— Khaleesi, por favor. No insistáis por ese camino, ya habéis visto qué ha sucedido. Tiene que haber alternativas.
— Ser, vine hasta Asshai para aprender a controlar a mis hijos, no voy a salir de aquí con las manos vacías. De nada me sirven unos dragones que no soy capaz de dirigir. No he venido a este mundo a desatar el caos y la desolación a mi paso.
— Aún así, khaleesi. Mejor tener unos dragones que no podéis domeñar… que no tenerlos.
Ser Jorah no sabía como decirlo de una manera más suave, pero ya estaba dicho. La lealtad absoluta implicaba decir la cruda verdad.
— Ser, no insistáis. ¿Creéis que no lloro a Viserion todos los días? ¿Creéis que no me culpo por mi arrogancia y estupidez? —a Ser Jorah le pareció que los ojos de Dany se humedecían—. Sangre y fuego, es el lema de mi casa, y por un buen motivo. Si hubierais visto lo que Quaithe y otros me enseñaron, lo entenderíais. Pero hay puertas que están mejor cerradas —Dany cerró los ojos en un gesto de cansancio infinito… ¿o quizá para evitar que le viera sus lágrimas?—. Por favor, marchad a cumplir lo que os he ordenado. No me hagáis insistir, ser.
PoV
Jorah Mormont
Juro serviros, obedeceros, morir por vos si fuera necesario. Suceda lo que suceda.
Ser Jorah Mormont ha tenido una vida inesperadamente turbulenta. Como heredero de la Isla del Oso, su camino parecía sencillo, al igual que el de los que le precedieron. Solo tenía que esperar a que su padre le legase el señorío, buscar a una mujer adecuada para casarse y asegurar la línea de sucesión engendrando un heredero. Sin embargo, un torneo y pedir la mano de la mujer equivocada pusieron su vida patas arriba. Tuvo que quebrar la ley para saciar los lujosos apetitos de una esposa a la que amaba, y cuando la justicia cayó sobre él, no le quedó otro camino más que el exilio. Y con el exilio, lo perdió todo: su familia, su hogar y su mujer.
Tras pasar varios años vagando sin rumbo como mercenario, se unió al séquito de los Targaryen como informador del Trono de Hierro por puro pragmatismo, esperando obtener el perdón real para volver a casa. No obstante, ahora ha cambiado de lealtades. Los últimos acontecimientos le han hecho ver que la joven Daenerys es una reina digna de tal nombre, digna de su devoción… y digna de su amor.
Tokens
Jorah Mormont
Este exiliado señor de la Isla del Oso se unió a Daenerys como un camino para obtener el perdón real y volver a su hogar, pero las circunstancias han cambiado y se ha convertido en el más fervoroso seguidor de la joven reina. Quizá el amor tenga algo que ver. Serio, curtido y con experiencia en la vida; Daenerys puede contar con él para cualquier labor que le encomiende.
El séquito de la reina (AGOTADO)
Todo gobernante que se precie de llevar tal nombre necesita un grupo de personas de la máxima confianza para desempeñar ciertas labores. Daenerys no es la excepción. En su séquito se pueden encontrar personas de diversa procedencia y curiosas habilidades.
Ejércitos
No procede.
Objetivo
Entrevistarnos con los aeromantes de Asshai para conseguir su ayuda. Los necesitamos si queremos volver a casa en un tiempo prudencial.
Misión
Ser Jorah y los suyos se entrevistan con los aeromantes a ver qué nos piden a cambio de sus servicios. Salvo que nos pidan un dragón, que entonces educadamente les mandaremos a tomar por culo, probablemente pagaremos lo que nos pidan a cambio de sus servicios. Gracias a la misión 8 sabremos donde buscar a estos tipos, y quiero pensar que estarán bien predispuestos a ayudar a Dany.
Los dothrakis van con Jorah, buena escolta, son el ornato del poder, también servirán para intimidar un poco a estos tipos y para que ser Jorah vaya con seguridad a la negociación.
Localización
Mapa
Esta misión se desarrolla en Asshai.