PoV
Nombre del PoV
Aemond Targaryen
Tokens
Nombre del Token
Monstruo de un Solo Ojo (El terror que inspira Aemond y su presencia a la hora de hacer que la gente cante)
Tentáculos en la Corte (los amigos que ha situado el príncipe a lo largo y ancho de Desembarco para ayudarle en esta tarea)
La Herencia de Valyria (Dinero e influencia por si hay que sobornar a alguien)
Ejércitos
Aemond, su espada y su ansia de sangre
Objetivo
Viserys ha muerto. La noticia se debe estar expandiendo por la Corte. Aemond quiere evitar que corra donde no debe, y pone su influencia, recursos y amenazas a trabajar para asegurarse de que la noticia no se expanda, acabar con posibles conspiradores que apoyen a Rhaenyra y, de paso, cargarse a algunos muy cercanos a Aegon, por aquello de ir ocupando un lugar importante a su lado.
Misión
Lo resumido arriba: utilizo mis contactos, dinero y el terror que inspira Aemond para encontrar a posibles aliados de Rhaenyra y encarcelarlos, amenazarlos o ejecutarlos. En esta búsqueda sin cuartel también incluyo a varios coleguis de Aegon, que tenga localizados, para hacer que confiesen que vapoarán a Rhaenyra e ir ocupando la Corte con mis leales, y no con los de Otto o Aegon. Es, evidentemente, una jugada impulsiva y que contrastará con la paciencia que mostrarán la Mano y demás. Pero así es Aemond.
Localización
En Desembarco del Rey
Roleo
-Disculpa aceptada, mi señor de Needa - La daga hendió el aire y cortó carne, tendón y rozó el hueso. El hombre se desplomó delante de Aemond, que tomó la túnica del caído para parar el desborde de líquido carmesí que amenazaba con tintar el suelo de piedra. El comerciante le miraba con ojos suplicantes y sin vida, en un gesto de horror congelado para siempre.
No era tan difícil. Solo pedía silencio y reclusión. Pero aquel hombre había insistido en querer salir de la Fortaleza Roja para “no inmiscuirse”. Por supuesto, sus pajaritos le habían hablado de sus negocios en Marcaderiva y sus contactos con la Serpiente. Por supuesto, le había dado una oportunidad para rectificar. Una oportunidad desaprovechada.
Había más. Siempre habría más. El trono de su hermano no estaba seguro, y, por extensión, tampoco su derecho dinástico. ¿Monstruo de un solo ojo? Lo sería. Tras él, sintió unas patitas acercarse y olfatear al caído. Miró a Diocles, que lo miró con ojos de ternura y sin comprensión alguna de qué había sucedido. Sonrió.
-Buen chico - Le palmeó la cabeza y acarició el lomo. El pequeño le lamió la mano antes de correr hacia sus aposentos. Quién pudiera ser un perro.