Misión 14 - Gloria a la Colina

POV: Kevan Lannister

Tokens:

  1. Minas de Roca Casterly: La fuente de tal riqueza, su capacidad de explotarlas puede sostener durante un tiempo gastos desorbitados. Aún así son mucho más vulnerables que las propias reservas protegidas por las murallas del castillo.
  2. Lannisport: El hogar ancestral de los Lannister ha hecho prosperar la mayor ciudad de la costa occidental de Poniente.
  3. Casa cadete: Son muchos Lannister los que operan en segunda línea. Esta facción, representada por Kevan Lannister, es menos orgullosa por lo que suelen pasar más desapercibidos. No destacan en nada en particular pero siempre encontrarás un Lannister capaz de llevar el nombre de su familia un poco más lejos.
  4. Capas Roja: Unidades de élite formados en Roca Casterly. Poseen abundante armamento pesado y suficiente caballería para unirse a batallas en campo abierto, aunque su principal habilidad reside en la defensa de plazas cerradas.

Misión:

Utilizamos a la guardia de Lannisport y a los caballeros Lannister para formar ejércitos que puedan defender la ciudad. El oro abundante, los recursos de la urbe y un comercio marítimo que todavía funciona nos permiten comprar materiales y los servicios de hombres y mujeres para forjar espadas, hachas, lanzas; elaborar escudos, jubones de cuero, arcos y flechas en abundancia. Se ofrecerá buen oro para aquellos que luchen por el buen rey Joffrey, quizá alguna compañía mercenaria se anime a ofrecernos sus espadas y si no los hombres mayores y los imberbes serán los que tomen las armas. Para arrojar agua hirviendo, lanzar flechas y tirar piedras a los invasores no es necesaria mucha fuerza, ni habilidad, ni experiencia.

  • Guardia Lannisport 1 (Alzado), en Lannisport grupo NEGRO [Armadura +1, Guarnición] FUE: 11
  • Guardia Lannisport 2 (Alzado), en Lannisport grupo NEGRO [Armadura +1, Guarnición] FUE: 11

Objetivo:

Conseguir dos ejércitos para defender la ciudad. Mercenarios o sangrado de la ciudad, en función de lo buena o mala que sea la tirada. La Compañía Audaz sería genial.

Roleo:

Ser Kevan abandonó las dependencias del maestre con paso acelerado. Los cuervos habían salido y solo los dioses sabían si su hermano llegaría a tiempo. Cuevahonda había caído, Lord Leo se encontraba bajo asedio y sus hombres pronto rindieran la fortaleza. Alcanzó el salón de la fortaleza, donde se había improvisado un espacio para las levas y campesinos de los Brax, Roca Casterly era suficientemente grande para dar cabida a todos, pero solo aquellos con el rango suficiente podían disponer de dependencias privadas. Lord Andros Brax se encontraba rodeado por numerosos caballeros con el unicornio púrpura grabado en sus jubones, escudos y pendones de batalla.

Lord Andros, la defensa del castillo está preparada -tomó su yelmo de las manos de su escudero y adoptó una severa posición marcial-. Acompañadme, tenemos una ciudad que proteger.


El bullicio de la ciudad era ensordecedor. Lannisport había duplicado su población en los últimos meses. La guerra era un negocio muy lucrativo y si los rumores eran ciertos, pronto alcanzarían las murallas miles de ribereños, un mero saco de patatas triplicaría su valor. Aquellos días las entradas de la ciudad estaban colapsadas por carreteros a sueldo del gremio de curtidores y herreros, una nueva campaña de reclutamiento se había puesto en marcha. Mientras Lord Tytos y Ser Kevan paseaban por el puerto, charlando con unos y otros acerca de espadas a sueldo dispuestas a recibir buen oro Lannister, una muchacha, bien vestida pero ligeramente desaliñada, se encaminaba hacia una plataforma situada en uno de los atrios de la plaza principal de Lannisport.

