Misión 5, el corazón del mundo

Mi príncipe, os lo suplico una vez más, desistid de esta empresa, es una locura…

Callaos −gruñó Odo con un tono de pocos amigos. Unferth era un buen Lobo del Invierno, leal y diligente con sus labores, un veterano consumando, pero comenzaba a resultar exasperante−. Por más que insistáis no voy a cambiar de parecer, llevo meses… no, años, planeando este viaje. Debo ir allí.

¿Y qué le digo a Su Majestad cuando regrese sin vos? −preguntó Unferth en un tono pesaroso−. Si vuestro padre no me despelleja vivo, de seguro que lo hará el Lord Comandante Cassel…

Por eso no os preocupéis −Odo hizo un gesto con la mano, dando a entender que no era un motivo de preocupación. Sacó una carta sellada con el lacre del huargo y se la entregó al guardia real−. Aquí está todo explicado de mi puño y letra. No podrán castigarte por obedecer mis órdenes. ¿Contento?

Estaría satisfecho si escuchaseis mi consejo, mi Príncipe −suspiró el veterano guardia, al tiempo que guardaba la carta−. Será mejor que comencemos a preparar el inventario para el viaje.

Bien. Ni que decir tiene que el contenido de la carta es confidencial. Y debes entregársela en persona a mi señor padre, ni a su senescal, ni a mi queridísimo hermano, al rey en persona. ¿Entendido?

Sí, mi príncipe.

Odo apenas podía contener la excitación. Su llegada “al corazón del mundo” estaba próxima. Quizá allí encontrase las respuestas que buscaba, y quizá allí estuvieran las criaturas que le susurraban en sus sueños.


Desarrollo de la misión

Viajamos a la orilla del ojo de Dioses en dirección a la Isla de los Rostros. Seremos un grupo de comerciantes compuesto por 4 personas, aunque de manera oficial dos de ellas irán armadas. Si nos preguntan, diremos que se acercan tiempos convulsos y que toda precaución es poca. Nadie podrá decir que es algo descabellado.

Como inventario llevaremos una carreta tirada por dos caballos. Allí cargaremos víveres para que el resto de hombres puedan volver sanos y salvo y también para que Odo pueda llegar a la Isla de los Rostros sin problemas. También intentaremos cargar una pequeña barca, al estilo de la de los lacustres que habitan rodeando el Foso Cailin Si podemos contactar con alguno para copiar uno de sus prototipos y que Odo aprenda a llevarla antes de partir, se hace.

Tokens y PoV involucrados

Odo Stark como PoV y token, Odo es lo suficientemente astuto y artero como para hacerse pasar sin levantar muchas sospechas como un comerciante de cierta fortuna.

Descripción de los tokens

Odo Stark , el tercer hijo del rey en el Norte es muy diferente en carácter al resto de su familia. Retraído, huraño, amante de los libros y aparentemente sin mucho interés por el mundo que le rodea, aunque frecuenta la compañía del Primer Ministro tiene su propia agenda que nadie ha conseguido descifrar. Su ojo rojo inquieta a la mayoría de las personas, que no son capaces de mantener su mirada. Tiene como mascota una loba y muchos sospechan que es un cambiapieles… y quizá algo más.

Tiempos

Un pequeño grupo necesita 4 días y 12 horas para ir desde Foso Cailin hasta Isla de los Rostros

Cruzará 4 hexágonos de abrupto en 44 horas marchando normalmente

Cruzará 7 hexágonos de llanuras y un vado en 64 horas marchando normalmente

Odo debería llegar el viernes 10 de mayo a las 02:30.

Debería haber llegado a la Isla de los Rostros… Si es que hay una Isla y no es ningún mito.

Odo llega solo a la Isla, deja al resto en la orilla del Ojo de Dioses, que se vuelven a su casa por la misma ruta de ida.

Odo alcanza la Isla de los Rostros, nadie le sale al encuentro, aunque varias embarcaciones le ven acercarse a la misma, pero en cuanto entienden lo que va a hacer se dan la vuelta atemorizadas.

