencia unilateral de las Marcas Dornienses —zona que había sido disputada durante siglos con Dorne— han erosionado la legitimidad del gobierno. La Casa Baratheon vio aquella pérdida como una humillación histórica. Movimientos nacionalistas como el Movimiento de la Reconquista Tormentí han cobrado fuerza, pidiendo la guerra para restaurar el “honor arrebatado” y el territorio perdido. Todo indica que la Tormenta se prepara para un conflicto que devuelva al reino el lugar que cree que le pertenece.

Personajes conocidos

Lord Edric Baratheon: Señor de Bastión de Tormentas: De mediana edad, ancho de espaldas, moreno y con espesa barba negra, marcado por antiguas cicatrices de guerra. Nacionalista moderado, autoritario, obsesionado con restaurar el poder tormentí.
Heredó Bastión tras la fragmentación de la región y la pérdida de las Marcas Dornienses. Aunque intenta mantener la unidad del reino, su liderazgo se ve socavado por tensiones internas y por la presencia del militarismo radical. Apoya discretamente el rearme y busca una guerra que devuelva prestigio a la Tormenta.

Ser Harwyn Estermont: Ministro de Guerra: Envejecido pero en forma, con uniforme verde oliva siempre impecable, rostro severo. Militarista convencido, expansionista, nostálgico del viejo poder baratheon.
Antiguo comandante de frontera en las Marcas, considera la independencia de esta región como una humillación. Es el principal impulsor de una doctrina de guerra preventiva contra Dorne o incluso contra los Ríos. Está reforzando el ejército con armas importadas y doctrinas aprendidas de Occidente.

Lady Aurane Caron: Presidenta de la Liga de Reintegración Nacional: Joven, elegante, de cabello rojo recogido y voz poderosa. Carismática, idealista, populista.
Líder de un partido civil que clama por la restauración del “corazón tormentí” y exige una intervención para recuperar las Marcas. Ha conseguido movilizar al pueblo con un discurso de orgullo regional, lo que le ha permitido obtener una enorme influencia parlamentaria. Rival política directa de los más conservadores.

Maestre Alerion: director del Observatorio de Puerto Zarpa Rota: Delgado, con túnica azul y lentes múltiples colgando de su cinturón, siempre con olor a tinta. Intelectual excéntrico, pacifista, crítico con la militarización del Reino.
Figura académica respetada, Alerion denuncia públicamente la deriva autoritaria y la decadencia cultural de la Tormenta. Ha sido marginado políticamente pero conserva influencia entre jóvenes estudiantes y científicos. Se opone a la intervención armada y defiende una unión académica con el Dominio y el Valle.

Vardys Dondarrion: gobernador de las Viejas Marcas: De complexión recia, rostro curtido por el sol, viste mezcla de armadura y túnicas dornianas. Ambiguo, oportunista, pragmático.
Gobernador militar nombrado por Bastión en un último intento de retener las Marcas, fue uno de los pocos señores que no se unieron al nuevo estado independiente. Aunque ha perdido casi toda autoridad efectiva en la región, controla algunos pasos de montaña y actúa como enlace encubierto con grupos afines a la Tormenta dentro de las Marcas Dornienses.

Sultanato de Dorne

Dorne es una región periférica, montañosa y semidesértica situada en el extremo sur de Poniente. Durante siglos, fue famosa por su independencia y su cultura singular, y aunque fue integrada al Trono de Hierro, ha mantenido siempre una identidad fuerte y diferenciada. En el año 714, Dorne es un reino en decadencia: debilitado por conflictos internos, con instituciones envejecidas, aislado económica y diplomáticamente, y agitado por la reciente pérdida de las Marcas Dornienses, una región fronteriza que proclamó su independencia tras décadas de tensión con la Tormenta. Pese a todo, Dorne conserva una proyección cultural notable, cierta capacidad militar y un sistema de alianzas enrevesado que lo mantiene aún en el tablero político de Poniente.

Gobierno

Dorne es una monarquía semiconstitucional gobernada por la Casa Nymeros Martell, aunque la Sultana Nymella Martell ejerce más como árbitro entre facciones que como verdadero líder. El poder efectivo se reparte entre la nobleza tradicional (principalmente casas como los Yronwood, los Manwoody o los Fowler) y una burocracia anticuada asentada en Lanza del Sol. Existen asambleas locales en ciudades clave como Vaith o Campoestrella, pero carecen de peso real. Las divisiones internas entre dornienses costeros, montañeses y habitantes de los oasis impiden una acción de gobierno coherente.

Economía

La economía dorniense es frágil y orientada a la subsistencia. Su territorio árido dificulta la agricultura a gran escala, aunque produce vino, frutas y especias muy valoradas en mercados de lujo. El comercio marítimo con Essos, El Rejo y los puertos de las Tierras de la Corona sigue siendo vital, pero se ve amenazado por piratería y aranceles impuestos por potencias rivales. La pérdida de las Marcas Dornienses supuso una gran pérdida de recursos minerales, sobre todo hierro y carbón. No ha habido una industrialización real: sólo Lanza del Sol y los puertos del sur cuentan con ferrocarril y algo de manufactura ligera.

Ejército

Dorne mantiene un ejército poco convencional pero resiliente, basado en milicias regionales, jinetes ligeros y unidades guerrilleras. Carece de artillería moderna y de unidades mecanizadas suficientes, pero compensa con conocimiento del terreno y una fuerte tradición de guerra asimétrica. En el pasado, estas tácticas fueron eficaces contra invasores externos. La aristocracia aún provee oficiales, aunque la lealtad de algunos clanes montañeses es incierta. Se han iniciado tímidas reformas militares con ayuda técnica proveniente de Essos, pero el progreso es lento y desigual.

Religión

La Fe de los Siete es la religión mayoritaria, aunque en Dorne adopta formas más flexibles y sincréticas. Persisten tradiciones locales influenciadas por Nymeria y las culturas del Rhoyne. Las autoridades religiosas no tienen tanto poder como en otros reinos. Sin embargo, en tiempos de crisis, líderes espirituales han sido capaces de movilizar masas, especialmente en oposición a reformas impopulares o a la injerencia extranjera. La pérdida de las Marcas Dornienses ha reforzado un discurso mesiánico y fatalista en ciertos sectores clericales.

Relaciones exteriores

Dorne ha optado por una política exterior ambigua. Aunque ya no reconoce la autoridad directa del Trono de Hierro, mantiene embajadas y acuerdos bilaterales con él. Sostiene relaciones económicas con El Rejo, la Ciudadela y ciertas ciudades libres del Este. Su mayor enemistad es con la Tormenta, especialmente tras la independencia de las Marcas Dornienses, que antes estuvieron bajo ocupación dorniense. Aunque no reconoce oficialmente al nuevo estado de las Marcas, tampoco ha intentado recuperarlo por la fuerza. Dorne mantiene contactos secretos con facciones disidentes del reino tormentí y con elementos antistarkistas del Norte.

Tensiones internas

Dorne se halla profundamente fragmentada. Las divisiones tribales, geográficas y culturales entre las casas costeras, las del interior y los clanes del desierto obstaculizan cualquier consenso. El poder de los Martell es cuestionado por casas tradicionales como los Yronwood, que reclaman mayor autonomía. Existen movimientos independentistas en el Oeste dorniense y facciones republicanas inspiradas por los levantamientos del Dominio. Las Marcas Dornienses actuaban como válvula de escape para las tensiones fronterizas: su independencia ha desatado un nuevo ciclo de desconfianza mutua y temores a un colapso total del Estado dorniense.

