PoV
Marius Sunderland
Agente y corsario
Tokens
Sir Marius Sunderland (Token mejorado)
Agente y corsario, especialista en infiltrarse y pasar desapercibido.
Legado Pirata
Economía: Riquezas atesoradas tras décadas de piratería
Barracudas
Militar Naval: Barcos rápidos con espolones serrados especializados en inutilizar barcos enemigos.
Hijos de las Hermanas
Abstracto: orgullo de pertenecer a las Islas, aumenta la moral y la tenacidad del personaje/guerreros.
Ejércitos
- 1 de Villahermana (Alzado) , en Costas de Braavos grupo ROJO [Leva, Hda +2, Arqueros +1, Moral +1, Marinos, ] FUE: 10.45
- 2 de Villahermana (Alzado) , en Costas de Braavos grupo ROJO [Leva, Hda +2, Arqueros +1, Moral +1, Marinos, ] FUE: 10.45
- 3 de Villahermana (Alzado) , en Costas de Braavos grupo ROJO [Leva, Hda +2, Arqueros +1, Moral +1, Marinos, ] FUE: 10.45
Objetivo
Navegar hasta Pentos donde Marius Sunderland hara todo lo posible por reclutar el mayor número de tropas y barcos mercenarios.
Misión
En las posadas deL Puerto de Pentos y alrededores buscar y contratar fotas mercenarias para la campaña. Promesas de buenos botines.
Localización
En Pentos
Desde Braavos hasta Pentos
Un ejército de tamaño 3 necesita un día y medio para ir desde Braavos hasta Pentos
- 17 hexágonos de costa, a marcha rápida en 43 horas
Roleo
El viento azotaba la cubierta del Martillo de Hierro, salpicando de salitre las caras curtidas de los hombres de Sir Marius Sunderland. Tras el exitoso saqueo en las costas de Braavos – una operación audaz que había llenado las arcas de Sunderland y le había granjeado una reputación, a partes iguales, temida y envidiada – la flota se dirigía a Pentos. El objetivo: reclutar mercenarios para aumentar la potencia militar alas ordenes del marino.
Marius, con su capa de lana oscura ondeando al viento, observaba el horizonte desde la proa. Su rostro, cincelado por el sol y el mar, reflejaba una mezcla de satisfacción y preocupación. Braavos había sido un golpe maestro, pero Pentos era un terreno diferente. Allí, la lealtad se compraba y se vendía con la misma facilidad que la seda, y la ambición era un mar embravecido en el que era fácil naufragar.
“¿Cómo van las provisiones, capitán?” preguntó Marius, su voz ronca por el viento y los días en alta mar.
El capitán, un hombre robusto llamado Gorok, se acercó con una reverencia. "Bien, milord. Tenemos suficiente para llegar a Pentos y mantener a la tripulación durante un par de semanas.
Marius necesitaba algo más que oro para convencer a los capitanes de Pentos, algo que inspirara confianza y lealtad. Su reputación, aunque sólida entre los piratas, no era suficiente en un lugar tan sofisticado y peligroso como Pentos.
“Entonces tendremos que ser persuasivos,” dijo Marius, una chispa de determinación brillando en sus ojos. “Hay otras maneras de pagar a los mercenarios. Debemos ofrecerles algo más que oro… debemos ofrecerles una parte del botín futuro. Debemos pintarles un cuadro de gloria y riqueza, una imagen de la victoria que nos hará ricos a todos”.
Gorok asintió, aunque con una expresión de duda. La idea era arriesgada, una apuesta a lo grande. Pero Marius Sunderland siempre había sido un hombre de apuestas arriesgadas, y había ganado más de una vez. Esta vez, sin embargo, el premio era mucho mayor, y la derrota significaría la ruina, no solo para él, sino para todos aquellos que habían puesto su fe en su liderazgo.