La chalupa es asegurada en la playa de guijarros y el norteño se adentra en la Isla.

Y ahora … ¿qué es lo que quieres conseguir?

Quiero adentrarme en la Isla y ver si hay Hombres Verdes o me salen al paso, ver si las leyendas son ciertas. En cualquier caso buscamos señales de vida y actividad, pistas en los arcianos que seguro que encontraremos.

Los sueños de Odo le llevan a creer que aquí hay una “presencia” que le ha estado llamando por mucho tiempo y que puede darle respuestas sobre su naturaleza. Sabe que es un cambiapieles aunque preferiría que se lo confirmasen porque ya ha estado en la conciencia de su loba varias veces, pero cree que hay algo más grande detrás. Quiere descubrir por qué ha nacido así y que puede hacer para canalizar su poder.

Puede ser que se haya equivocado, claro, puede que no haya nada y que todo esté desierto. Puede ser que esté un poco chalado. Es lo que tienen las visiones XD

Suponiendo que haya hombres verdes … ¿qué es lo que quieres conseguir? ¿Cual es el resultado final de todo esto?

Que Odo se quede una temporada larga (mes y medio-dos meses) por aquí y que aprenda a usar como Dios manda sus poderes de cambiapieles y tal vez de verdevidencia si no lo ves descabellado.

Lo sé, es un poco ida de olla, igual me he venido arriba pero quería probar a hacer algo distinto. También te digo que de conseguirlo se va a pegar casi toda la partida out en la Isla, pero no es algo que me preocupe. Tampoco es que vaya a usar este poder contra jugadores, de conseguirlo Odo Stark se consumirá y pasará a ser una entidad ajena al politiqueo y con otros intereses. Me dará para hacer roleos jugosos.

Cierto es que probablemente no aporte nada a la trama general de la partida y eso te tire para atrás a la hora de dedicarle tiempo. Lo que tu veas, hammer. Tal y como yo lo veo, Brynden Cuervo de Sangre y Bran Stark son los últimos eslabones de una muy larga cadena que se ha ido pasando el testigo de maestro a alumno. Quizá Odo Stark pueda ser un eslabón anterior a ellos.

Pues … vamos a ello. De momento, si te quieres currar un roleo de como Odo no encuentra a nadie en la Isla de los Rostros, ningún rastro de civilización, lo que es extraño en sí mismo porque, por mucho que sea un lugar sagrado, si no quedara magia alguna alguien se habría asentado allí, aunque fueran bandidos. Algo se huele en el aire

Odo remaba y remaba, al principio plácidamente, sin precipitarse mucho, de manera pausada y metódica; pero cuando vió otras embarcaciones a lo lejos aceleró su ritmo, temeroso. Seguramente eran inofensivos pesqueros, pero en las tierras de Harren el Negro era mejor no tomar riesgos. Su loba, Voja, acurrucada en un extremo de la chalupa se limitaba al mirar al suelo con una extraña calma para un animal que nunca había navegado sobre las aguas. Lo cierto es que cuando divisó la orilla y los primeros árboles de la isla sagrada, todos los barcos se habían esfumado de su línea de visión. No parecía que fuese un destino muy transitado, al menos en lo que a hombres respecta. El norteño contempló numerosas garzas y patos volando sobre su cabeza. Serían una caza y un alimento valioso en los días venideros.

Odo desembarcó en una playa desierta llena de guijarros. Aseguró la embarcación para no perderla y dió un breve paseo por la playa antes de adentrarse en el tupido bosque. Ciertamente lo que más temía el norteño era perder la orientación, así que antes de partir se aseguró de tomar una referencia para grabarla a fuego en su memoria. No le costó encontrar un elemento que le llamase la atención, se trataba de un arciano con un rostro severo tallado en la madera, en la que destacaba una barba ricamente decorada con motivos florales. En el Norte no había visto nunca un arciano tallado con tanto esmero. Lo achacó a la extraña naturaleza de todo lo que se encontraba al sur del Cuello.