Historia reciente

En las últimas décadas, Dorne ha sufrido un deterioro paulatino de su estructura política. Las reformas impulsadas desde Lanza del Sol no han frenado la pérdida de control sobre sus regiones periféricas. La independencia de las Marcas Dornienses, región históricamente disputada con la Tormenta, se produjo tras una rebelión local liderada por caudillos militares apoyados por elementos exteriores. Dorne no intervino militarmente, temerosa de una guerra abierta con la Tormenta, y desde entonces ha entrado en un ciclo de aislamiento diplomático. Su salida simbólica de la autoridad del Trono de Hierro fue recibida con indiferencia en la Corte, aunque ha dejado a Dorne aún más vulnerable. Hay rumores de que ciertos líderes dornienses están preparando una nueva doctrina geoestratégica para sobrevivir en el Poniente del siglo de las máquinas y las guerras.

Personajes conocidos

Sultana Nymella Martell: soberana de Lanza del Sol: Alta y elegante, de piel cobriza, con ojos intensos color miel. Viste con túnicas bordadas y joyas antiguas. Astuta, diplomática, obstinada; simboliza el orgullo dorniense.
Ascendió tras una lucha interna entre ramas de sangre noble. Ha mantenido la independencia de Dorne frente al Trono de Hierro, equilibrando tradición y modernidad. Resentida por la pérdida de las Marcas Dornienses, se esfuerza por conservar la unidad entre las casas de Dorne y preservar su autonomía frente a potencias extranjeras.

Príncipe Qorayn Jordayne: Ministro de Asuntos Exteriores: Delgado y refinado, con barba fina y manos cuidadas, suele vestir con ropas de Essos. Cosmopolita, cínico, persuasivo.
Educado en las colonias de Essos y con fuertes contactos con los Targaryen, es el principal artífice de la política exterior dorniense. Busca acuerdos comerciales y tratados de no agresión con el Dominio, la Tormenta y las Marcas, mientras mantiene la distancia con el Trono de Hierro. Es acusado por sectores internos de “vender” la independencia dorniense.

General Rym Dalt: comandante supremo de las fuerzas de Lanza del Sol: Corpulento, con rostro quemado por el sol y media oreja cortada. Férreo, orgulloso, reacio a la modernización.
Veterano de las guerras de frontera con la Tormenta, se opone a cualquier conciliación con Bastión. Se ha negado a aplicar reformas técnicas y desconfía del comercio con Occidente. Considerado un héroe por los tradicionalistas, es también un obstáculo para la modernización del ejército.

Sarya Santagar: líder de la Sociedad del Alba: De aspecto austero, con cabello negro recogido y mirada severa; viste túnicas blancas sin insignias. Mística, reformista, crítica con la nobleza.
Fundadora de un movimiento espiritual-popular que mezcla el culto al sol con un mensaje político: recuperar la virtud, expulsar la decadencia y resistir el dominio extranjero. Aunque no tiene poder formal, su influencia en las zonas rurales y entre la plebe ha crecido, despertando recelo entre nobles y religiosos tradicionales.

Maestre Renwyl: rector de la Universidad Solar de Lanza del Sol: Delgado, encorvado, siempre con una capa de arena en sus botas y libros bajo el brazo. Intelectual, reformista, soñador.
Dirige el mayor centro académico de Dorne y es promotor de una visión secular, modernizadora y federal. Ha abogado por una reforma del gobierno que integre a las casas menores en una asamblea consultiva, y por alianzas con Valle y Dominio para contrarrestar el aislacionismo dorniense. Su popularidad crece entre la juventud ilustrada.

Los Ríos: Imperio Dual del Tridente

Gobierno

El antiguo Reino de los Ríos se transformó a mediados del siglo VII en el Imperio Dual de los Ríos, tras la Gran Crisis de los Cien Días, un conflicto civil que casi llevó al colapso de la región y que terminó con la Paz de los Ríos en 658. Este acuerdo fue necesario tras décadas de enfrentamientos, revueltas campesinas y presiones exteriores, especialmente de Occidente y del Dominio.

Para evitar la disolución, se estableció un sistema bicéfalo: los Bracken, dominantes en el suroeste (la zona sur al Forca Roja), comparten el poder imperial con los Blackwood, señores del nordeste (la zona norte al Forca Roja, incluyendo el Forca Azul y el Forca Verde).

El sistema de gobierno es una monarquía dual con dos coronas, dos capitales (Seto de Piedra y Árbol de Cuervos), pero una política exterior común. El Parlamento, constituido tras la Gran Crisis de los Cien Días, se reúne en Aguasdulces, ciudad declarada “neutral” y sede de la administración compartida. Cada corona gobierna de forma autónoma en lo interno, pero existen tensiones constantes sobre los derechos de las minorías, el idioma, y la política económica. Las Cortes Bracken y Blackwood eligen a los parlamentarios que representarán los intereses de sus regiones y la Asamblea del Pueblo del Tridente representa a las minorías étnicas, burguesías emergentes y campesinado, pero su poder es más simbólico que efectivo.


Religión

Ambas coronas son fieles a los Siete, pero con matices. Los Bracken siguen una interpretación más clerical y autoritaria, cercana al Septón Supremo. Los Blackwood promueven un catolicismo riverense más descentralizado, tolerante con las prácticas vinculadas a los Antiguos Dioses que subsisten en los bosques.

La rivalidad religiosa es una fuente de fricción interna, aunque contenida por la política de neutralidad de Aguasdulces.

Mientras que los Bracken son fervientes seguidores de los Siete, los Blackwood mantienen viva la Fe de los Antiguos Dioses, con rituales arcanos, guardianes de arcianos y culto a la memoria de los verdevidentes. Esto crea una tensión constante entre ambos pueblos, pues las dos religiones conviven con recelo, y los intentos de armonización han fracasado. El hecho de que el Ojo de Dioses permanezca en la zona bajo influencia de los Bracken es motivo de tensiones políticas.
El Septonato de Aguasdulces y el Círculo de Árbol de Cuervos actúan como instituciones religiosas propias, con fuerte influencia política y capacidad de movilización social.


Economía

Los Ríos son una región de importancia agraria y logística. Los fértiles suelos fluviales alimentan a varios reinos mediante comercio, especialmente al Trono de Hierro y al Dominio. Las industrias textiles, metalúrgicas ligeras y navales han emergido en ciudades como Aguasdulces, Varamar y Salinas, pero son dependientes del capital occidental (Lannister) y de tecnología extranjera. Las diferencias económicas entre Bracken y Blackwood son notables: los primeros gozan de acceso fluvial al mar, mientras que los segundos dependen del comercio interior.
Los Ríos son una región industrial media. La cuenca del Forca Roja está parcialmente industrializada (acero, maquinaria, productos químicos ligeros). Las tierras del Forca Verde siguen dominadas por la agricultura tradicional, con latifundios feudales y campesinos sin tierra. Los puertos fluviales y la interconexión ferroviaria hacen de la región un cruce comercial vital entre Norte, Valle, Dominio y Occidente.
Sin embargo, el proteccionismo de ambas coronas y las disputas aduaneras ralentizan el crecimiento económico conjunto.
El capital financiero proviene en su mayoría de familias nobles y comerciantes mixtos, pero existen conflictos constantes por la centralización del presupuesto imperial.