La joven, de cabello rubio y mirada perdida, vestía un jubón rojo y unas calzas negras, aún habiendo abandonado sus vestidos habituales, fue reconocida por todos los presentes. Vivía en el castillo y se la podía ver todas las mañanas realizando recados, seguida por una legión de sirvientes, pero siempre caminando sola, sin hablar con nadie, con tez pálida y reflejo melancólico. Aquella mañana toda la ciudad escuchó su voz, utilizando el atrio como teatro improvisado la muchacha cantó, con una más energía de lo que su cuerpo podía hacer a cualquiera suponer, una versión de la trágica canción “Adiós, hermano mío”.

En los campos de batalla, bajo el sol abrasador,
Nuestros juramentos nos llevaron, hermano, a luchar con valor.
A través de los peligros, juntos enfrentamos la oscuridad,
Pero ahora llega el momento de decir adiós, en esta realidad.

Hermano mío, compañero en esta senda tan dura,
En el fragor de la batalla, siempre estuviste a mi altura.
Cada golpe recibido, cada victoria celebrada,
Nuestra unión, como acero, nunca será olvidada.

En los muros de las ciudades, en los campos de flores,
Tu recuerdo perdurará en las canciones y en los amores.
En el eco de nuestras risas, en el brillo de nuestras miradas,
Recordaré tu valor, mientras las estrellas brillen estrelladas.

En este mundo de intrigas, donde los leales son traicionados,
Tu lealtad fue un faro, en los mares tormentosos navegados.
Aunque las distancias nos separen, y los años pasen veloz,
Tu espíritu siempre acompañará mi camino, en la noche y en la voz.

Adiós, hermano mío, en el camino de los destinos cruzados,
En los reinos de los sueños, en las tierras de los olvidados.
Que tu partida sea un descanso, en el hogar eterno y verdadero,
Donde los guerreros descansan, en paz, en el último sendero.

En el eco de las palabras, en el susurro del viento,
Tu memoria perdurará, en cada rincón del firmamento.
Hasta que nos encontremos de nuevo, en los campos de la eternidad,
Adiós, hermano mío, tu espíritu en mi corazón siempre quedará.

Acto seguido, descendió del atrio, apuntó su nombre en una de las listas de reclutamiento y se encaminó a uno de los puestos donde se practicaba el tiro con arco. No era la primera mujer que trataba de ganarse un sueldo peleando por la guardia, pero era la primera que no lo hacía huyendo de la desesperación. De ella no osaron reírse, ni trataron de impedirle defender su ciudad, al anochecer toda la ciudad conocía a la bastarde de Gerion Lannister.

POV: Kevan Lannister

Tokens:

  1. Minas de Roca Casterly: La fuente de tal riqueza, su capacidad de explotarlas puede sostener durante un tiempo gastos desorbitados. Aún así son mucho más vulnerables que las propias reservas protegidas por las murallas del castillo.
  2. Lannisport: El hogar ancestral de los Lannister ha hecho prosperar la mayor ciudad de la costa occidental de Poniente.

Misión:

Utilizamos a la guardia de Lannisport y a los caballeros Lannister para formar ejércitos que puedan defender la ciudad. El oro abundante, los recursos de la urbe y un comercio marítimo que todavía funciona nos permiten comprar materiales y los servicios de hombres y mujeres para forjar espadas, hachas, lanzas; elaborar escudos, jubones de cuero, arcos y flechas en abundancia. Se ofrecerá buen oro para aquellos que luchen por el buen rey Joffrey, quizá alguna compañía mercenaria se anime a ofrecernos sus espadas y si no los hombres mayores y los imberbes serán los que tomen las armas. Para arrojar agua hirviendo, lanzar flechas y tirar piedras a los invasores no es necesaria mucha fuerza, ni habilidad, ni experiencia.

Objetivo:

Conseguir dos ejércitos para defender la ciudad. Mercenarios o sangrado de la ciudad, en función de lo buena o mala que sea la tirada. La Compañía Audaz sería genial.

Roleo:

Ser Kevan abandonó las dependencias del maestre con paso acelerado. Los cuervos habían salido y solo los dioses sabían si su hermano llegaría a tiempo. Cuevahonda había caído, Lord Leo se encontraba bajo asedio y sus hombres pronto rindieran la fortaleza. Alcanzó el salón de la fortaleza, donde se había improvisado un espacio para las levas y campesinos de los Brax, Roca Casterly era suficientemente grande para dar cabida a todos, pero solo aquellos con el rango suficiente podían disponer de dependencias privadas. Lord Andros Brax se encontraba rodeado por numerosos caballeros con el unicornio púrpura grabado en sus jubones, escudos y pendones de batalla.

