PoV
Fylgjandi Leif Gonush, Sumo Sacerdote del Profundo
No soy más que aquello que El Profundo desea, soy su voz y voluntad más allá de sus dominios primigenios. Soy aquel que difunde su benevolencia entre aquellos que en sus venas portan la sal de los océanos y el azote inmisericorde de los blasfemos que osan ignorar y aprovecharse de aquello que no es suyo.
“Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte”
Fui elegido durante mi bautismo por El Profundo para guiar a las almas de mi pueblo a la salvación bajo la miríada visión de nuestro Dios.
Mi tío-abuelo, El Sumo Sacerdote no me lanzó por la borda como a los demás niños y niñas, me dejé arrastrar por el oleaje, no luché para llegar a la orilla, El Profundo estaba conmigo y así lo aceptó la mayoría de Mi Pueblo al ver la barcaza del Sumo Sacerdote ser arrastrada mar adentro y desaparecer.
Ningún otro joven llegó a la playa ese día, solo el cayado del Sumo Sacerdote apareció entre la arena y espuma, restos de conchas y salitre.
“Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte”
La mayoría… me aceptó. La avaricia y decadencia de los que fueron nuestra élite sacerdotal había corrompido a demasiados que me vieron como una amenaza a su poder, se alzaron contra mí, intentaron acabar conmigo, mi propio abuelo quiso hundir una daga en mi pecho.
El Profundo tenía otros designios para nuestro pueblo y para mí mismo.
Mi abuelo ansiaba el Cayado de Sumo Sacerdote, un símbolo de estatus y poder, una rama de madera tallada y decorada.
Mis fieles tallaron un poste de madera con exactitud, donde fue clavado y encadenado mi abuelo “El Hereje”, y su propio hijo, mi padre, le lanzó por la borda tras escuchar de mis labios estas palabras; “Si Nuestro Dios, El Profundo, así lo desea te devolverá sano y salvo a nuestras costas y yo te entregaré aquello que tanto ansías. “Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte””
Mi pueblo es feliz y próspero, sobrevivimos a la dureza de nuestro entorno y luchamos contra aquello que haga peligrar nuestra forma de vida, así lo desea El Profundo, así cumplimos su escamosa voluntad tentaculada.
“Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte”
Tokens
"Sea cumplida mi palabra pues es la Voluntad de El Profundo, que el mar sea fértil; dador de vida y muerte" - El Profundo Provee - Gudrunn, Líder de la Orden de Los Peregrinos
Sea cumplida mi palabra pues es la Voluntad de El Profundo, que el mar sea fértil; dador de vida y muerte.”
Estas palabras no son empleadas en balde, aquellos que las escuchan saben que no solo es un plegaria exhortada por Leif Gonush, Fylgjandi y Sumo Sacerdote del Culto a El Profundo. Quien las escucha tiene el deber de cumplir el mandato del Sumo Sacerdote por la grandeza de El profundo y la orden del Fylgjandi por la prosperidad de la familia Gonush y sus vasallos.
Un halo de misticismo bulle de la persona del Sumo sacerdote, todo parece enmudecer y sólo el rompiente de las olas en los acantilados llena el vacío.
Leif sabe que no todo es furia, sangre y batallas. Muchas veces, la mayoría para el Sumo Sacerdote, unas palabras profundas cargadas de sentimiento que desee enardecer en su interlocutor bastan para; si no zanjar un entuerto, acotarlo para tratarlo más adecuadamente.
El Profundo Provee
Hay muchos dogmas a seguir en esta religión. La mayoría desconocidos para el resto de clanes, solo algunos privilegiados entre los demás fryskos han podido contemplar alguno de ellos.
Además existen una gran cantidad de ceremonias para muchas ocasiones y festividades y es una práctica muy común la de los sacrificios humanos, sean voluntarios o no.
La creencia entre el Clan Gonush, sus vasallos y el Culto es que con todo ello El Profundo es satisfecho y confiere bondades, beneficios y fortunas a sus fieles.
Gudrunn, Líder de la Orden de Los Peregrinos
Los Peregrinos son una orden religiosa de peregrinos que portan las Enseñanzas de El Profundo. Piden permiso para entrar en los asentamientos y difundir Su Mensaje, si no se lo permiten se reabastecen para su camino y siguen sin más.
Suelen ir en grupos pero se van disgregando pues muchos se quedan en los pueblos y aldeas ya que consiguen algunos fieles que necesitan guía.
Gudrunn siempre está en el camino, nunca se queda mucho tiempo en ningún sitio, una vez que se ha formado una congregación y queda consolidada con uno o varios sacerdotes, el resto y él parten hacia otro lugar a continuar con Su Misión.
Ejércitos
No hay Ejércitos implicados.
Objetivo
Conseguir fieles, crear una congregación y levantar un Templo a El Profundo.
Misión
Siguiendo las órdenes de Leif:
Pedir permiso para poder predicar, no quiero jaleos todavía.
Predicar La Palabra dando muestras del poder de nuestro dios e intentar “convertir” a la gente, poco a poco, tanto en las ciudades como en pueblos costeros.
Mi intencion es dejar allí a unos cuantos peregrinos e ir a por ellos en X tiempo, si no han tenido exito, lo suyo es que me manden mensajeros, llevan dineros para tales menesteres.
Localización
Isla de los Helsingor.
Helsingor de los Helsingor
Desde Gonush hasta Puerto
Un pequeño grupo necesita 16 horas para ir desde Gonush hasta Puerto
- 2 hexágonos de llanuras, a marcha normal en 16 horas
Desde Gonush hasta Helsingor
Una flotilla necesita un día y 18 horas para ir desde Gonush hasta Helsingor
- 4 hexágonos de costa, a marcha normal, cruzando un embarcar, en 32 horas
- 1 hexágono de costa, a marcha normal, cruzando un desembarcar, en 10 horas
*1 Hexágono de llanura para llegar a Helsingor, llanura, marcha normal en 8 horas.
TOTAL: 2 días y 18 horas
Los Peregrinos cuando tengan que peregrinar lo harán.
Roleo
Aún tenía tiempo de prepararlo todo, sus Peregrinos esperaban que su líder hiciera algo. Gudrunn no dudaba ante lo que se le estaba exigiendo y asi cumpliria, llamó la atencion de sus seguidores y comenzó la letanía…
No había amanecido, hacía frío y la humedad calaba sus túnicas, así que al desnudarse todos ellos no notaron mucha diferencia. Un joven sacerdote recogió todas las túnicas y las resguardo de los elementos dentro de un baúl. Cuando terminó de desnudarse y guardar su túnica junto a las demás, las férreas y rugosas manos de sus Hermanos le agarraron con firmeza e inmovilizaron.
Solo la luz de la luna brillaba y el filo del cuchillo que Gudrunn calentaba en un brasero.
Entendió lo que iba a suceder; le despojarían de la vista, pues allí donde iba no la necesitaría.
Cada Hermano le haría un corte profundo y recogerían su sangre, que se mezclaria con el salitre del mar y la espuma que sobrepasaba la balaustrada de la borda, se ungirían con ella y en el último hálito de vida, Gudrunn le cortaría el cuello, rajaria su vientre y sacaría todo al exterior para arrojar el sonriente cadáver al océano y así conseguir la atención de El Profundo y su beneplacito para su sagrada encomienda.