La economía fluvial sigue siendo agraria en gran medida, sustentada por una clase campesina numerosa y un sistema de tenencia desigual. Sin embargo, en las últimas décadas se ha producido una industrialización incipiente, concentrada en Salinas y Aguasdulces, gracias al desarrollo ferroviario y a la inversión extranjera, sobre todo occidental. Las industrias textiles, químicas y ferroviarias empiezan a florecer, aunque la falta de cohesión económica entre las dos coronas dificulta su expansión.


Ejército

El Ejército Imperial de los Ríos es numeroso pero complejo. Cada corona mantiene sus propias fuerzas armadas, y existe una estructura conjunta de mando solo en tiempos de guerra. Las tensiones entre los oficiales brackenitas y blackwoodenses son legendarias, y su coordinación es pobre. Aunque tienen caballería ligera, buenos navegantes fluviales y artillería móvil, su equipamiento está anticuado y el reclutamiento es desigual. El Tridente cuenta con una marina fluvial fuerte y con cuerpos de zapadores, vitales para controlar los numerosos ríos, canales y pantanos.

El Ejército del Tridente Unido está compuesto por divisiones reclutadas en proporciones iguales entre Bracken y Blackwood, con mandos duplicados que dificultan su eficacia. Los oficiales de ambos bandos desconfían unos de otros, y las órdenes deben emitirse en dos idiomas (la “lengua común” y el “alto dialecto del Cuervo”). Aunque bien entrenados, sus divisiones están anticuadas frente a los ejércitos modernos de Occidente o el Dominio. Además, existen milicias regionales controladas por los Señores Menores que actúan con autonomía alarmante, especialmente en zonas fronterizas con el Valle y el Dominio.


Política Exterior

El Imperio de los Ríos mantiene una postura diplomática ambigua: desea mantenerse neutral, pero teme tanto a la expansión del Eje del Sur (Occidente–Dominio) como a la URSN del Norte boltonchevique.

Aguasdulces es un hervidero de diplomáticos, conspiradores, y espías: los Ríos son el corazón vulnerable de Poniente. Los movimientos separatistas, sobre todo en las tierras fronterizas (Frey, Mallister, Piper, Vance, etc.), amenazan con desestabilizar el equilibrio interno.

Tensiones internas

La cuestión nacional es el principal talón de Aquiles del Tridente. Hay tensiones crecientes entre los brackenistas, que quieren un Tridente centralizado y fuerte y los blackwoodianos, que abogan por mayor autonomía y protección de su identidad cultural.

Minorías culturales en los márgenes del Tridente, como los Mallister o los Piper, que se sienten relegados.

El sistema funciona por costumbre y equilibrio precario. La fragmentación étnica, lingüística y religiosa del territorio convierte al Imperio Dual de los Ríos en uno de los reinos más difíciles de gobernar de Poniente.

El nacionalismo riverense se halla en auge, sobre todo entre los pueblos pequeños y las etnias periféricas, que no se identifican ni con los Bracken ni con los Blackwood. Las huelgas obreras, motines campesinos y conatos de secesión han sacudido la Confederación en los últimos años. Muchos analistas consideran que su estructura política es insostenible sin una profunda reforma, lo que hace de los Ríos uno de los focos más inestables de Poniente en vísperas de la Gran Guerra; estos analistas predicen que el estallido de una guerra mayor pondría a prueba la lealtad de ambos pueblos a la unión imperial.

Personajes conocidos

Archiduque Hostwyn Bracken: Corona Occidental del Reino Dual: Imponente y de complexión fuerte, con bigote ancho y mandíbula prominente. Viste con uniformes antiguos, adornados con medallas. Tradicionalista, autoritario, nostálgico del poder perdido.
Heredero de la Casa Bracken y portavoz de la mitad “occidental” del poder del Tridente. Ha frenado repetidamente las reformas federales, temeroso de perder la hegemonía militar y feudal de su linaje. Su relación con la Casa Blackwood es de fría cordialidad, pero mantiene contacto fluido con Occidente.

Archiduquesa Ravella Blackwood: Corona Oriental del Reino Dual: Alta y delgada, de ojos oscuros, con el cabello siempre recogido en trenzas y ropajes sobrios. Cultivada, pragmática, impulsora de las reformas.
Líder de la facción “oriental” y defensora de una monarquía constitucional. Sus esfuerzos por centralizar una administración moderna y tolerante se ven obstaculizados por los señores feudales y por la inestabilidad causada por las etnias, religiones y culturas diversas del Tridente. Mantiene una relación ambigua con los círculos intelectuales de Antigua y Valle.

Krevyn Vypren: Canciller del Reino Dual: Bajo y calvo, con gafas redondas y un paso nervioso. Siempre lleva carpetas y planos ferroviarios. Técnico, nervioso, conciliador, incombustible.
Ingeniero civil convertido en político. Artífice de la modernización ferroviaria de los Ríos y defensor de la creación de una burocracia civil funcional. Trabaja en mantener el equilibrio entre las dos coronas, pero sufre presiones constantes de nobles que lo consideran un burócrata sin legitimidad. Tiene contactos con Occidente y el Dominio.

Maestre Gorys: consejero espiritual y director de la Oficina de Cultos: Delgado, con una voz suave, viste siempre de gris y lleva un bastón de madera de arciano. Místico, hábil, profundamente político.
Nombrado para supervisar la tensa convivencia religiosa entre seguidores de los Siete, del Dios Ahogado y de los Antiguos Dioses. Ha evitado varias crisis al negociar con sacerdotes radicales y minorías religiosas. Se le acusa de favorecer sutilmente a la causa Blackwood y a movimientos de reforma eclesial promovidos desde el Norte.

General Alester Vance: Alto Mariscal del Tridente: Serio, de rostro curtido, con cicatrices en la mejilla y la ceja; siempre armado. Profesional, patriota, frustrado con la política.
Veterano de las escaramuzas fronterizas con los Hijos del Hierro y de la represión de revueltas en Salinas. Intenta mantener la cohesión de un ejército dividido entre lealtades nobiliarias, tensiones étnicas y falta de coordinación logística. Desconfía tanto de los Bracken como de los Blackwood y ha pedido repetidamente una reforma militar unificada.

Estados Unidos de Essos

La familia Targaryen, sin duda la estirpe más poderosa y de rancio abolengo de Essos, gobierna los Estados Unidos de Essos, una nación ubicada en Essos que agrupa antiguos territorios valyrios, asentamientos coloniales y enclaves comerciales bajo su control. Aunque su poder en Poniente se extinguió hace siglos, los descendientes de Daenerys Targaryen conservan intacta su ambición. Considerados por muchos como un actor externo, los Targaryen han conservado una poderosa influencia cultural y política sobre muchas casas de Poniente, y en el año 714 sus aspiraciones expansionistas se centran en el continente que una vez gobernaron.

Gobierno

El Estados Unidos de Essos es una república presidencialista de corte autoritario, aunque dominada por una aristocracia de sangre valyria encabezada por la Casa Targaryen. El poder ejecutivo recae en el Archidragón, actualmente Daenor Targaryen, elegido por el Senado Valyrio pero de facto designado por la dinastía. La familia Targaryen actúa como símbolo de unidad nacional y como fuerza cohesionadora entre las distintas colonias y territorios conquistados.

Economía

USE posee una economía industrializada y moderna, sustentada en la extracción de recursos de Essos, el comercio intercontinental y una red de puertos y ferrocarriles coloniales. La banca y las grandes corporaciones valyrias ejercen influencia directa en regiones enteras de Essos y han comenzado a establecer vínculos financieros con actores de Poniente. El comercio de armas, tecnología y bienes de lujo se encuentra fuertemente centralizado en la ciudad de Nueva Valyria, capital del Estado.

