PoV
Larys Strong
Coordinaa a los participantes desde la Fortaleza Roja en persona.
Tokens
El Patizambo
Descripción del token
Participa en persona
Consejero de Rumores y Lord Confesor
Descripción del token
Se usan todos los recursos disponibles del Consejero.
Hermandad Llorosa
Hermandad de marineros que tiene su base en Villallorosa. Están capitaneados por Malthar Saan (55), un hombre de las Islas del Verano ya entrado en años, y su esposa, Serenai de Lys (47), que pese a mantener la belleza de la juventud no ha podido evitar el incipiente deterioro de un mujer que ya ha sobrevivido a tres inviernos.
Serenai afirmar ser hija de la famosa Saera Targaryen. Tras la muerte de su madre, hace 25 años, Serenai dejó Volantis y se trasladó a Lys con alguno de sus hermanos, donde emularía a su madre y conseguiría una pequeña fortuna. El ascenso de la Triarquía le impulsó a abandonar las ciudades libres y convertirse en meretriz en Villallorosa, done conocó a Malthar y junto al que regenta un lucrativo negocio de comercio de prostitutas lyseñas, entre otros productos de Essos y Dorne que redistribuyen a ciudades mayores de Poniente.
Malathor, por su parte, se hizo marinero en la isla de Koj y contrabandista en las costas de Dorne. La misma guerra en los Peldaños de Piedra le hizo seguir al norte, donde encontró el lucrativo negocio de agasajar a las jóvenes Baratheon. Sus experiencias y contactos con la corte de Bastión de Tormentas les han otorgado una relativa posición de poder.
Junto a ellos ha crecido una importante red de marineros a su servicio, expertos navegantes autóctonos del Mar de Dorne y los Peldaños de Piedra, con amplios contactos en cualquier ciudad ponientí con un burdel.
Sus tratos y contactos con los burdeles les permite poder acercarse a Mysaria en Desembarco. Llevan ya un tiempo operando en Desembarco.
AGOTADO
30 años de contactos
Token de Otto Hightower
Token de la Mano que pone a mi disposición. Usaré esos contactos para evitar que se sepa que la operación va a tener lugar.
DAÑADO
La Guardia de la Ciudad
Token de Otto Hightower
Se escoge a los que estamos seguros que son leales. Muy seguros. Al resto se le envía a una misión distinta.
DAÑADO
Ejércitos
No
Objetivo
Atrapar a Mysaria viva o muerta. Destruir su posición en Desembarco si huye.
Misión
Tengo información suficiente de Mysaria como para saber donde atraparla aunque no sea un lugar específico. Mis agentes han llegado hasta ella en el pasado y podrían volver a hacerlo, máxime si tienen ayuda.
Por ello, si siguen en Desembarco, la Guardia de la Ciudad leal irá en su busca para espantarla mientras que los hombres de Larys son los encargados de atraparla de verdad. Los hombres de Malthar Saan deben ocuparse de evitar que escape. Tres grupos coordinados para que el cerco se estreche y, de estar en Desembarco, la podamos atrapar.
Si se consigue atrapar a Mysaria viva, se le lleva a las Celdas Negras. Una vez en la Fortaleza Roja ni los Guardias de la Ciudad ni los de la Hermandad Llorosa deben estar presentes, es decir, es cosa mía dónde la encierro y en qué condiciones.
Si huye, no pasa nada. Se pasa a cuchillo a todo el que esté relacionado con ella o, al menos, se le detiene para llevarlos a las mazmorras a la espera de ser ejecutados.
Esta misión tiene como principal objetivo capturar a Mysaria y como secundario acabar con su poder en Desembarco.
Factores que se podrían tener en cuenta:
- Ya he tratado antes con Mysaria y he tenido a un topo hasta hace poco.
- Daemon puede que no haya advertido a Mysaria de que yo vaya contra ella por conversaciones que hemos tenido.