Por varias horas anduvo Odo caminando en busca de vida o restos de la actividad del hombre, pero sus esfuerzos eran infructuosos. Tan solo encontraba cada cierto tiempo arcianos tallados de la manera más variopinta, aunque todos compartían algo en común: unos ojos teñidos de un color rojizo que sospechosamente le recordaban al color de la sangre. Aún dejándolos atrás, el norteño casi podía notar su mirada clavada en él. Odo tocó en una ocasión con los dedos uno de esos rostros tallado, la savia densa, rojiza y fresca se quedó adherida a su mano. «Sí, debe ser savia. Los árboles no supuran sangre». De cuando en cuando, Voja gruñía y movía frenéticamente su rabo, inquieta; especialmente cuando tenían un arciano cerca. Salvo por el sonido de la naturaleza, la isla estaba sumida en una calma extraña. No parecía haber nada fuera de lo normal, salvo los solemnes arcianos, pero el instinto le decía a Odo que había algo fuera de lugar. No pudo pensar mucho más, porque el hambre le empezó a aguijonear las tripas y tomó la decisión de volver al punto de partida. Allí cazó buen pato, lanza en ristre, y loba y hombre comieron hasta estar saciados.

Mientras disfrutaba del festín, Odo reparó en que no tenía sentido que isla estuviera totalmente desierta. Su posición era excepcional y parecía dotada de fértil tierra y abundante fauna, aunque podía entender que no hubiera asentamientos permanentes debido a las disputas entre los señores circundantes debería haber encontrado bandidos o gente fuera de la ley. ¿Qué había en su interior que parecía alejar la presencia de los Hombres?

Antes de que cayera el sol Odo decidió adentrarse en la Isla una vez más. Esta vez se dejó guiar por su loba, aunque por momentos le daba la sensación de que Voja no le conducía ningún sitio. Tras un tiempo que el Stark no fue capaz de cuantificar y con la noche ya pisándole los talones Odo terminó en un pequeño claro en el que apenas crecían pequeños brotes verdes. Llamaba la atención una enorme piedra negra como el ónice que presidía el área despejada, que Odo calculó que tenía cuatro veces su altura. Se alzaba dura y poderosa hacia el cielo, y al observarla mejor el norteño vió que estaba tallada, aunque sus trazos y relieves no tenían sentido alguno, sugieriendo y evocando imágenes y conocimientos de una época muy antigua que se habían perdido.

La loba miraba la piedra inquieta y daba vueltas alrededor de su dueño, sin poder contener sus nervios. A su alrededor, Odo contó trece arcianos, cuyos rostros habían sido tallados con cierta habilidad, pues se había hecho para que estuvieran contemplando impertérritos la gigantesca roca negra. El aire había dejado de soplar y no se escuchaba ningún sonido, pero además de su animal Odo sentía que había una presencia más en aquel claro, una presencia que no podían ver ni percibir adecuadamente, pero que se cernía amenazadora sobre sus cabezas.

Con el corazón en un puño Odo decidió avanzar hacia el corazón del claro. Al principio su loba no le siguió, pero al final se decidió a avanzar, con paso tímido. Era un comportamiento extraño en ella porque en su presencia nunca se había mostrado temerosa. Cuando estuvo frente a la piedra, el Stark se detuvo ante ella y dudó. Una parte de la inquietud de Voja se apoderó de él, algo normal, eran algo más que dueño y mascota. Sentía que no era prudente estar mucho tiempo más allí, que había una amenaza en el aire que no podía determinar, pero también creía que quizá podía encontrar las respuestas que tanto tiempo llevaba buscando. Echó sus dudas a un lado y haciendo acopio de valor extendió su brazo izquierdo hacia ella…

Igual este finde si me aburro escribo algo relacionado con esto.

¿Alguna novedad en el frente? ¿Sigo sin encontrar nada? ¿Hoare me ha secuestrado para wargear un dragón como me insinúa todas las semanas por Whatsapp?