Ejército

Las fuerzas armadas valyrias son modernas, bien entrenadas y en constante expansión. Combinan tradición y tecnología, con una infantería profesional apoyada por blindados ligeros, artillería y una notable flota aérea con zepelines de combate. Si bien no cuentan con los dragones de antaño, su armada es una de las más poderosas de Essos. La Doctrina del Mar Angosto establece como prioridad estratégica mantener presencia militar constante en el litoral ponienti, especialmente cerca del Dominio y las Tierras de la Tormenta.

Religión

Aunque los Targaryen fueron tradicionalmente vinculados con el culto a R’hllor o incluso con las antiguas deidades valyrias, el Estado actual es oficialmente laico. No obstante, se toleran diversas confesiones en los territorios coloniales. Los cultos del Dios Rojo cuentan con influencia entre los altos mandos militares, y el Estado ha favorecido su expansión en ciertas regiones como herramienta ideológica contra el Trono de Hierro.

Relaciones exteriores

Los Targaryen mantienen una diplomacia ambiciosa. Apoyan con recursos a las fuerzas contrarias al Trono de Hierro, especialmente a los “blancos” del Norte y a elementos legitimistas en el Dominio. Aunque no participan abiertamente en las guerras internas ponientis, han comenzado a enviar “asesores”, armamento y apoyo logístico. Su retórica se basa en la “liberación de Poniente del yugo decadente de las potencias feudales”. Las potencias establecidas desconfían de USE, que ha firmado tratados con casas menores nostálgicas del viejo orden Targaryen.

Tensiones internas

A pesar de su aparente solidez, Estados Unidos de Essos enfrenta tensiones en sus colonias: movimientos independentistas en Essos, revueltas contra el poder económico centralizado y conflictos entre las élites valyrias y las poblaciones locales. Además, parte de la vieja nobleza no acepta el republicanismo autoritario del régimen actual, añorando una restauración imperial plena.

Historia reciente

Tras la caída definitiva de su poder en Poniente, los Targaryen consolidaron su influencia en Essos durante los siglos posteriores, fundando Nueva Valyria y expandiendo su control comercial y militar.

Cuando el Viejo Mundo comenzó a resquebrajarse bajo las tensiones de Poniente y la decadencia de las antiguas Ciudades Libres, un nuevo poder surgió en el este: los Estados Unidos de Essos, federación imperial cuyo corazón late en lo que una vez fue el infierno ardiente de Valyria.
En apenas un siglo, los USE transformaron ruinas en metrópolis, colonias en estados federados y mares caóticos en rutas comerciales seguras. Pero la lealtad de sus territorios es frágil: algunos prosperan bajo la bandera federal, otros la toleran, y unos pocos esperan la oportunidad de romperla.

Sobre los campos volcánicos de la antigua península valyria, se erige hoy la capital federal. Fundada por colonos, ingenieros y refugiados, Nueva Valyria es un prodigio de acero y humo: fábricas de mechas híbridos, universidades técnicas y astilleros capaces de producir acorazados.

La más antigua de las ciudades valyrias fue tomada bajo el pretexto de restaurar el orden tras una sangrienta revuelta esclava. Volantis, la Primera Hija, se convirtió en el gran puerto comercial del sur, vinculando Essos y Poniente. Sus élites aceptaron la federación a cambio de mantener privilegios aduaneros.

Myr , ciudad de vidrieros, ingenieros y artesanos, se unió pacíficamente tras firmar un tratado de cooperación tecnológica. Los gremios, ávidos de recursos, aceptaron la federación aunque muchos creen que su arte se ha transformado en mera producción en masa.

Ocupada tras un conflicto comercial, Lys aceptó la bandera federal pero sigue siendo un nido de corrupción. Oficialmente la esclavitud está prohibida, pero el tráfico humano continúa en las sombras, tolerado a cambio de tributos.

Tyrosh resistió tres años de asedio antes de aceptar la federación. A cambio de rendirse, obtuvo autonomía naval, convirtiéndose en el bastión militar federal en el Mar Angosto. Su gente es orgullosa y sus almirantes, desconfiados.

En las últimas décadas han intensificado su política intervencionista hacia Poniente. Su primer gran paso fue la creación de la Liga Legitimista, una red de alianzas secretas con casas descontentas. Ahora, el ascenso del boltonismo en el Norte y el debilitamiento del Dominio han abierto una ventana de oportunidad para una posible “restauración Targaryen”. El Archidragón Daenor sostiene que es “deber moral y político” reconquistar Poniente.

Personajes conocidos

Archidragón Daenor Targaryen: Hombre de unos cincuenta años, de porte imponente y elegante. Lleva el cabello largo y plateado recogido en una coleta baja, y una barba bien cuidada con vetas cenicientas. Sus ojos violeta claro, característicos de su linaje, proyectan frialdad y cálculo. Siempre viste túnicas de diseño refinado, de corte essosí, con bordados que combinan el sol ardiente de Valyria con el dragón tricéfalo Targaryen. Erudito, perfeccionista, diplomático hasta lo clínico. Cree firmemente en el destino imperial de su casa, pero no es un fanático de la tradición: entiende que el dominio se construye con tecnología, comercio y poder blando tanto como con fuego y sangre. Desprecia el caos de Poniente pero lo considera clave para restaurar el prestigio valyrio bajo su figura. No tiene reparos en usar propaganda, mechas, dragones domesticados y redes de espías para avanzar sus fines.

Descendiente de Daenerys Targaryen, Daenor fue educado en las ciudades libres y formado en las ciencias de la guerra, la diplomacia y la ingeniería. Unificó los territorios Targaryen de Essos en una federación tecnocrática tras una guerra civil entre príncipes y caudillos.
Consolidado como Archidragón tras la “Paz de Fuego Frío”, transformó los Estados Unidos de Essos en una potencia militar y científica con aspiraciones coloniales. Bajo su mandato se han construido grandes acorazados mecha, redes de energía volcánica, y se han establecido consulados en todas las grandes ciudades de Essos.
En los últimos años, observa con creciente interés el deterioro político y militar de Poniente. Cree que la “decadencia de los Siete Reinos” es la oportunidad ideal para legitimar una intervención restauradora que le devuelva a su casa el control del Trono de Hierro, esta vez no como reyes, sino como “garantes civilizatorios”.

Lady Valys Belaerys: embajadora plenipotenciaria en Desembarco del Rey: Mujer joven de mirada fría, cabello blanco liso y piel color marfil. Viste siempre de manera impecable con ropajes de corte militar diplomático. Pragmática, astuta y extremadamente leal al proyecto imperial. Tiene fama de no mostrar emociones.
Nacida en una de las Grandes Casas leales a los Targaryen, fue formada en las academias diplomáticas del Filo de Oro. Representa los intereses del Imperio Targaryen en Poniente ante el Consejo Federal de los Feudos. Tiene contactos con facciones pro-Targaryen en varias regiones, incluido el Dominio y el Valle.

Maestre Caloran: Ministro de Ciencia y Energía del Dominio Exterior: Delgado y de aspecto desaliñado, con gafas gruesas, túnicas de laboratorio reforzadas con placas de bronce y cables. Visionario, disperso, extremadamente brillante. Vive por y para la innovación tecnológica.
Uno de los arquitectos del avance tecnomágico del enclave Targaryen. Desarrolló motores híbridos de vapor y sangre de dragón, y teoriza sobre el uso militar de las energías mágicas residualizadas. Es colaborador epistolar del Maestre Tesla, aunque discrepan en lo filosófico.