- Mysaria es culpable de la rebelión pero no de haber matado a los infantes así que puede que no espere que la busque para que pague por ese delito.
- Esta misión es la culminación de varias misiones exitosas.
Localización
Desembarco del Rey.
Roleo
La sala estaba a oscuras, iluminada apenas por la tenue luz de una lámpara de aceite sobre la mesa central. Larys Strong se encontraba en su silla habitual, el rostro oculto en las sombras mientras sus dedos tamborileaban sobre el brazo de madera. Frente a él, Malthar Saan, un hombre de negocios de Volantis con más oro que escrúpulos, sonreía con una calma estudiada. A su lado, Fredo, un corpulento guardia de la ciudad con un uniforme impecable, mantenía una postura rígida, aunque había algo en su mirada que delataba un ego inflado por su proximidad al poder. Detrás de Larys, dos agentes suyos permanecían en silencio, como sombras discretas, atentos pero invisibles.
—La información está confirmada —empezó Fredo con tono seguro—. Mysaria se encuentra en un escondite en Lecho de Pulgas. Tenemos varias direcciones probables, pero no puede moverse sin que la atrapemos. Con el despliegue adecuado, será cuestión de tiempo.
Larys inclinó levemente la cabeza, su expresión imperturbable. Su voz, susurrante y enigmática, llenó el silencio que siguió:
—El tiempo es un lujo que no tenemos, querido Fredo. Si Mysaria permanece un segundo más libre, la propia Fortaleza Roja se tambaleará. Necesitamos algo más que simples barridos por las calles. Necesitamos una operación precisa, una red cerrada.
Malthar Saan, que había estado jugueteando con un anillo de oro en su dedo, se rió por lo bajo.
—¿Y acaso no estamos aquí para eso? Mis hombres ya están listos para actuar, pero su precio no es barato, Lord Larys. Sin embargo, sabemos cómo atrapar a una rata como Mysaria en su propio agujero. Si la sacamos con vida, mi trabajo estará más que pagado.
—Con vida —repitió Larys, su tono sin inflexión alguna, como si la frase fuera una mera formalidad. Luego dejó que una pausa cargada de significado se colgara en el aire—. Pero si escapa, no será culpa nuestra si cae en el fuego.
Fredo asintió, como si acabara de comprender lo que realmente se esperaba de él.
—Lo entiendo, mi señor. Mis hombres estarán preparados para cualquier eventualidad. Si intenta huir… digamos que no será un problema que no podamos resolver.
*Larys dejó escapar una leve sonrisa, aunque no alcanzó sus ojos. *
—Perfecto. No quiero errores, Fredo. Asegúrate de que la operación parezca una maniobra impecable de la guardia. No quiero que mis peones se conviertan en objetivos.
Malthar Saan se inclinó hacia adelante, su sonrisa torcida más ancha que nunca.
—Por supuesto, mi Lord. A Mysaria no le queda dónde esconderse. Es cuestión de tiempo antes de que la red se cierre.
Larys asintió lentamente, sus ojos fríos recorriendo a cada uno de los presentes. Sabía que la red que tejían no solo era para Mysaria; también era para aquellos que se atrevían a desafiarlo. Mientras los demás debatían detalles logísticos y estrategias, Larys se reclinó en su silla, dejando que los engranajes en su mente giraran. Esta operación no era solo para atrapar a Mysaria, era un movimiento más en un tablero mucho más grande.
Cuando la reunión terminó, Fredo salió con paso seguro, y Malthar Saan, con su usual aire de suficiencia. Los agentes de Larys permanecieron atrás, como sombras fieles, esperando la señal de su amo. Larys los miró brevemente y, con un movimiento apenas perceptible, les indicó que se retiraran. La habitación quedó en silencio, y por primera vez en toda la noche, Larys permitió que una sonrisa, delgada y sin alegría, se formara en sus labios.
—Las ratas siempre corren hacia la trampa —murmuró para sí mismo. Luego, apagó la lámpara y dejó que la oscuridad lo envolviera.