Odo llevaba semanas en la isla y nada había cambiado, en sus tierras salvajes nunca habitadas por los ándalos la naturaleza florecía, pero parecía como si la propia isla confabulara contra él, tras el pato que abatió el primer día tan solo había conseguido capturar lagartijas y otras alimañas e incluso Voja estaba teniendo problemas para atrapar conejos o cualquier cosa con algo de sustancia.

Los días habían sido claros, el sol pegaba con fuerza y la sombra de los árboles se agradecía, si no fuera por la incesante punzada del hambre las últimas semanas habrían sido hasta agradables, pero Odo se empezaba a impacientar, ¿es que nada sucedía nunca en esta isla? Como respondiendo a su pregunta los cielos se oscurecieron y fuertes lluvias sacudieron el bosque. Odo corrió a buscar refugio pero la oscuridad repentina lo hacía casi imposible. Voja comenzó a aullar hacia el cielo y, entre los árboles, iluminado por los relámpagos la enorme figura de un dragón recortaba contra el cielo.

Si pasaron segundos u horas era imposible de saber, pero finalmente la tormenta amainó y, mientras la claridad volvía hasta el bosque una figura encapuchada, armada con una lanza de obsidiana y portando las enormes astas de venado como corona.

¿Qué habéis venido a buscar aquí, norteño?

La voz había sorprendido a Odo acurrucado bajo la copa de un árbol. Se había arropado con su roída capa para cubrirse de la lluvia que había dejado caer la repentina tormenta. Al principió creyó que estaba frente a una ilusión, pero cuando la contempló dirigirse hacia donde estaba y escuchó como sus pies chapoteaban contra el suelo húmedo sus dudas se desvanecieron, pero no su temor. «¿Será él? ¿Será quién se apareció en mis sueños?» En sus visiones siempre le había hablado lo que parecía un macho cabrío con una extraña espiral de colores exóticos grabada en su frente, pero las astas del ser que tenía ante sus ojos eran las de un venado, y su apariencia parecía humana. Tal vez había interpretado mal lo que había visto.

¿Q-quién sois? –preguntó con cierto temor al ente que se acercaba– ¿Qué sois?

El hombre, criatura, o lo que sea que fuere se detuvo ante él. Bajó su lanza hacia su pecho con la celeridad de un corzo. Por un momento Odo pensó que le iba a ensartar, pero el filo de obsidiana se detuvo a una escasa distancia de su piel.

¿Qué habéis venido a buscar aquí, norteño?

Odo tragó saliva e inspiró hondo. «Otra equivocación más y se acabó. Serénate, idiota, idiota, ¡serénate!» La visión de una lanza apuntando en su dirección no ayudaba demasiado, pero la alternativa era la muerte. Y no quería morir ahora que parecía haber llegado a su destino.

Re-respuestas –balbuceó lastimosamente, haciendo acopio de valor– ¡Respuestas! Sí… He venido al corazón del mundo a buscar respuestas.

Por unos momentos que se hicieron eternos el ente se mantuvo en silencio. A Odo le pareció que estaba sopesando su respuesta y haciendo un juicio silencioso, pero era difícil dilucidarlo. La capucha que llevaba el ente cubría por completo su rostro, aunque a Odo le daba la sensación que las sombras que cubrían su rostro no eran naturales.

Sí. Respuestas. Has venido aquí porque sabes algo, aunque lo que sabes no lo puedes explicar, pero lo percibes–entonó con una voz clara y profunda que parecía contener la sabiduría de eras. Odo asintió–. Ha sido así desde que tienes uso de razón, pero no tienes a nadie con quién compartir la carga porque no conoces a nadie de tu condición, nadie que pueda entender plenamente la naturaleza de tus preguntas.

» Podría responder a ellas, sí. Pero el precio será elevado y quizá no te dé la paz que buscas.

¿El precio? –preguntó Odo, titubeante– ¿Cual es el precio de la sabiduría?