Ser Rhaegel Blackfyre: comandante de la Flota de Intervención Imperial: Hombre alto y robusto, con una prótesis ocular y una larga capa roja con insignias navales. Disciplinado, nacionalista y estratégico. Su lealtad al legado Targaryen lo vuelve inflexible en decisiones de guerra.
Bastardo reconocido de la rama principal Targaryen, ha demostrado ser un comandante naval implacable. Actualmente comanda la Flota Carmesí, estacionada en las colonias del Mar de Verano, lista para intervenir si se autoriza la entrada en Poniente.

Selyra Pyre: líder del Círculo del Fénix: Enigmática, de piel muy pálida y ojos de un dorado antinatural. Suele aparecer con velos oscuros y símbolos dracónicos arcanos. Mística, manipuladora, carismática. Cree en la restauración mágica del linaje Targaryen y la superioridad espiritual de su sangre.
Dirige un culto que combina religión, magia de sangre y nacionalismo Targaryen. Su influencia crece entre ciertos oficiales y sectores radicales de las colonias. Tiene enemigos dentro del gobierno, pero también muchos aliados silenciosos. Se rumorea que ha realizado experimentos con huevos de dragón confiscados.

República de las Marcas

Las Marcas Dornienses - actualmente solo las Marcas - constituyen un estado independiente situado entre los Reinos de la Tormenta y Dorne. Territorio históricamente disputado, su orografía montañosa, clima áspero y cultura fronteriza han forjado una identidad propia, distinta tanto de los dornienses como de los tormentíes. Su independencia reciente ha alterado el equilibrio político en el sur de Poniente. Ocupa los territorios que van desde el sur de Sepulcro del Rey hasta el norte de Canto Nocturno.

Gobierno

La República de las Marcas es un estado parlamentario de carácter militarizado. El poder ejecutivo reside en un Consejo de Mariscales, donde cada miembro representa una región o clan destacado. Aunque nominalmente democrático, en la práctica es una república oligárquica controlada por caudillos militares locales. El Consejo está presidido por la figura del Mariscal General, actualmente Ellyn Trant, excomandante del cuerpo fronterizo tormentíes que se pasó a la rebelión.

Economía

La economía de las Marcas es modesta, centrada en la producción agrícola de subsistencia, ganadería de montaña y la minería de metales menores. Su ubicación estratégica ha favorecido un incipiente comercio de paso entre Dorne y la Tormenta. La ayuda económica encubierta desde el Valle y algunas potencias extranjeras interesadas en debilitar a Dorne o a la Tormenta sostiene al joven estado.

Ejército

El ejército de las Marcas es pequeño pero muy combativo, con experiencia en guerra de guerrillas, defensa en terreno montañoso y tácticas de emboscada. La mayoría de sus fuerzas provienen de antiguos destacamentos tormentíes, milicias locales y desertores de Dorne. El cuerpo militar está integrado en el aparato político del estado.

Religión

Los Siete siguen siendo la fe dominante, aunque adaptada a una liturgia marcial. Existe una importante presencia de sectas radicales que mezclan la doctrina tradicional con elementos de resistencia y justificación teológica de la independencia. La Fe tiene fuerte influencia en el Consejo, especialmente en los clanes más conservadores.

Relaciones exteriores

Las Marcas mantienen una precaria neutralidad formal con Dorne y la Tormenta, aunque los enfrentamientos fronterizos son frecuentes. El Valle reconoce oficiosamente su independencia y les proporciona suministros. La Cancillería de Occidente y el Dominio observan con atención el devenir del nuevo estado como posible punto de influencia futura en el sur.

Tensiones internas

El poder está fragmentado entre distintas facciones: clanes militares, líderes religiosos y comerciantes armados. Las diferencias entre los antiguos elementos tormentíes y dornienses provocan tensiones, especialmente en cuestiones de identidad, reparto de tierras y poder dentro del Consejo. La amenaza constante de una reconquista ha fomentado la cohesión temporal, pero la división interna podría estallar en caso de guerra o crisis.

Historia reciente

La independencia de las Marcas se declaró hace apenas seis años, tras décadas de tensiones en la frontera y tras el colapso de la autoridad tormentí debido a su decadencia interna. La retirada de tropas dornienses de las zonas montañosas tras una revuelta simultánea permitió a los locales establecer control efectivo sobre la región. Dorne y la Tormenta reclaman la soberanía sobre el territorio, pero han evitado una guerra abierta. Las Marcas se presentan como una nación de luchadores por la libertad, pero en realidad son un hervidero de intereses cruzados y potencial catalizador de conflictos futuros.

Personajes conocidos

Ser Arren Manwoody, Protector General de las Marcas: Hombre alto y enjuto, piel curtida por el sol, cicatriz en la mejilla izquierda. Suele vestir una mezcla de armadura ligera dorniense y capa militar de diseño tormentoso. Estricto, severo y nacionalista. Cree que las Marcas deben permanecer unidas a toda costa. Admira el orden y detesta los discursos divisivos.
Hijo de un caballero dorniense y una noble de la Tormenta, luchó en la guerra de independencia como comandante rebelde. Tras la victoria, fue proclamado Protector General por un consejo de clanes y milicias. Busca estabilizar el país, pero gobierna como un caudillo militar. Mantiene tensiones con los sectores civiles y federalistas.

Lady Ysara Caron, Presidenta de la Asamblea Popular de las Marcas: Mujer joven, elegante y sobria. Cabello castaño oscuro recogido, mirada decidida y modales afilados. Intelectual, reformista, idealista. Aboga por un sistema parlamentario con derechos civiles sólidos.
Nacida en una antigua familia de la Tormenta que se creyó extinta siglos atrás, se convirtió en referente del ala política que desea institucionalizar la república. Representa a comerciantes, abogados y sectores medios urbanos. Sus enfrentamientos con Ser Arren son sutiles pero constantes. Mantuvo contactos con agentes del Valle.

Myro de los Picos Rojos, líder del Frente de las Arenas Libres: Delgado, de mirada enloquecida, barba sin cuidar y ropa siempre manchada de polvo o sangre. Fanático, violento, impredecible. Defiende una visión radical de autodeterminación basada en clanes y tribus.
Ex-bandido y antiguo soldado que se convirtió en guerrillero durante la guerra de emancipación. Actualmente lidera una milicia armada que controla varios pasos montañosos del interior. Su grupo ataca tanto a tropas del gobierno como a convoyes de Dorne y Tormenta. Se sospecha que tiene vínculos con agentes de las Islas del Hierro.

Maestre Velaros, rector de la Universidad Libre de Rocarrisco: Anciano delgado, de nariz prominente y túnicas largas, con ojos cansados pero vivos. Pacifista, racional y defensor del conocimiento como base del progreso.

Fundador de la Universidad Libre, una institución mixta que enseña historia, botánica, mecánica básica y política. Es un símbolo del nuevo estado, pero cada vez más presionado por el gobierno militar y los extremistas. Actúa como consejero neutral en foros diplomáticos. Se cartea con Maestre Tesla y Maestre Caloran.

Rhoyla Sand, agente de enlace con Dorne y figura de doble lealtad: Mujer de piel cobriza, ojos oscuros y cabellos trenzados con anillos dorados. Su voz es suave pero firme. Ambigua, diplomática, persuasiva. Cree en un futuro común con Dorne, pero actúa con pragmatismo.
Bastarda reconocida de la casa Qorgyle, fue criada en Lanza del Sol pero enviada a las Marcas como emisaria tras la independencia. Oficialmente es diplomática, pero también coordina redes de espionaje y contactos con facciones pro-dorniense. Su presencia irrita tanto al Protector como a Myro, pero nadie se atreve a expulsarla.