Lord Andros, la defensa del castillo está preparada -tomó su yelmo de las manos de su escudero y adoptó una severa posición marcial-. Acompañadme, tenemos una ciudad que proteger.


El bullicio de la ciudad era ensordecedor. Lannisport había duplicado su población en los últimos meses. La guerra era un negocio muy lucrativo y si los rumores eran ciertos, pronto alcanzarían las murallas miles de ribereños, un mero saco de patatas triplicaría su valor. Aquellos días las entradas de la ciudad estaban colapsadas por carreteros a sueldo del gremio de curtidores y herreros, una nueva campaña de reclutamiento se había puesto en marcha. Mientras Lord Tytos y Ser Kevan paseaban por el puerto, charlando con unos y otros acerca de espadas a sueldo dispuestas a recibir buen oro Lannister, una muchacha, bien vestida pero ligeramente desaliñada, se encaminaba hacia una plataforma situada en uno de los atrios de la plaza principal de Lannisport.

La joven, de cabello rubio y mirada perdida, vestía un jubón rojo y unas calzas negras, aún habiendo abandonado sus vestidos habituales, fue reconocida por todos los presentes. Vivía en el castillo y se la podía ver todas las mañanas realizando recados, seguida por una legión de sirvientes, pero siempre caminando sola, sin hablar con nadie, con tez pálida y reflejo melancólico. Aquella mañana toda la ciudad escuchó su voz, utilizando el atrio como teatro improvisado la muchacha cantó, con una más energía de lo que su cuerpo podía hacer a cualquiera suponer, una versión de la trágica canción “Adiós, hermano mío”.

En los campos de batalla, bajo el sol abrasador,
Nuestros juramentos nos llevaron, hermano, a luchar con valor.
A través de los peligros, juntos enfrentamos la oscuridad,
Pero ahora llega el momento de decir adiós, en esta realidad.

Hermano mío, compañero en esta senda tan dura,
En el fragor de la batalla, siempre estuviste a mi altura.
Cada golpe recibido, cada victoria celebrada,
Nuestra unión, como acero, nunca será olvidada.

En los muros de las ciudades, en los campos de flores,
Tu recuerdo perdurará en las canciones y en los amores.
En el eco de nuestras risas, en el brillo de nuestras miradas,
Recordaré tu valor, mientras las estrellas brillen estrelladas.

En este mundo de intrigas, donde los leales son traicionados,
Tu lealtad fue un faro, en los mares tormentosos navegados.
Aunque las distancias nos separen, y los años pasen veloz,
Tu espíritu siempre acompañará mi camino, en la noche y en la voz.

Adiós, hermano mío, en el camino de los destinos cruzados,
En los reinos de los sueños, en las tierras de los olvidados.
Que tu partida sea un descanso, en el hogar eterno y verdadero,
Donde los guerreros descansan, en paz, en el último sendero.

En el eco de las palabras, en el susurro del viento,
Tu memoria perdurará, en cada rincón del firmamento.
Hasta que nos encontremos de nuevo, en los campos de la eternidad,
Adiós, hermano mío, tu espíritu en mi corazón siempre quedará.

Acto seguido, descendió del atrio, apuntó su nombre en una de las listas de reclutamiento y se encaminó a uno de los puestos donde se practicaba el tiro con arco. No era la primera mujer que trataba de ganarse un sueldo peleando por la guardia, pero era la primera que no lo hacía huyendo de la desesperación. De ella no osaron reírse, ni trataron de impedirle defender su ciudad, al anochecer toda la ciudad conocía a la bastarde de Gerion Lannister.

La misión es exitosa y consigues armar DOS ejércitos virtuales de guardia de Lannisport (11).

¿Qué quiere decir esto? Que esos ejércitos no van a aparecer en las tools, pero si Lannisport es atacada, contarás con esos 2 ejércitos.

¿Quiere decir que los 2 ejércitos de guardia de Lannisport que sí aparecen en las tools los puedes llevar contigo? Yo no lo recomiendo en absoluto por noticias que te voy a poner en un corto periodo de tiempo.