El precio es todo tu ser, norteño. Dejarás de tener un nombre y una familia, dejarás atrás todos tus anhelos e intereses… pues el amor es la muerte del deber, y el deseo es la semilla del sufrimiento. Pero no estarás solo. Quién se hace uno con la Naturaleza siempre está acompañado. Tu única lealtad será para con los árboles, para con la tierra que pisas, para con las montañas y los arroyos que fluyen bajo sus faldas.

Cuando partí de Invernalia dejé atrás mi hogar y mi familia…

…para eventualmente terminar volviendo a ellos –terminó el ente astado. «Lo sabe todo», comprendió con una mezcla de fascinación y horror–. El don es fuerte en ti, pero para poder usarlo sin causar una calamidad hace falta una gran fuerza de voluntad.

» No te confundas, ésta es tu primera y última oportunidad. Una vez que elijas, no habrá vuelta atrás. Puedes dar la vuelta, regresar a tu hogar y creer por el resto de tus días la mentira que tú quieras para sobrevivir con un vacío que nunca vas a poder llenar. O puedes quedarte aquí y aprenderlo todo.

Lo cierto es que Odo dudaba. Su búsqueda había llegado a su fin, y estaba en una difícil encrucijada. No le daba pena abandonar a sus hermanos, claro, ninguno le tenía especial aprecio y tampoco es que él les hubiera tratado con especial deferencia. Ahora, en lo que se refería a sus progenitores… En la carta que le había escrito a su padre le había jurado que volvería, y en cuanto a su madre, ya había perdido un hijo varón en trágicas circunstancias. Por primera vez en mucho tiempo se sintió avergonzado por su egoísmo.

En cualquier caso, ¿merecía la pena volver? Sus padres vivirían un par de décadas más a lo sumo, y cuando ellos murieran, estaría totalmente aislado. Y por mucho que se esforzase, jamás se había sentido cómodo en el papel que se esperaba de él, como soldado en las guerras que disputase su hermano o como uno de sus asesores más cercanos. Tampoco se veía en el puto Muro congelándose los huevos con la escoria y los inadaptados de los Siete Reinos. En el fondo envidiaba a sus hermanos, envidiaba su simple visión del mundo y la pasión con la que se entregaban a sus tareas. Jamás lo reconocería abiertamiente, pero desearía ser como ellos. Si volvía, parecía claro que no habría alternativa a pasar sus días sin pena ni gloria, hasta que los fríos dedos de la muerte se cerrasen sobre su cuello y volviera al seno de los Antiguos…

Pero podía tenerla. El Señor Astado se la ofrecía, un camino difícil y lleno de incertidumbre pero que tal vez podía darle el lugar en el mundo que tanto andaba buscando. A su vera, Voja lo contemplaba con su mirada ambarina, sus ojos rezumaban compresión y cariño. Cuando ya parecía haber tomado la decisión, el ente astado volvió a hablar una vez más.

Recuerda, norteño. Sólo te ofrezco la verdad. Nada más.

Elijo la verdad –dijo Odo con decisión–. Elijo la sabiduría.


Si hay que cambiar algo por el rollo de pifia en tirada me comentas.

A nivel de juego, ¿qué poderes voy a tener y cuando podré tenerlos a punto? Curiosidad más que nada, a ver si puedo hacer algún roleillo que tengo todo bastante abandonado…

Así como dato, llegué el 10 de mayo acá. Ya llevamos un mes, que es el equivalente a medio año. ¿Otro mes para estar a punto, tal vez?

Pues … no me lo he pensado, xD. ¿Qué quieres tener? Verdevidencia es un problema porque yo no puedo adivinar el futuro, pero seguro algo se puede sacar. Warg es sencillo, ¿qué más se te ocurre?

El cuanto … sí, otro mes parece razonable. En algún momento hago una tirada y eso decide si más o menos tiempo.

Inmortalidad en edad, como los elfos. A efectos prácticos de partida: un mojón!

:rofl:

Es un poco complicado porque no quiero salirme del marco de la saga -magia muy sutil y poco cheta- y en magia de sangre no me quiero meter, es más, Odo lo considera aberración.