Los Feudos de la Corona

Los Feudos de la Corona representan el corazón administrativo y urbano de Poniente. Aunque políticamente ya no tienen la autoridad central de siglos anteriores, han sabido reinventarse: sus casas nobiliarias —más pragmáticas que orgullosas— adoptaron innovaciones tecnológicas y sociales importadas de Essos, integrándolas con sabiduría local. En consecuencia, han dado lugar a la región más moderna, tecnificada y cosmopolita del continente. Su capital, Desembarco del Rey, se ha transformado en una megaurbe, mezcla de acero, vapor y diesel.

Gobierno

La zona no tiene un rey ni un señor supremo. Las principales Casas —Velaryon en Marcaderiva, Massey, Stokeworth, Rosby, Hayford, entre otras— han formado un Consejo Federal de los Feudos, con sede en Desembarco. Este consejo legisla sobre comercio, seguridad, industria y relaciones exteriores. En la práctica, la ciudad es autónoma, gobernada por un Lord Alcalde elegido por sufragio limitado entre las élites mercantiles, ingenieros y gremios.

Economía

La economía está basada en la tecnología aplicada, el comercio transcontinental y la producción de maquinaria pesada, prototipos de guerra, vehículos y mechas. El puerto de Desembarco del Rey es el mayor del continente, y Marcaderiva rivaliza con las colonias occidentales de Essos en innovación naval. Las factorías de vapor y queroseno, junto con los gremios de alquimistas e ingenieros, convierten a la región en el centro de producción más dinámico de Poniente.

Ejército

Poseen la milicia urbana mejor equipada del continente. A falta de un ejército feudal fuerte, han invertido en armamento mecanizado, torretas automáticas, trajes blindados y prototipos de mechas de defensa urbana. La Guardia Cromada de Desembarco está entrenada para combatir tanto revueltas internas como amenazas externas, con apoyo de girocópteros de patrulla y escuadrones motorizados.

Religión

Coexisten varias religiones. La Fe de los Siete sigue siendo influyente, pero más como un ritual de etiqueta. Han ganado espacio los cultos racionalistas, una especie de religiosidad científica, y las escuelas de pensamiento alquímico-tecnológico. Existen círculos ocultistas que rinden culto a los antiguos dragones o practican variantes degeneradas de magia valyria.

Relaciones exteriores

Desembarco mantiene relaciones comerciales con todos los reinos, incluso con facciones opuestas. Son diplomáticos hábiles, vendiendo tecnología a quien pueda pagarla sin comprometerse del todo en conflictos. Aunque oficialmente no apoyan a ningún bando, en la práctica algunos gremios suministran piezas a Occidente y al Valle, mientras otros hacen negocios con los Targaryen de Essos.

Tensiones internas

La extrema modernidad ha creado desigualdad: las clases obreras viven en sectores industriales contaminados, donde proliferan enfermedades, adicción al polvo de fuego y nihilismo. Existen movimientos anarquistas, sindicatos radicales y pequeños grupos boltoncheviques simpatizantes del Norte. El Consejo de los Feudos reprime con firmeza cualquier intento de agitación social.

Historia reciente

Tras el colapso del Trono de Hierro y la caída de la dinastía Baratheon, las casas de los Feudos rehusaron unirse a cualquier nuevo bloque. Durante el siglo posterior a la Guerra de los Cinco Reyes, se dedicaron a reconstruir sus tierras e importar conocimientos de Essos, especialmente de las colonias Targaryen, Valyria y las ciudades libres. Gracias a su neutralidad, prosperaron durante las crisis. La ciudad de Desembarco del Rey fue rediseñada por arquitectos occidentales y maestres exiliados, convirtiéndose en una ciudad vertical de acero, cristal y vapor, alimentada por motores de alquitrán y pozos de fuego valyrio reciclado.

Personajes conocidos

Lord Alcalde Marwyn Sunglass: Hombre de edad avanzada, alto y delgado, con cabello blanco cuidadosamente peinado hacia atrás. Viste siempre con sobriedad, usando trajes grises y negros de inspiración industrial con detalles de cobre. Racional, austero y tecnócrata. Cree firmemente en el progreso como herramienta de paz y orden. Desconfía de la magia y de los fanatismos ideológicos.
Antiguo ingeniero de infraestructuras, lideró la modernización del puerto y los elevadores urbanos de Desembarco. Elegido por sufragio limitado como Lord Alcalde del Consejo Federal. Ha impulsado alianzas técnicas con Maestres progresistas de Antigua y mantiene una postura de neutralidad armada frente al conflicto inminente en el continente.

Clarence Crabb, el Titán: Enorme, musculoso y con aspecto rudo. Suele aparecer acompañado de su mecha personal, “Basilisco”, una máquina colosal de más de veinte metros de altura lo que lo convierte en el más grande de Poniente. Carismático, impredecible, adicto al riesgo y la atención pública. Defiende el orden pero bajo su propio código.
Heredero de una antigua casa menor, aprovechó la industrialización de los Feudos para establecer una red de factorías de armamento pesado. Su mecha es una mezcla de tecnología local y principios robóticos traídos por el maestre Tesla. Aunque no ocupa cargo oficial, su poderío lo hace una figura influyente y temida.

Lady Belarra Massey: Mujer elegante, siempre vestida con uniformes paramilitares. Tiene el cabello recogido y una prótesis de brazo metálica tras un atentado. Inflexible, nacionalista de los Feudos, defensora del aislacionismo y del poder civil sobre el militar.
Fue jefa de seguridad urbana y reformó completamente la Guardia de Acero de Desembarco. Es una figura clave en los sectores más conservadores del Consejo Federal y mantiene tensiones constantes con Clarence Crabb.

Maestre Volys Velaryon: Joven de piel clara y cabello platino, con ojos morados —descendiente de una rama bastarda valyria. Viste con ropajes híbridos de maestre y científico. Curioso, cosmopolita, excéntrico. Fascinado por la historia antigua y la energía de vapor.
Dirige el Archivo de Integración Técnica en Desembarco. Ha sido defensor del diálogo con los colonos de Essos y propulsor del proyecto de automatización de las líneas ferroviarias. Tiene el respaldo de Marwyn Sunglass.

El Reverendo Ferreo Axell Staunton: Anciano enjuto, con ojos hundidos y siempre vestido con túnica negra de líneas angulosas, mezcla entre clérigo y juez. Dogmático, inteligente, místico. Predica una forma de fe basada en la pureza del sacrificio y el fuego como símbolo regenerador.
Gana seguidores en los sectores más pobres de Desembarco con su discurso de purga y redención. Es visto por algunos como un fanático y por otros como un nuevo profeta urbano. Su relación con el Consejo Federal es tensa, pero su influencia crece.

Otros personajes conocidos

Gregori Dustin, el Santo Sombrío de Invernalia: Alto y delgado, de barba espesa y ojos hipnóticos, con vestiduras negras y colgantes de hueso. Carismático, visionario, fanático en sus creencias, envuelto en rumores de magia oscura.
Antiguo pastor errante de las Tierras Heladas, fue acogido por Nella Stark tras curar al hijo enfermo de un vasallo con métodos arcanos. Desde entonces, ejerce una enorme influencia sobre ella y sobre sectores supersticiosos del Norte. Es admirado por algunos como un profeta de los Antiguos Dioses y temido por otros como un manipulador peligroso. Se sospecha que tiene conexiones con círculos ocultistas en las ruinas de Valyria.