Pues no sé, ¿poderes curativos? Rollo sanar heridas rápidamente, o ser capaz de curar heridas que serían mortales (no te puedo hacer crecer un brazo, pero sí puedo dejarte bien tras un espadazo que te ha perforado las tripas, por ejemplo). Se me ocurre también poder influir en las emociones de las personas que tiene a su alrededor, infundirles miedo, sueño… pero tendría que estar cara a cara sobre la persona que quiere influir y concentrado, nada de hacerlo a distancia. Y si me apuras… pues magia de viento para lanzar a gente por los aires, o poder hacer granadas mágicas como las que les dan a los Hijos del Bosque en la serie.

No sé, ya me dirás. Lo mismo me he venido muy arriba. Lo que está claro es que emplear magia, sea la que sea, le deja muy exhausto, no es una fuente inagotable. Y que si se excede en su uso palmará.

Uy, uy, para continuaciones puede servir, aunque para inmortales ya tenemos a Clement Crabb. Mejor no ampliar la plantilla.

https://www.westeros.org/Citadel/Concordance/Section/14./

Referencias a toda la magia de la saga, por si algo te evoca

Gracias por el aporte, ya le he echado un vistazo. Pero… en poco cambia mi visión.

El principal problema que veo es que la mayoría de magia poderosa vista hasta ahora está ligada a la sangre. En lo personal me gustaría enfocarlo fuera de este campo, pues siempre he visto la magia de sangre como la más chapucera de las ramas mágicas: otorga mucho poder pero a costa del sufrimiento de otros. Los Niños del Bosque la abandonaron después del desastre que hicieron con los Caminantes Blancos, salvo tal vez para elaborar la pasta de arciano que usan sus verdevidentes para agudizar los sentidos, así que por algo será. De hecho, me gustaría enfocar a Odo como una especie de cruzado respecto a la gente que usa estas prácticas.

Fuera de la magia de sangre en la saga principal nos queda R’hllor y el fuego, pero no veo a los Niños del Bosque con conocimientos relacionados teniendo en cuenta su hábitat. Cuando los Rhoynar estaban en su patria natal tenían «magos de agua» pero poco se nos cuenta sobre sus poderes. Quitando la magia de sangre que va a su bola parece que según la zona y la cultura la magia está asociada a un elemento, R’hllor y valyria al fuego, el Rhoyne y sus deidades al agua, los Antiguos Dioses a la tierra. Yo lo dejaría así:

verdevidencia, poco uso a efectos de juego, queda relegado a un recurso narrativo. Podría servir para detectar a personas capaces de encauzar poder mágico, o por ejemplo para ver a través de las ilusiones, como las de los Hombres Sin Rostro.

cambiapieles, no tendrá muchos problemas a la hora de meterse en la piel de cualquier ser que no sea de naturaleza mágica o racional.

imposición de manos, magia destinada a la curación de heridas y enfermedades fuera de las artes médicas descubiertas.

sangre santa, Odo no puede ser objeto de las enfermedades y venenos comunes. Aquí me he inspirado en Melisandre.

guarda de los Antiguos, el Muro, Bastión de Tormentas y quizá Invernalia están provistos de hechizos que guardan la estructura de muchos males mágicos, podrían considerarse «zonas limpias». Que Odo tenga la capacidad de crear algo similar más a menor escala, o tenga mecanismos a mano para ser capaz de disipar magia «impura».

Léete esto y lo mismo te cambia la percepción (ahora, es largo de cojones). Olvídate de los caminantes blancos y de la serie, los Otros son una película diferente.

Creo que querías ponerme un enlace a una extensa lectura pero el foro te ha jugado una mala pasada, porque no veo nada.

Es difícil olvidar la serie cuando ha hecho destripes serios. Pero bueno, se intentará xD

Extensa es decir poco, el resumen está aquí: https://asoiaf.westeros.org/index.php?/topic/155057-the-plutionian-others/&do=findComment&comment=8391941

Pero merece mucho la pena