Maestre Tesla, el Artífice del Titán: Delgado, rostro anguloso, pelo revuelto y mirada perpetuamente absorta. Genial, excéntrico, visionario, obsesionado con ideas más allá de su tiempo.
Antiguo maestre de Antigua, fue marginado por proponer teorías imposibles sobre energía canalizada y autómatas gigantes. Fundó un laboratorio independiente en Lannisport, donde logró desarrollar los primeros mechas de combate, armas colosales. Su laboratorio está celosamente custodiado por Occidente, que lo protege como un tesoro estratégico. Algunos lo consideran el padre de una nueva era; otros, una amenaza para el equilibrio ponienti.

Septón Thamarys, el Voz de la Concordia: Anciano de complexión frágil, túnica de lino blanco, mirada serena. Pacifista, político, calculador, espiritual sin fanatismo.
Representante de la Fe ante el Trono de Hierro, ha abogado por el reconocimiento de minorías religiosas y la paz entre los reinos en tensión. En secreto, mantiene contactos con el Valle y los Ríos para evitar que el resurgimiento de la magia y el militarismo destruyan los pilares morales de Poniente. Enemigo declarado de Gregori Dustin, al que considera una amenaza herética.
Sar Kharox, Virrey de la Compañía del León Carmesí: Bronceado, ropajes de estilo ghiscari, turbante bordado y cicatrices en manos y cuello. Ambicioso, cínico, implacable en los negocios, cultiva una fachada de cortesía.
Gobernador colonial en nombre de Occidente, gestiona minas, esclavos y manufacturas en las colonias occidentales del Mar de Verano. Está involucrado en la venta de tecnología, suministros bélicos y especias raras. Su lealtad está con quien le pague más. Sospechoso de financiar a piratas de las Islas del Basilisco y mantener vínculos ocultos con el círculo Targaryen de Essos.

Archimaestre Elwyn, Guardián de la Llama Gris: Un hombre corpulento, piel cenicienta, lleva un pesado anillo de obsidiana en la mano izquierda. Conservador, metódico, desconfiado de la magia y de los extremismos.
Supervisor de las investigaciones mágicas y tecnológicas en la Ciudadela, ha vetado el uso civil de los mechas y exige restricciones al estudio de antiguos grimorios valyrios. Considera a Maestre Tesla un traidor a la orden y a Gregori Dustin un charlatán peligroso. Mantiene una red de informantes en todos los reinos y busca contener el avance de la “nueva era”.

Frank Tarly, caudillo de Colina Cuerno: Bajito, con bigotito fino, uniforme de gala verde oliva y mirada apagada y voz de pito. Autoritario, resentido, disciplinado, nostálgico del orden tradicional, nacionalista extremo.
Tras la Revolución, se alzó con el poder en la región de Colina Cuerno, estableciendo un régimen dictatorial y militarista. Rechaza la República del Dominio y sueña con un renacimiento del orden conservador, aunque no necesariamente con el retorno de los Tyrell. Tiene un ejército propio y mantiene una línea dura contra los revolucionarios y federalistas.

Seradon Moraqys, banquero de Braavos: Hombre mayor, de piel olivácea, siempre vestido con capas púrpuras ribeteadas en plata, y con una máscara de hierro ligera que cubre parte de su rostro, siguiendo las tradiciones del Banco de Hierro. Sus manos temblorosas siempre acarician un pequeño ábaco portátil.
Antiguo escriba que ascendió en la jerarquía gracias a su talento para detectar deudores poco fiables y cobrar deudas imposibles. Representa al Banco de Hierro, pero su objetivo es mantener la influencia financiera braavosi en Poniente, prestando dinero a ambos bandos para alargar cualquier guerra.

Marqelo Utheris, comerciante de Pentos: Hombre robusto, de barba negra perfumada y túnicas de seda, adornadas con anillos de piedras preciosas. Siempre sonriente, con voz fuerte y carcajada contagiosa. Hijo de una familia de mercaderes pentoshi, dirige una vasta red de caravanas y flotas menores que comercian con especias, opio del Mar de Jade, armas de Myr y piezas de mechas ligeros ensambladas en Essos.
Se presenta como comerciante apolítico, pero en realidad es un traficante de influencias que financia a señores de guerra de las Islas del Basilisco, nobles arruinados del Dominio o capitanes piratas.

General Odras Velthyn, de Norvos: Hombros anchos, rostro cuadrado con barba gris, siempre porta el hacha ceremonial de los sacerdotes de las campanas. Su uniforme mezcla armadura pesada con símbolos religiosos de Norvos. No es solo un militar, sino un general-sacerdote, formado en las rígidas doctrinas norvoshis. Dirige mercenarios norvoshis al servicio del mejor postor, pero siempre bajo la idea de que la guerra purifica y fortalece.
Busca oportunidades para enviar compañías de mercenarios a Poniente. Su neutralidad es religiosa: cree que el conflicto es inevitable y solo Norvos debe permanecer incólume.

Althred, Deán del Septo Ortodoxo de Puerto Blanco: Hombre de rostro fino y severo, con cabello blanco recogido bajo una mitra sencilla. Viste ropajes oscuros, contrarios al boato de la Fe del Septo Estrellado. Bastardo de menor nobleza norteña que fue educado en la Fe. Reformista ortodoxo, cree que el Norte debe tener un septo propio independiente de Desembarco. Su visión mezcla cristianismo feudal con elementos de misticismo norteño.
Busca ser árbitro religioso entre norteños blancos y boltoncheviques. Su neutralidad lo hace sospechoso tanto para la Fe oficial como para los Antiguos Dioses.

Man Iche, el mejor piloto de mechas de Poniente: Hombre de unos 30 años, cabello cobrizo atado en coleta, piel curtida, mirada fría. Siempre viste un mono de cuero reforzado, manchado de grasa y aceite. Su cuerpo está lleno de cicatrices de quemaduras.
Nació en las Tierras de los Ríos, hijo de un herrero. Con apenas veinte años ganó notoriedad en torneos clandestinos de mechas de choque. Tras una guerra mercenaria en Essos, regresó a Poniente como piloto independiente, sin bandera.
Nadie sabe cuánto cobra ni a quién se venderá, pero todos reconocen que ningún piloto mueve un mecha como él. Su lealtad es al desafío y la gloria, no a la política.

Damon Rocke, banquero independiente de los Feudos: Hombre delgado, rostro alargado y cabello oscuro peinado hacia atrás. Viste trajes de lino blanco con corbatas verdes, siempre impecable. Fundador del Banco Mercantil de Rocadragón, establecido tras la industrialización de los Feudos. Su banco se convirtió en refugio de comerciantes, mercenarios y diplomáticos que no querían depender de Braavos ni de la Corona.
Maneja el capital de una ciudad-estado bancaria en miniatura. Tiene préstamos activos con nobles de Occidente, revolucionarios norteños y capitanes piratas del Mar Angosto. Nadie lo ataca porque todos le deben dinero.

Crónica de Hierro y Fuego: La Era de los Mechas

Hubo un tiempo en que los ejércitos se alzaban con acero y coraje. Hoy, cuatro siglos después de la caída del Trono de Hierro, Poniente contempla otro amanecer: el de los mechas, titanes de hierro y energía que redefinen la guerra. Todo comenzó con un hombre: Nikola Tesla.

Su primer prototipo nació en Antigua, en los sótanos húmedos de la Ciudadela. Allí, entre grimorios y tratados polvorientos, Tesla concibió la idea de fusionar la ciencia moderna con fuentes de energía que, para los maestres más ortodoxos, rozaban la magia prohibida. Sus ensayos hablaban de “canalizar las corrientes invisibles que fluyen bajo la tierra”, de “motores que respiran como hombres”. Aquello lo convirtió en un proscrito. Expulsado con ignominia, fue recogido por la Cancillería de Occidente, que le ofreció lo que nadie más quiso: un laboratorio, recursos y libertad.

Y así, en Occidente, se encendió la chispa que dio paso a los colosos.

Cancillería de Occidente: los titanes dorados.

Nadie discute que los mechas occidentales son los más avanzados, estilizados y, por tanto, caros de todo Poniente. Sus siluetas doradas y carmesíes marchan como si fueran estatuas de leones en movimiento. Cada casa noble quiere uno; pocos pueden pagarlos. En las tierras del Oeste encontramos la ClaseTYW: enormes, diseñados para generales, portan antenas y sistemas de mando en batalla. Su sola presencia inspira obediencia.; la Clase TYR: pequeños, multipropósito, veloces como sabuesos metálicos; ideales para escaramuzas o espionaje; la Clase JAM: la espina dorsal de sus ejércitos, armados con espadas de acero reforzado y cañones de hombro y la Clase CRS: mechas encubiertos, oscuros y silenciosos, expertos en operaciones clandestinas.

Tesla aún reside en sus tierras, y su mano invisible sigue marcando cada nuevo diseño.

Unión de Repúblicas Socialistas del Norte: colosos de hierro sin piedad.

Si los occidentales son joyas de orfebrería, los mechas de la URSN son martillos de hierro. Bastos, rudimentarios, de acero ennegrecido, construidos en factorías heladas y con manos obreras. Parecen torres con piernas, pero su durabilidad es legendaria. Entre sus filas se encuentran los Voron: máquinas solitarias de infiltración o francotirador, tétricas, pintadas de negro mate, los Medved: gigantes blindados para demoler muros, defender ciudades o cargar artillería pesada, los Volk: la columna vertebral, fieros, estándar, desplegados en manadas como caballería mecánica y los Orel: ágiles exploradores con sensores e inhibidores, guardianes de los cielos nublados del norte.

Anticuados sí, pero indestructibles, reflejo del propio pueblo norteño.

Valle Unido: caballeros de hierro.

El Valle no fabrica en masa, pero lo que produce son obras de solemnidad, máquinas que parecen caballeros salidos de las viejas leyendas. Imponentes al desplegarse, aunque más frágiles que la media, ofrecen un rendimiento que roza lo elegante. Actualmente cuentan con el Rey Halcón III: ágil, con alas metálicas desplegables para maniobras aéreas; el Caballero Grifo II: balance perfecto entre espada y cañón, el modelo más común; el Portador de las Estrellas V: máquina de mando, repleta de sensores, su sola figura inspira misticismo o el reciente Syrin I: estilizado y veloz, casi un poema de acero.

Corona Dual de los Ríos: pragmatismo y misticismo.

En los Ríos conviven dos tradiciones irreconciliables. Los Bracken fabrican mechas pragmáticos, simples, útiles como martillos. Los Blackwood, en cambio, producen colosos cargados de símbolos místicos, grabados con runas y pintados de negro. Así, en las tierras del los Ríos encontramos el Explorador III: ágil, rápido, sin florituras en contraste al Cambiapieles II: recubierto de placas oscuras con camuflaje, casi vivo en sus movimientos. O al Zapador I: diseñado para asedios, con brazos de taladro muy diferente al Verdevidente I: lleno de sensores, decorado con ojos pintados y runas verdes.

Un reino dividido hasta en sus propias máquinas.

Reino de la Tormenta: hijos del trueno.

En la Tormenta, los mechas se visten de azul ultramarino o verde militar, con relámpagos pintados en sus armaduras. Sus diseños cambian constantemente, siempre en prototipo, siempre en prueba. Desde el Trueno: el primero, pesado, rugiente, aún en uso al Tormenta: el prototipo recién nacido, con generadores eléctricos en el pecho, un arma nunca vista.

Nadie sabe si explotará o cambiará la guerra.

República Federal del Dominio: flores de acero.

Los del Dominio son copias. Diseños comprados o cedidos por Occidente, más antiguos, menos finos. Los pintan de verde claro y dorado, con nombres de flores y árboles aunque su manufactura está clara. El Rosa Carmesí: estándar, funcional, el Roble de Hierro: pesado, de gran resistencia, el Girasol: de largo alcance, con cañones enormes o el Lirio Blanco: ligero y ceremonial, usado en desfiles son algunos de los mechas que conforman las filas del ejército del Dominio.

Sultanato de Dorne: lanzas, soles y veneno.

Dorne nunca sigue las reglas. Sus mechas son estilizados, casi sensuales en sus formas, pintados de naranja y oro. Al no haberse visto en batalla desde la secesión de las Marcas, solo se recuerdan a la Clase Sol: enormes colosos que parecen fortalezas ambulantes y la Clase Lanza: veloces, numerosos, portadores de armas químicas —acusación aún no probada; si bien hay rumores acerca de una Clase Nymeria: envueltos en misterio, prototipos ocultos cuyas cualidades se desconocen.

Estados Unidos de Essos: los dragones de acero.

Los “Dragones” de los USE son motivo de miedo y especulación. Cada uno lleva nombre de un dragón valyrio, y se rumorea que su fuente de energía supera todo lo visto. Conocidos por sus nombres y características pero no por su rendimiento en combate, el Meraxes 114: cañones de energía que derriten acero, el Caraxes 202: delgado y ágil, como una serpiente de hierro, el Drogon 310: prototipo moderno, devastador y, por supuesto, el Balerion 001: negro, gigantesco, dicen que es el mayor mecha jamás construido, con llamas como bocanadas aún deben demostrar si su fama es merecida.

Incluso Tesla duda de su viabilidad.

Islas de Hierro: chatarra con vida.

Los Hombres del Hierro no fabrican, saquean. Sus mechas son Frankenstein de hierro, restos de varias potencias unidos con remaches y furia. Conocidos y, por algunos, temidos, el Martillo de Harrag: brutal, armado con piezas robadas y cañones improvisados; el Gaviota de Ygrin: ligera, pintada con símbolos anarquistas o el Náufrago de Botley: decadente, un amasijo que aún camina, son reflejo de una nación dispar.

Colina Cuerno: orgullo prestado.

Sus mechas provienen del Dominio y Occidente, repintados con banderas nacionalistas y símbolos de los Siete. El Patriota: ligero, armado con fusil y cuchilla o el Orgullo Nacional: pesado, con estandartes ondeando son sus mayores, quizás únicos, exponentes.

Las Marcas: hijos bastardos de dos mundos.

En las Marcas, los mechas son de segunda mano, heredados de la Tormenta y de Dorne. Se pintan con colores locales, renombrados como Norteños o Sureños, sin más distinción que el orgullo de la tierra que pisan.


De Dorne a Occidente, de Antigua a los USE, los mechas han cambiado la faz del mundo. No son solo máquinas: son banderas de acero, credos caminantes, la voluntad de cada nación hecha hierro. El periodista que escribe estas líneas lo sabe: cuando la chispa de la guerra prenda, serán ellos quienes marquen el destino de Poniente.

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